El enfrentamiento, por procesos de la narcoparapolítica
Duro choque entre Álvaro Uribe y la Corte Suprema de Colombia
Santafé de Bogotá, 9 de octubre. El presidente colombiano, Álvaro Uribe, y la Corte Suprema de Justicia chocaron duramente luego que el mandatario pidió investigar si el magistrado responsable del proceso por nexos de políticos y grupos de ultraderecha ofreció prebendas a un paramilitar para involucrarlo en un crimen.
La corte calificó la petición de Uribe de un intento por obstruir las investigaciones que sigue el magistrado auxiliar Iván Velásquez en el contexto del llamado “escándalo de la narcoparapolítica”, que ha llevado a la cárcel a 14 congresistas, todos salvo uno aliados del presidente.
El presidente del máximo tribunal, César Julio Valencia, dijo que “esos hechos infundados constituyen actos para obstruir la labor investigativa que viene adelantando la Corte Suprema de Justicia”.
Pedir que “se haga justicia no obstruye la justicia”, aseguró por su parte Uribe. El mandatario pidió el lunes que se investigue un testimonio del paramilitar José Moncada, Tasmania, quien aseguró que el juez Velásquez le ofreció beneficios a él y su familia a cambio de implicar al presidente Uribe en un atentado en 2003 contra otro líder de ultraderecha, Alcides Durango, René.
El magistrado negó la versión del paramilitar y recordó que no es la Corte Suprema la encargada de investigar al presidente.
“Como tantos han dicho, y parece que puede ser, detrás de todo esto hay un plan orquestado para deslegitimar la investigación que viene adelantando la Corte Suprema de Justicia”, dijo Velásquez.
El magistrado resaltó que el señalamiento en su contra se produjo luego de que el 26 de septiembre la corte vinculara al caso de la narcoparapolítica con el senador Mario Uribe, primo del jefe de Estado.
La Corte Suprema respondió hoy a Uribe, tras una prolongada reunión de todos sus miembros. En una declaración de ocho puntos, los magistrados reafirmaron su rechazo a la “injerencia indebida” del mandatario en las investigaciones que realiza la corte, recordaron la división de poderes y respaldaron la labor de Velásquez.
La reacción del jefe de Estado tuvo un antecedente hace una semana cuando acusó al corresponsal en Colombia del diario estadunidense El Nuevo Herald, Gonzalo Guillén, de estar detrás del libro en que la ex amante del abatido capo del narcotráfico Pablo Escobar dice que ambos eran amigos.
Guillén tuvo que salir del país por amenazas en su contra, después que Uribe lo acusó en las radios de montar calumnias y “dedicar una carrera periodística a la infamia y a la mentira”.
El presidente reiteró este martes que nunca tuvo relación con el capo, aunque reconoció que en 1992 se reunió con la esposa de éste para persuadirlo de que se entregara a las autoridades. Uribe dijo que esa reunión no fue clandestina y que él mismo la hizo pública en la época.
“Es muy claro: yo no fui amigo de Pablo Escobar ni cuando estaba de moda”, señaló el presidente a las radios.
Igualmente, Uribe tachó de infame a Daniel Coronell, columnista y director de un noticiero de televisión, por preguntarle sobre una publicación de un diario colombiano de 1983, según la cual el hoy presidente usó un helicóptero de Escobar para viajar a la zona donde su padre fue muerto.
El periódico El Tiempo, en su editorial, pidió hoy mesura a Uribe y señaló que “no deja de ser inquietante el tono agresivamente descalificador con que el presidente suele rechazar críticas o informes periodísticos que considera desacertados”.
El Tiempo, el diario más importante de Colombia, es propiedad de la familia Santos, a la que pertenecen el vicepresidente Francisco Santos y su primo y ministro de Defensa, Juan Manuel Santos.