Usted está aquí: viernes 26 de octubre de 2007 Sociedad y Justicia El niño con mejor ortografía estudia con graves carencias

El niño con mejor ortografía estudia con graves carencias

Karina Avilés

Ampliar la imagen Josefina Vázquez Mota, titular de la SEP, entregó los premios a los ganadores del octavo Concurso Nacional de Ortografía Josefina Vázquez Mota, titular de la SEP, entregó los premios a los ganadores del octavo Concurso Nacional de Ortografía Foto: Yazmín Ortega Cortés

La historia del adolescente Francisco Mendoza Espinoza, ganador del Concurso Nacional de Ortografía, se asemeja a la de miles de niños que asisten a escuelas en las que ante las carencias, trabajan en el piso; pero también es la historia de un diccionario de la lengua, deshojado y tan viejo que nadie en la escuela sabe cuántos años tiene, y que ha sido su principal herramienta para llevarlo al primer lugar.

Ayer, la titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Josefina Vázquez Mota, reconoció a los alumnos ganadores del octavo Concurso Hispanoamericano de Ortografía, que representarán a México en su edición internacional.

Así, exhortó a los diferentes actores educativos a sumarse a las estrategias en favor del lenguaje, de la lectura, la escritura y también de la ortografía. Y anunció que en 2008, la SEP conmemorará los 460 años del natalicio de Sor Juana Inés de la Cruz, gloria de nuestro idioma.

Con 14 años, Francisco Mendoza acude a la secundaria oficial A, en su natal Pánuco, Veracruz. La escuela, dice su madre, la señora Flor María, no tiene buenas condiciones para sus alumnos, porque les hace falta mucho material, aulas más grandes y espacios para la realización de las actividades de talleres.

En éstos, como por ejemplo en los de electricidad y costura, los alumnos tienen que trabajar en el piso. La maestra de Francisco, Rosa Élida López, interviene y espontáneamente habla de un diccionario, el de la Real Academia Española, con el que a diario ha trabajado con su alumno en el análisis de “cada una de las palabras”.

“Ahora vamos a tener que decir que nos compren uno nuevo” a la directora del plantel. Lo que le preocupa de este diccionario no es lo viejo ni lo descuadernado, sino que no contenga las recientes revisiones. Por eso, tendrán que pedir ayuda para desplazar al viejo libro, sobre todo, porque Francisco tendrá que prepararse aún más para concursar frente a compañeros de otros países en diciembre próximo.

 
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