Usted está aquí: martes 16 de octubre de 2007 Política “La reforma no pone fin a la falta de credibilidad de consejeros”

Asegura experto que la Fepade sólo es un espantapájaros

“La reforma no pone fin a la falta de credibilidad de consejeros”

Alonso Urrutia

La fórmula híbrida de renovación del Consejo General del Instituto Federal Electoral (IFE) adoptada en la reforma constitucional impedirá que el déficit de credibilidad que arrastra la institución se corrija en el corto plazo, por la permanencia de los consejeros, cuyo desempeño en los comicios de 2006 careció de legitimidad, sostiene Miguel Eraña, doctor en derecho.

“Extraña que ahora el consejero presidente, Luis Carlos Ugalde, esté tan preocupado en indagar el pasado de los 281 mil promocionales no reportados por los partidos, y en su momento no se preocupó por indagar el presente de la elección”.

Doctorado en derecho constitucional, el catedrático de la Universidad Iberoamericana define lo que esto implicará: “los actuales consejeros debieron haber dejado a disposición del Congreso sus cargos por su desempeño en las elecciones; como no lo hicieron, su falta de legitimidad los convertirá en ‘rémoras’ para el nuevo consejo. Fueron omisos, no desplegaron sus atribuciones, distorsionaron el proceso electoral con la falta de cumplimiento de sus obligaciones constitucionales”.

En entrevista sobre los cambios a la legislación secundaria, Eraña considera que existen tres puntos medulares en la inminente reforma: profundizar en la democratización de los partidos políticos; ampliar las facultades del IFE en materia de sanciones, a fin de que pueda incluso hacerlo con particulares que violenten la legislación respectiva, y eliminar el “espantapájaros” que representa la Fiscalía Especializada para la Atención a Delitos Electorales (Fepade), dotándola de autonomía plena que le permita castigar los excesos del Poder Ejecutivo.

–¿Las complicaciones de la elección de 2006 fueron por deficiencias en el marco legal o por responsabilidad de los consejeros?

–Estoy seguro que la legislación era deficitaria, pero suficientemente bien articulada para sacar el proceso. No hay duda que el saldo negativo obedeció a la responsabilidad de los consejeros, su falta de conocimiento, su impericia técnica y el haber arriado sus atribuciones, las cuales no ejercieron.

Eraña sostiene que la legitimidad que tienen los consejeros provienen de tres ejes centrales: del marco legal, del Congreso de la Unión que los designó y la tercera, crucial, de su desempeño, de su actuación.

–¿Hubo déficit en esta parte?

–Más que un déficit, un desplome total. Si se analiza respecto de la legitimidad normativa, ya les reformaron la Constitución; del Congreso, sus cargos están a disposición de los legisladores, y su actuación está muy cuestionada. La legitimidad que poseían ha desaparecido. Por eso deberían poner su cargo a disposición de la autoridad.

El analista sostiene que la fórmula derivada del pacto político entre las principales fuerzas políticas tiene la ventaja de haber retornado a una visión multipartidista de los cambios que se requieren, pero forzó un esquema de renovación poco propicio para la recuperación de la legitimidad de la autoridad en el corto plazo.

“No debería haber una parte de consejeros de última generación y, otra, dominante hasta 2008, que son consejeros agotados y arrollados por las elecciones de 2006, sin autoridad. Ya está probada su incapacidad, porque el problema no son tanto las normas, sino la funcionalidad que les otorgue la autoridad para poder contener a los poderes públicos y fácticos que inciden irregularmente.”

–¿La nueva legislación debiera dotar de facultades expresas al IFE para contenerlos?

–Hay múltiples ideas, entre ellas hacer corresponsables a los partidos de los beneficios que puedan tener de la actuación ilegal de los poderes fácticos.

–¿Sería deseable la posibilidad de sancionar a terceros?

–En parte ya está ahora, sólo que los consejeros no quisieron ejercer su capacidad de promover denuncias ante la Fepade; fueron omisos. Sin embargo, sería importante que ahora el IFE pudiera actuar más contra terceros, no sólo con denuncias, sino con la capacidad de sancionarlos e incluso de ser coadyuvante con la fiscalía en las investigaciones.

La Fepade, por cierto, es considerada por Eraña como una instancia inútil que ha probado su ineficacia con las dos fiscales que han estado al frente. “Es un espantapájaros descomunal cuya dependencia del Poder Ejecutivo la inutiliza. La titular actual está ahí por ser hermana de un alto ejecutivo de Televisa y asistente de un ex presidente de la Suprema Corte”, afirma.

 
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