Usted está aquí: domingo 14 de octubre de 2007 Cultura En medio de la crisis de la industria editorial, arranca la feria del Zócalo

En los 15 años pasados han cerrado casi 40 por ciento de las librerías, revela la Caniem

En medio de la crisis de la industria editorial, arranca la feria del Zócalo

Redoblan la exigencia para que la ley del libro sea aprobada

Las crisis económicas, responsables de la baja de ventas, afirma Marcelo Ebrard

En el DF, una librería por cada 25 mil habitantes

Arturo Jiménez

Ampliar la imagen Presencia familiar para aprovechar las ofertas en el primer día de la feria del libro del Zócalo Presencia familiar para aprovechar las ofertas en el primer día de la feria del libro del Zócalo Foto: Guillermo Sologuren

Con la exigencia unánime de que por fin sea aprobada la ley del libro –que ya había avalado el Congreso pero fue vetada por Vicente Fox el año pasado– y con un diagnóstico preocupante de bajos niveles de lectura y tendencia de cierre de librerías en el país, fue inaugurada la séptima Feria del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México, que concluirá el domingo 21.

La ceremonia de inauguración de la feria, dedicada esta vez al tema Voces de mujeres, estuvo encabezada por el jefe de Gobierno capitalino, Marcelo Ebrard, quien ante ese panorama planteado por editores dijo que una de las causas es el “largo periodo de crisis económica” que ha afectado el nivel de vida de las familias mexicanas.

Ante el veto de Fox a la ley del libro, se ha tenido que trabajar de nuevo con los legisladores actuales para rectificar ese error, dijo Patricia van Rhijn, en representación del presidente de la Cámara Nacional de la Industria Editorial Mexicana (Caniem), Juan Luis Arzoz.

“Esperemos que nuestros representantes en las cámaras sepan comprender, como lo hicieron los anteriores, la importancia y la urgencia de la aprobación de esta ley.”

Dijo que países como Colombia, España, Argentina y Ecuador ya cuentan con una legislación del libro que avala políticas de estado en la materia para dinamizar el mercado interno, con medidas que comprenden el precio único.

Van Rhijn recordó que en los años 60 y 70 la industria editorial mexicana era la primera en lengua castellana, pero que ahora ha perdido fuerza y cedido su lugar a España, además de que Colombia es el mayor exportador en América Latina.

Señaló además que México tiene “el peor” índice de librerías por habitante entre los países de habla hispana y una tendencia de cierre de librerías. “Somos el país con el mayor número de hispanohablantes y, paradójicamente, en los pasados 15 años han cerrado entre 30 y 40 por ciento de las librerías.

De las 973 registradas por la Caniem, el Distrito Federal cuenta con 34 por ciento, número alto, pero que en realidad corresponde a una librería por cada 25 mil habitantes. Mientras, Baja California y Tlaxcala cuentan con una sola librería para todo el estado.

La difusión y uso del libro en el país presenta un panorama “desastroso”, dijo, y agregó que falta una toma de conciencia general a fin de considerar al libro como estratégico para el desarrollo del país.

Derecho a la lectura

Marisol Schulz, directora editorial de Alfaguara, dijo que en México es “ineludible” hacer ajustes en la cadena productiva del libro, desde su creación hasta su compra, pasando por el trabajo editorial y la distribución.

“La promulgación de la ley del libro es absolutamente imprescindible, por lo que hago un llamado a los legisladores para que le den curso, con la certeza de que es un paso indispensable para establecer las soluciones jurídicas necesarias para el desarrollo de un país lector.”

Recordó que la iniciativa de ley cuenta con el consenso de libreros, editores, distribuidores y otros sectores relacionados con la industria editorial.

Dijo que la lectura es un factor importante en un país democrático y para la fortaleza cultural y económica. “El acceso a la lectura debería ser un derecho irrenunciable”.

Schulz criticó que la lectura sea desplazada por la frivolidad de la mayoría de los medios de comunicación, que no informan y sí confunden a la población, que padece un bajo nivel educativo. Los índices de lectura y de comprensión lectora de México están “muy por debajo” de otros países de América Latina, agregó.

Fue ante ese diagnóstico de Van Rhijn y Schulz que Ebrard planteó que la crisis económica que ya lleva varios años también figura entre las causas de los problemas de la industria editorial y los bajos niveles de lectura.

Elena Cepeda, secretaria de Cultura capitalina, reconoció la grave situación en torno a los libro y dijo que dentro de la feria se realizará un foro en torno a la necesidad de aprobar la ley respectiva y que se trabaja con la Caniem en un programa de fomento a la lectura.

Por otra parte, la funcionaria dijo que los detalles de la convocatoria del premio literario que llevará el nombre de la escritora Elena Poniatowska se darán a conocer el sábado 20.

A la inauguración de la feria asistieron escritores como Paco Ignacio Taibo II y David Huerta, quienes estaban entre el público, y en la mesa, Víctor Hugo Rascón Banda, presidente de la Sociedad General de Escritores de México.

 
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