Usted está aquí: viernes 5 de octubre de 2007 Política El Plan México, casi un hecho; sólo falta la aprobación del Capitolio

Confirma la cancillería que hace 10 días culminaron las negociaciones bilaterales

El Plan México, casi un hecho; sólo falta la aprobación del Capitolio

El programa de combate al narco no incluirá la presencia de agentes o tropas extranjeras

Capacitación, equipo y tecnología de punta, eje de la estrategia, asegura Carlos Rico

José Antonio Román

Las negociaciones sobre el acuerdo antinarcóticos entre los gobiernos de México y Estados Unidos, que ha sido comparado con el llamado Plan Colombia, que Washington mantiene desde hace una década con esa nación sudamericana, concluyó hace diez días, reveló el subsecretario para América del Norte de la cancillería mexicana, Carlos Rico Ferrat, quien precisó que inicialmente será por un periodo de dos años. “Pero no va a ser nada complejo ampliar el esquema en los años por venir”, aventuró.

Aclaró que la ayuda, la cual será de cuando menos mil millones de dólares para los próximos dos años, será solamente en asistencia técnica, equipo y capacitación, y no incluye la presencia de tropas estadunidenses, instalaciones militares ni agentes extranjeros en los operativos en territorio nacional. “Estas afirmaciones no tienen ningún asidero en la realidad”, sostuvo.

Rechazó que a este acuerdo se le nombre Plan México, pues la idea de que hay una iniciativa estadunidense que involucra presencia de tropas extranjeras puede funcionar en otras realidades, pero no aquí. “Lo que nosotros estamos intentando –insistió el subsecretario Rico– es algo que Colombia nunca puso en el Plan Colombia: que Estados Unidos asuma la responsabilidad de tareas concretas en su propio territorio”.

Así, el acuerdo señala que Estados Unidos debe avanzar en su su territorio en el combate al tráfico de armas norte-sur; que fortalezca la supervisión de las exportaciones de precursores químicos que transitan por ese país con destino a México; que desarrolle acciones para detener el constante flujo de capital en efectivo y el lavado dinero vinculado con el crimen organizado, además de establecer programas eficientes de reducción en la demanda de estupefacientes, pues mientras el nivel de consumo no baje será prácticamente imposible resolver el grave problema del narcotráfico.

–Entonces, ¿se puede decir que el Plan México es algo así como un apodo?

–El Plan México es una forma fácil de lo que por ahí, hace muchísimos años, Antonio Caso llamaba imitación extralógica, que se da cuando mucha gente está oyendo mucha información y quiere ponerle un nombre que de alguna forma le resulte más o menos familiar, y como lo que les resulta familiar es el otro plan, pues lo llaman así. Pero cuando vean el contenido de uno y otro verán que es distinto –respondió.

Lo que no quiso decir Patricia Espinosa

En conferencia de prensa, luego de participar en un foro sobre relaciones internacionales, organizado en El Colegio de México, el subsecretario Rico informó lo que no pudo o no quiso hacer la secretaria de Relaciones Exteriores, Patricia Espinosa Cantellano, en su reciente comparecencia ante el pleno de la Cámara de Diputados, el pasado martes, fecha en que ya habían concluido las negociaciones técnicas del acuerdo.

Rico Ferrat, quien participó como actor fundamental en las conversaciones, adelantó incluso que los dos países emitirán una declaración conjunta sobre el tema en el momento en que el Congreso estadunidense apruebe la solicitud presentada por el gobierno del presidente George W. Bush.

Insistió en que hasta el momento el acuerdo se llama Programa de cooperación contra el crimen organizado, pero los dos presidentes –Bush y Felipe Calderón– “van a ponerle nombre, y seguramente van a sugerirles una formulación más concreta”.

El subsecretario Rico señaló que fue a iniciativa del gobierno mexicano que se desarrollaron las consultas con Estados Unidos para alcanzar este acuerdo de combate al crimen trasnacional, siempre bajo el principio de esfuerzos compartidos, responsabilidad y respeto a las soberanías de cada país.

Informó que desde marzo pasado, en la visita del presidente Bush a Mérida, Yucatán, se acordó que ambos países trabajarían en ese sentido, aunque fue hasta hace diez días cuando concluyeron  las negociaciones técnicas, en las cuales se dejó el tema de los recursos hasta el final –“aunque también son importantes”–, pues el objetivo era fijar las responsabilidades compartidas que tienen ambos países y lo que cada uno puede hacer en su propio territorio.

Respecto de los recursos, puntualizó que hasta el momento la ayuda de Estados Unidos a México anda sobre 40 millones de dólares anuales, “es decir, estamos hablando de pasar de 40 millones de dólares anuales a cuando menos mil millones para los próximos dos años. Estos recursos serían, desde luego, no en dinero, sino en equipo de tecnología de punta y adiestramiento.

“Con ellos, por ejemplo –dijo el subsecretario Rico–, estaríamos en la capacidad de monitorear el espacio aéreo nacional. Nosotros vamos a tripular cada pájaro, cada instrumento que utilicemos. Estamos incluyendo no solamente la capacitación, sino aeronaves que nos permitan dar una verdadera cobertura a nuestro mar territorial y a las rutas que está utilizando recientemente el narcotráfico en el Golfo de México; esas son el tipo de cosas que están incorporadas y nadie está ni siquiera pensando en que los estadunidenses van a erigir aquí alguna instalación o tropas”, aseguró el subsecretario.

Aclaró que en la identificación de equipos, tecnologías y entrenamientos que el gobierno de Estados Unidos puede proveer para apoyar el cumplimiento de objetivos del acuerdo no se plantean más compromisos que los de fortalecer la cooperación bilateral para combatir la delincuencia organizada trasnacional.

 
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