Usted está aquí: miércoles 10 de octubre de 2007 Sociedad y Justicia Beca crédito impide a estudiante concluir especialidad en el INNN

Debía $90 mil; la Anáhuac le hizo firmar pagaré por 250 mil

Beca crédito impide a estudiante concluir especialidad en el INNN

Angeles Cruz Martínez

Odette Villegas Pichardo estudió la carrera de medicina en la Universidad Anáhuac, la cual concluyó con un promedio de 9, pero debido a que recibió un “crédito educativo” no ha podido obtener su título y cédula profesionales. Por eso fue despedida de la residencia de neurología que estudiaba desde 2005 en el Instituto Nacional de Neurología y Neurocirugía (INNN) Manuel Velasco Suárez.

Al menos ése fue el argumento esgrimido por Ricardo Colín, director de enseñanza del INNN, cuando le notificó que estaba dada de baja de la institución. El funcionario le dijo que dicha “irregularidad” fue detectada en una auditoría que se realiza al instituto.

La afectada comentó que son varios los casos de médicos residentes que, como ella y por diversas razones, en ésta y otras instituciones no logran presentar su documentación completa, y no los corren. Comentó que Colín sabía por qué no había entregado los documentos para acreditar su inscripción en la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución que certifica y da validez oficial a las especialidades médicas.

“De nada valieron” las explicaciones respecto a que en el área de Servicios Escolares de la UNAM, el doctor Isidro Ávila informó a la afectada que para la máxima casa de estudios no existe ningún inconveniente en que su inscripción se realice de manera extemporánea. Sólo tiene que presentar sus documentos y pagar una multa.

La profesionista, ya con especialidad en medicina interna, realizada en el Hospital Ángeles del Pedregal, explicó que su familia tuvo severos problemas económicos cuando ella estudiaba en la Universidad Anáhuac en el periodo 1994-1999, por lo que no pudo cubrir el costo de la colegiatura. La institución le otorgó un “crédito educativo” que debía cubrir una vez que empezara a tener ingresos propios.

Afirma que así lo estaba haciendo, y todavía adeudaba 90 mil pesos cuando ingresó al INNN, donde Colín le solicitó que “lo más pronto posible” presentara su título y cédula profesionales. Debido a que el funcionario insistía casi cada semana en la documentación, Villegas Pichardo se vio obligada a firmar un pagaré por 250 mil pesos en favor de la Universidad Anáhuac, con lo que esa institución inició los trámites para liberar los papeles.

De hecho –asegura–, en julio pasado le entregaron su título y empezó el trámite para obtener la cédula profesional. Estaba en curso ese proceso cuando Colín le notificó su baja. Ayer, el funcionario aseguró que la salida de Villegas Pichardo del INNN fue una decisión del consejo académico del instituto, y se debió a que la alumna no presentó sus documentos y porque en la UNAM regresaron su expediente por estar incompleto.

Sin embargo, Colín agrega otras razones para la baja de la residente: incumplimiento académico, indisciplina y su negativa para realizar interconsultas en otros hospitales. Refiere que la estudiante decía que no tenía por qué ir a otros lados. Además, asegura que Villegas Pichardo es “negligente en la atención médica” en el servicio de urgencias, y que el jefe del área ha dicho que la encontraba jugando en la computadora.

Nada de esto se informó a la afectada, quien explicó que debido al pago de la deuda con la Universidad Anáhuac (6 mil pesos al mes) y los gastos que debe realizar para comprar los medicamentos que requiere su papá –enfermo del corazón– y el pago de la renta de la casa que habitan sus progenitores, prácticamente no le quedaba nada de la beca de 10 mil pesos que recibía como residente.

Personalmente no tenía gastos, porque vivía en la residencia médica del INNN, situación de la que estaban enterados sus superiores en el instituto. A pesar de ello y de que es una médica en formación, obligada a permanecer en su centro de adscripción, en un par de ocasiones le solicitaron que se trasladara al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias para que proporcionara atención a un paciente.

La primera vez, el doctor Eduardo Briceño, jefe de la consulta externa, le proporcionó 50 pesos para el traslado, pero en la segunda ocasión el jefe de residentes, Juan Manuel Calleja, le negó el apoyo, y le dijo que si no iba le enviaría un “extrañamiento”, lo cual cumplió.

 
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