Usted está aquí: martes 9 de octubre de 2007 Política “Condenable, que la Iglesia busque influir en políticas públicas”: ONG

Señala fracaso de las enseñanzas morales de la jerarquía

“Condenable, que la Iglesia busque influir en políticas públicas”: ONG

Gabriel León Zaragoza

La organización feminista Católicas por el Derecho a Decidir consideró inaceptable y un hecho condenable la pretensión de la Iglesia católica de influir en las políticas públicas del país, ya que ello forma parte de la cruzada mundial que el Vaticano emprendió desde los años 90 para intentar que sus concepciones de la moral se conviertan en políticas públicas en todas las naciones.

En entrevista, Consuelo Mejía, directora de la agrupación civil, refirió que afortunadamente la sociedad mexicana y latinoamericana se ha dado cuenta de “que ha habido un fracaso estruendoso” de las enseñanzas morales de la jerarquía conservadora entre su feligresía.

Puntualizó que de 2003 a 2005 tuvo lugar una serie de encuestas entre la población católica de México y naciones sudamericanas, las cuales arrojaron que en el país más de 80 por ciento de los entrevistados se oponen a que la Iglesia influya en las políticas públicas, y más de 70 por ciento no siguen las enseñanzas de ese culto en relación con el ejercicio de la sexualidad, la religión, el uso de anticonceptivos y el acceso al aborto.

“Es inexplicable cómo se busca cerrar los ojos a la realidad y seguir intentando imponer una visión y una concepción de la moral y la vida que en los hechos ellos no están aplicando. Si así fuera, probablemente no tendrían abusadores sexuales y, si los hubiera, serían castigados como se debería, pero lo que hacen es encubrir sus crímenes”, afirmó.

La activista consideró preocupante que el Colegio de Abogados Católicos presente una “iniciativa ciudadana” que en los hechos es la “agenda de la jerarquía conservadora”, con una propuesta que obedece a la cruzada generada por el Vaticano en los años noventa, donde los clérigos “están usando todos los recursos a su alcance para conseguir que sea la Iglesia católica, más que la religión, la que ordene lo contenidos de la educación sexual y de las políticas públicas en este país”.

Detalló que “lo que estamos escuchando y leyendo en las manifestaciones de los voceros de la jerarquía católica está en un documento que sacó el Pontificio para la Familia en 1995, que se llama Verdad y significado de la sexualidad humana, guía para la educación en la familia, del cual se desprende la prohibición del uso del condón o cualquier circunstancia que se interponga en una relación sexual con la finalidad procreativa.

Consideró que con su llamado a la libertad de cultos, la Iglesia católica mexicana evidenció que no ha entendido que habita en un país cada vez más diverso, multicultural y plural, “en el que necesariamente tiene que entenderse que debe haber límites a los privilegios hegemónicos”.

Afirmó que si realmente está preocupada por los derechos humanos, debería pronunciarse en favor de la autonomía de las mujeres, la diversidad de género y en temas de sexualidad como el VIH/sida y el uso del condón, como sucede en otras conferencias episcopales del mundo.

Lamentó que a pesar de no ser un país, el Vaticano se ostente como Estado y pretenda inmiscuirse en las políticas públicas mexicanas. Es una entidad, detalló, que “usa acomodaticiamente” el papel de Estado a su provecho: “cuando le conviene es Santa Sede, Vaticano o representación de una religión”.

 
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