Usted está aquí: jueves 11 de octubre de 2007 Política Comienza el encuentro de pueblos indígenas

Participantes denuncian acoso de autoridades

Comienza el encuentro de pueblos indígenas

La comunidad yaqui de Vícam, Sonora, será la sede

Hermann Bellinghausen

Ampliar la imagen Una mujer huichol acudió a registrarse para participar en el Encuentro de Pueblos Indígenas de América, en la comunidad de Vícam, Sonora Una mujer huichol acudió a registrarse para participar en el Encuentro de Pueblos Indígenas de América, en la comunidad de Vícam, Sonora Foto: Víctor Camacho

El Encuentro de Pueblos Indígenas de América, que se celebrará en la comunidad yaqui de Vícam, en el estado de Sonora, inició ayer el proceso de registro, y será inaugurado por las autoridades tradicionales de la localidad, así como por el Congreso Nacional Indígena y la Comisión Sexta del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) este jueves por la mañana.

En tanto, la caravana de asistentes que participaron en la reunión preparatoria en Santa Lucía del Camino, Oaxaca, denunció agresiones y hostigamientos, tanto en su lugar de partida como a lo largo de trayecto entre el estado del sur y el Valle del Yaqui en Sonora. “A las 3 de la madrugada del siete de octubre, después de la reunión preparatoria realizada los días 4, 5 y 6 de octubre en la casa del Consejo Indígena Popular de Oaxaca Ricardo Flores Magón (CIPO-RFM), a donde acudieron indígenas de Chiapas, Tabasco, Campeche, Yucatán, Oaxaca y Quintana Roo, un carro se detuvo frente a la casa comunitaria y se escucharon varios disparos de arma de fuego, y enseguida la huída del carro agresor”.

En esos momentos, los que preparaban el viaje a Vícam buscaron dónde protegerse de lo que pensaron era un ataque directo. “Después, todo quedó silencio, salimos a la calle y nos percatamos que los disparos (seis impactos de grueso calibre) fueron hechos en la casa del candidato del PRI a la presidencia municipal de Santa Lucía del Camino, que está frente a la casa comunitaria”. Los hechos motivaron patrullajes de carros con militares, policías antidisturbios y agentes de civil, con el pretexto de vigilar la zona, pues pocas horas después iniciarían las elecciones estatales.

Desde ese mismo día, en el camino a Vícam, los delegados y sus acompañantes fueron hostigados constantemente. Primero por la seguridad pública, en la madrugada del 8 de octubre, en la salida de México a Querétaro. El autobús en que viajaban (placas 448RB7) fue detenido por el policía Alfredo Aguirre López (placas 1039) y otros agentes, “quienes trataron de manera agresiva y prepotente, y después de mucho discutir” dejaron ir al vehículo.

El martes por la tarde el autobús fue detenido en Nayarit por miembros de la Agencia Federal de Investigaciones (AFI) “que con el pretexto de la droga y los migrantes, quisieron revisar el autobús y pedir que se identificaran todos los compañeros y compañeras, de manera autoritaria, prepotente e intimidatoria, pero nuestros compañeros no se dejaron”.

Más adelante, en un retén militar del Ejército instalado en la carretera de Acaponeta a Mazatlán, los delegados fueron obligados a bajar del autobús y revisaron “todo”, con el pretexto de la Ley Federal de Armas y Explosivos. “Los compañeros de los medios alternativos tomaron fotos, pues esos actos son anticonstitucionales, por lo que los amenazan con detenerlos hasta que borraran la foto que tomaron y ahí permanecieron más de 30 minutos”.

Este miércoles, a las 5 de la mañana, volvieron a ser detenidos en la Novena Zona Militar, por el batallón 89 de infantería, en El Desengaño, Sinaloa. “Aquí el pretexto fue que los compañeros vigilaban la revisión que los militares hacían a sus pertenencias, éstos empezaron a agredirlos y pedirles sus nombres e identificaciones”. Ya cerca de Ciudad Obregón, Sonora, “unos oficiales que no se identificaron ni se presentaron detuvieron el autobús para revisarlo”.

Según la denuncia, “estos hechos, junto con el hostigamiento que han sufrido los comandantes del EZLN en los mismos retenes militares, los desalojos a los pueblos zapatistas del EZLN, el ataque de los yoris (mestizos) que utilizaron algunas autoridades yaquis para descalificar y atacar al Encuentro de los Pueblos Indígenas de América y toda la persecución para los de la otra campaña, no es sino la guerra abierta para los que nos organizamos desde abajo y a la izquierda. Es la desesperación de los gobiernos lacayos para detener lo que ya no puede detenerse: el avance de los pueblos indios”.

Los delegados exigen garantías “para que todos y todas regresemos a nuestras comunidades con bien” tras concluir la reunión en Vícam, el próximo domingo.

 
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