Usted está aquí: lunes 24 de septiembre de 2007 Política EU podría triplicar la ayuda a México para la lucha contra el narcotráfico

En la fase final, la negociación de plan bilateral; faltaría aprobación del Congreso

EU podría triplicar la ayuda a México para la lucha contra el narcotráfico

David Brooks (Corresponsal)

Washington, 23 de septiembre. La negociación de un plan antidrogas bilateral que podría triplicar la asistencia estadunidense a México está en su fase final, en lo que ambos gobiernos consideran un paso sin precedente en la cooperación en el rubro de seguridad.

Desde marzo, los gobiernos de Felipe Calderón y George W. Bush han negociado los componentes de un plan para fortalecer y apoyar la ofensiva antidrogas en México, ampliar la cooperación en materia de seguridad y profundizar las relaciones policiacas, militares y de inteligencia entre ambos países.

Fuentes de ambos gobiernos han señalado que aunque varios aspectos del plan no implican un cambio fundamental en el tipo de cooperación que se ha realizado a lo largo de casi dos décadas, las dimensiones de la propuesta sí representan algo diferente.

Hace unas semanas, oficiales militares estadunidenses revelaron que México solicitaba hasta mil 300 millones de dólares durante un periodo de cinco años. Altos funcionarios mexicanos y estadunidenses han indicado que el total bajo consideración es aproximadamente mil millones de dólares. Algunos dicen que el periodo sería de entre dos o tres años.

En el periodo entre 2000 y 2006, el total de la asistencia estadunidense a México para programas antidrogas fue de 397 millones de dólares, según un informe de la Oficina de Contabilidad Gubernamental (GAO, área de investigaciones del Congreso federal) presentado la semana pasada. Por tanto, elevar esta cifra total a mil millones de dólares o un poco más significaría triplicar la asistencia estadunidense a México para asuntos del combate al narcotráfico (dependiendo, en parte, del periodo en que se divide esta cantidad de dinero).

El Dallas Morning News reportó hoy que la canciller Patricia Espinosa, el procurador general Eduardo Medina Mora y el secretario de Seguridad Pública, Genaro García Luna, confirmaron que se han concluido acuerdos claves sobre el paquete de asistencia estadunidense. Enfatizaron que éste tiene el objetivo de establecer un esquema de “compartir responsabilidades” en un esfuerzo bilateral por detener el flujo de drogas hacia el norte, así como el flujo de armas y dinero ligado al narco hacia el sur.

La canciller Espinosa declaró al Dallas Morning News que ambos lados “han concluido la parte técnica de las conversaciones” y cuentan con “un amplio acuerdo sobre cómo será el programa de cooperación”.

Cabildeo de Bush

Fuentes oficiales aquí indicaron a La Jornada que la negociación ha avanzado a tal etapa que ahora ya se consideran los “mecanismos de financiamiento”, o sea, los vehículos legislativos para llevar el plan ante el Congreso estadunidense. De hecho, el gobierno de Bush ya ha iniciado sesiones de información para plantear esta iniciativa con legisladores claves en ambas cámaras.

Por tanto, el plan se podría anunciar en un periodo de unas semanas por parte de ambos gobiernos, tal vez en una reunión conjunta de los dos presidentes. Sin embargo, el plan tendría que ser aprobado por la legislatura estadunidense.

Ambos gobiernos ya cultivan el terreno para presentar la iniciativa, proclamando un “nuevo clima” de cooperación, y elogios a la “nueva disposición” de ambos gobiernos a colaborar en torno a una “responsabilidad compartida”. Varios legisladores y funcionarios del gobierno de Bush han elogiado la ofensiva antidrogas del presidente Calderón, en particular el empleo de fuerzas militares en el combate al narco.

El nuevo informe de la GAO, reportado por La Jornada el viernes pasado, ofrece una radiografía de los esfuerzos antinarcóticos bilaterales desde el año 2000 y, aunque indica que el flujo de drogas se ha incrementado dramáticamente durante ese periodo, que los cárteles mexicanos ya operan casi en todo Estados Unidos y que el narcotráfico mexicano genera hasta 23 mil millones en ganancias en este país, también elogió el envío de tropas mexicanas al combate del narco, el numero récord de extradiciones y esfuerzos para depurar de corrupción agencias de seguridad pública.

Al citar a funcionarios estadunidenses, la GAO dice que estas iniciativas del gobierno de Calderón “demuestran un nuevo nivel de compromiso con el combate al narcotráfico, y pronostican que eso llevará a mayor cooperación bilateral” sobre este asunto.

A la vez, la GAO identificó algunos rubros específicos que requieren de mayor cooperación, con lo cual posiblemente reveló algunos elementos del plan bajo negociación (o por lo menos, lo que más interesa a ciertos sectores del gobierno estadunidense). Propone mayor coordinación y cooperación bilateral entre fuerzas militares de ambos países, un acuerdo marítimo para acciones antidrogas, resolver trabas de vigilancia fronteriza y revisar necesidades de operaciones aéreas en la frontera.

Identifica como problema las limitaciones a la marina estadunidense para abordar embarcaciones sospechosas en aguas de México sin previo permiso de las autoridades mexicanas, y propone elaborar un acuerdo marítimo para resolverlo. La falta de un acuerdo sobre personal llevó a la suspensión de un programa de vigilancia aérea de la frontera que ha tenido impacto negativo en la interdicción, y por lo tanto se necesita resolverla, recomienda.

También señala la necesidad de revaluar el uso de los casi inoperantes y antiguos helicópteros UH-1H que fueron otorgados a la Procuraduría General de la República (PGR) por Estados Unidos, así como el uso de los helicópteros Schweitzer que aparentemente no cumplen con los requisitos deseados por la PGR. A la vez, recomienda mayor coordinación con México en el desarrollo de estrategias antinarcóticos y de planes de asistencia al país vecino.

También se ha filtrado –pero no confirmado– que el plan contempla nuevos aparatos, como también nuevas tecnologías para el monitoreo de aereoespacio y las costas. Además, se ha mencionado asistencia para mejorar la inteligencia y los instrumentos de alta tecnología para generar información (léase intervención de telecomunicaciones y uso de radar y satélites para rastrear movimientos, etcétera). A la vez, se continuará prestando apoyo para “capacitación” de agentes de seguridad pública y militares, como asistencia en abordar la corrupción y mejorar el sistema judicial.

El general Gene Renuart, nuevo jefe del Comando Norte de Estados Unidos (Northcom), que incluye a México y Canadá dentro de su responsabilidad, comentó recientemente en una entrevista con el Centro de Estudios de Defensa Hemisférica que hay oportunidad de profundizar la relación con los militares mexicanos en torno a la identificación del “crimen organizado trasnacional y el narcotráfico” como amenaza común a ambos países. Subrayó que el Northcom está dispuesto a responder a solicitudes de México para otorgar asistencia en esta lucha contra el narcotráfico.

Aunque hay cada vez más retórica sobre cooperación y coordinación, y llamados a que ambos países trabajen como “socios” al asumir una corresponsabilidad ante un problema “común”, aún hay poca información sobre quién y cómo todo eso se traduce en el terreno real, y dónde y cómo se toman las decisiones y quién define los “intereses comunes”.

Tanto promotores como críticos de esta iniciativa, bautizada como “Plan México”, están a la espera de más información. Como dice el refrán frecuentemente citado aquí, “el diablo está en los detalles”.

 
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