Usted está aquí: domingo 23 de septiembre de 2007 Espectáculos Buda explotó por vergüenza, retrato de Afganistán: Makhmalbaf

Buda explotó por vergüenza, retrato de Afganistán: Makhmalbaf

Ericka Montaño Garfias, enviada

San Sebastián, 22 de septiembre. En marzo de 2001 los talibanes –que en ese entonces tenían el poder en Afganistán– dinamitaron y destruyeron los milenarios Budas de Bamiyán, una provincia localizada en el centro de ese país.

Ese es el escenario que la cineasta iraní Hanna Makhmalbaf eligió para su película Buda explotó por vergüenza, presentada en la tercera jornada del Festival de Cine de San Sebastián y que compite en la sección oficial por la Concha de Oro.

Antes una aclaración de la cineasta: el título correcto en español debe ser Buda colapsó por vergüenza. Es la historia de Baktay, una niñita de seis años que vive en una cueva cercana al lugar donde se encontraban los budas gigantes y que un día, al escuchar a su vecino recitar el alfabeto, decide que quiere ir a la escuela para que le cuenten historias divertidas como la de un señor que se quedó dormido bajo un árbol, le cayó una nuez en la cabeza y dijo “menos mal que no fue una calabaza”.

Con Baktay como protagonista Makhmalbaf hace un retrato de lo que significa la frase “niños de la guerra”, una sociedad en la que los pequeños juegan a la guerra, reproducen la violencia que han visto, es también un cuadro de cómo es la vida en Afganistán, los problemas que enfrenta esa sociedad después de las intervenciones soviética y la de la coalición de fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte, lideradas por Estados Unidos, que derrocó al régimen talibán después de los atentados del 11 de septiembre.

“Estas acciones lo único que han hecho es destruir una cultura. Todos los que han venido a ‘rescatar’ a esta sociedad han destruido todo y luego no les ha dado tiempo para reconstruirlo. Esta historia de violencia que vino de distintos países ha afectado la vida de esta sociedad y ha tenido un gran impacto sobre los niños, se ha convertido en su forma de jugar: los niños de Afganistán no son como los niños estadunidenses que han visto la violencia a través de las películas de Hollywood, sino que la han experimentado, han visto a sus padres ser decapitados y han visto morir a niños asesinados mientras los alimentaba su madre”, dijo la directora tras la proyección de la cinta, en la que los personajes no son actores, sino los pobladores de esa localidad afgana.

¿Cómo logró que los niños actuaran? Como en un juego. “Yo les decía que íbamos a jugar”.

En esta tercera jornada del festival, además de la proyección de películas se anunció el primer Festival Internacional de Cine de Cancún, que se realizará del 5 al 11 de noviembre próximo. Este festival presenta tres categorías en competencia: operas primas, documentales y cortometrajes con tres secciones, Internacional, Iberoamérica y México. La película que inaugurará el encuentro es El viaje de la Nonna, de Sebastián Silva, que se proyectará en los próximos días en Donostia.

 
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