Usted está aquí: martes 2 de octubre de 2007 Mundo Campaña de FLOC para organizar a unos 30 mil trabajadores migrantes

Piden a tabacalera mejorar sueldos y condiciones laborales en Carolina del Norte

Campaña de FLOC para organizar a unos 30 mil trabajadores migrantes

David Brooks (Corresponsal)

Nueva York, 1º de octubre. El Comité de la Organización de Jornaleros Agrarios (FLOC, por sus siglas en inglés) lanzó una campaña para organizar a unos 30 mil trabajadores migrantes –en su mayoría mexicanos y guatemaltecos– en los campos de cultivo de tabaco en Carolina del Norte que surten a la gigantesca tabacalera RJ Reynolds.

Baldemar Velásquez, presidente del FLOC, declaró a La Jornada que su organización, con el apoyo de líderes religiosos, estudiantes y sindicalistas, solicitaron una reunión con la ejecutivo en jefe para iniciar pláticas sobre las condiciones de trabajo y los ingresos de los jornaleros. “La respuesta fue que no son nuestros empleados”, informó, y dijo que es la misma táctica empresarial que se enfrentó en las luchas de los jornaleros de jitomate en Ohio contra Campbell’s Soup, al igual que la de pepinos contra Mt. Olive Pickles en Carolina del Norte. Después de años de intensas campañas de organización y de presión nacional contra esas dos empresas, FLOC obtuvo contratos estableciendo normas laborales y mayores sueldos.

“Eso lo haremos igual con RJ Reynolds”, advirtió. Esta industria, señaló, y esta empresa en particular, en el sur del estado, están entre las más antisindicales desde los años 40. Sin embargo, Velásquez siempre ha enfrentado este tipo de desafíos con la firme convicción de que no hay otra opción más que el triunfo.

De hecho, Velásquez y FLOC han logrado lo que muchos consideran milagros. Tal vez su más reciente triunfo fue en 2004 cuando obligaron a la asociación de empleadores de jornaleros de Carolina del Norte a firmar un contrato para proteger los derechos laborales de miles de trabajadores huésped mexicanos. En 2005 FLOC abrió una oficina en Monterrey justo para establecer una presencia sindical en el punto de contratación y de emisión de visas para estos trabajadores, ofreciendo así asesoramiento sobre los derechos laborales a los reclutas y denunciar abusos contra ellos aun antes de llegar a Carolina del Norte.

El coordinador de la oficina en Monterrey, Santiago Rafael Cruz, fue asesinado en abril de este año bajo circunstancias que aún no han sido esclarecidas (Velásquez dice que, todavía peor, las autoridades locales y estatales han hecho todo lo posible para culpar a la víctima en lugar de investigar a fondo este caso).

La investigación del crimen por parte de FLOC continúa, y la organización sigue demandando a las autoridades estatales y federales esclarecer los hechos ante sospechas de que la presencia de FLOC amenazaba a poderosos intereses que lucraban de la administración de mano de obra mexicana destinada a Estados Unidos. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos ha llamado al gobierno mexicano a adoptar medidas para proteger a los organizadores de FLOC en México.

Al arrancar la campaña sindical en los campos de cultivo de tabaco de Carolina del Norte, Velásquez avisó en una carta a religiosos que “FLOC bajará al Valle de la Desesperanza para elevar a los cautivos en el imperio de tabaco de RJ Reynolds”. Afirma que ya basta con las muertes de trabajadores por las condiciones ahí, recordando que 9 han muerto en los últimos dos veranos. Subrayó que tienen que acabarse las condiciones de semi-esclavitud, sueldos bajo el mínimo, abusos de capataces, la pobreza extrema, albergues infrahumanos y otras violaciones.

En una carta a Susan Ivey, la ejecutiva en jefe de Reynolds American Inc., Velásquez dice que “esta nación ha permitido que estas injusticias continúen y con la excepción de modestos esfuerzos de agrupaciones como FLOC, se ha prestado muy poca atención a algunos de los que más duramente trabajan en este país”.

Velásquez informa a los empresarios que FLOC no sólo es un sindicato, sino que tiene como misión fundamental “los derechos humanos y la justicia social”. Invita a la ejecutiva –como lo ha hecho en otros frentes– a un “esfuerzo colectivo” ya que la condición de los jornaleros no se puede resolver de un solo lado, “no sólo por nosotros, no sólo por el granjero (el surtidor de ustedes) ni sólo por ustedes”. Si eso ocurre, informa a la ejecutiva, “podemos cambiar la cara de Estados Unidos sobre este tema y volvernos en un modelo de cómo una industria sí puede hacer un producto de una manera humana para todos los participantes”.

Pero FLOC nunca ha esperado para ver si los empresarios tienen o no buena voluntad, y ya se iniciaron las intensas tareas de organización de los jornaleros, como también de bases de apoyo en los sectores religiosos, comunitarios, estudiantiles y sindicales tanto en la región como a nivel nacional e internacional. Por cierto, Velásquez y FLOC estarán consultando con aliados y otros interesados en México para invitar su apoyo y participación en la defensa de los jornaleros en los campos tabacaleros.

FLOC anunció que el 28 de octubre ha convocado a una movilización en la que autobuses llenos de trabajadores y simpatizantes llegarán desde el medio oeste y el sur del país a la ciudad de Winston-Salem para presionar a la empresa a reunirse con los dirigentes sindicales y líderes religiosos para abordar las condiciones en los campos de tabaco. “Si la empresa rehúsa reunirse con nosotros, encontraremos otra manera de obligarlos a prestar atención a nuestra causa”, advirtió Velásquez.

FLOC se define a sí mismo “como un movimiento social y como un sindicato”. Su base son los trabajadores migrantes en la industria agraria, pero también participa en esfuerzos y coaliciones sobre migrantes y asuntos latinos tanto a nivel nacional como internacional. Es una de las primeras organizaciones laborales que se ha dedicado a estrategias binacionales de organizaciones entre Estados Unidos y México. FLOC cuenta con unos 12 mil agremiados en Ohio, Michigan, Carolina del Norte. Virginia, Tennessee y Carolina del Sur, según Velásquez.

RJ Reynolds, empresa que fabrica 6 de las 10 marcas de cigarro más vendidas (incluidas Camel, Kool, Winston y Salem) y dice captar un 30 por ciento del mercado nacional, es subsidiaria de Reynolds American.

 
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