Usted está aquí: miércoles 17 de octubre de 2007 Política Pide el Senado cambiar la sede del archivo de la nación

Pide el Senado cambiar la sede del archivo de la nación

Arturo García Hernández

La Comisión de Cultura del Senado emitió ayer por consenso un punto de acuerdo para exhortar al titular del Poder Ejecutivo a que lleve a cabo la reubicación del Archivo General de la Nación (AGN), ante los riesgos que implica mantenerlo en su sede actual, el antiguo Palacio de Lecumberri, que presenta un preocupante incremento en sus niveles de humedad.

De acuerdo con especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), si la humedad rebasa determinado índice, proliferarán hongos altamente nocivos para los documentos resguardados.

Durante una sesión de trabajo, la presidenta de la comisión, la senadora María Rojo, señaló que los especialistas de la UNAM consideran que por sus condiciones climatológicas y su cercanía con la capital del país, Querétaro y Pachuca serían ciudades ideales para la nueva sede del AGN.

El punto de acuerdo también contiene la propuesta de pedir al pleno del Senado que haga suyo el exhorto. De esta manera la comisión retomó como propia una preocupación planteada inicialmente por el senador Pedro Joaquín Coldwell.

Asimismo, Rojo pidió que la reubicación del AGN se inscriba dentro de las actividades conmemorativas del centenario y bicentenario de la Revolución y la Independencia de México, respectivamente.

Hace dos años, el entonces director del AGN, Jorge Ruiz Dueñas, ya había advertido ante diputados y senadores de la Comisión Permanente (La Jornada, agosto de 2005) sobre el riesgo en que se encontraban documentos fundamentales del Estado, memoria histórica del país.

De acuerdo con Ruiz Dueñas hasta 2005 el AGN albergaba 50 kilómetros de información en diversos formatos. Un total de 583 grupos documentales, entre ellos 115 instituciones coloniales –algunos han sido declarados Memoria del Mundo por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura– además de 70 colecciones fotográficas con unas 7 millones de imágenes, más de 63 mil videos y 64 millones de microfilmes de carácter genealógico. Todo esto es lo que se encuentra en riesgo.

 
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