Usted está aquí: lunes 5 de noviembre de 2007 Mundo Más de mil 500 opositores y activistas detenidos en Pakistán durante el estado de excepción

Líder de oposición califica la medida de “segundo golpe” de Pervez Musharraf

Más de mil 500 opositores y activistas detenidos en Pakistán durante el estado de excepción

Llaman partidos a una huelga nacional; podrían aplazar las elecciones parlamentarias

Reuters, Afp y Dpa

Ampliar la imagen Simpatizantes del líder opositor paquistaní Qazi Hussain Ahmed se manifestaron ayer a las afueras de Lahore en contra de  las medidas del presidente Pervez Musharraf Simpatizantes del líder opositor paquistaní Qazi Hussain Ahmed se manifestaron ayer a las afueras de Lahore en contra de las medidas del presidente Pervez Musharraf Foto: Ap

Ampliar la imagen Activistas arrestados en la ciudad paquistaní de Multan, donde la policía realizó cateos en varios domicilios y decomisó armas Activistas arrestados en la ciudad paquistaní de Multan, donde la policía realizó cateos en varios domicilios y decomisó armas Foto: Ap

Islamabad, 4 de noviembre. Más de mil 500 opositores y activistas pro derechos humanos fueron detenidos hoy en Pakistán, un día después que el presidente Pervez Musharraf decretó el estado de excepción y suspendió la Constitución, medida que la líder de oposición Benazir Bhutto calificó de “segundo golpe”, en alusión a la asonada que llevó al poder al actual jefe de Estado, en 1999.

Los partidos políticos y abogados de la oposición llamaron a una huelga nacional para el lunes, mientras el primer ministro paquistaní, Shaukat Aziz, anunció que las eleciones parlamentarias de enero, podrían ser reprogramadas.

Un vocero de la Liga Musulmana de Pakistán, en la que milita el ex jefe de gobierno Nawaz Sharif, dijo que la policía ha arrestado en sus casas a decenas de altos funcionarios y miembros del partido, si bien Aziz señaló que sólo han sido detenidas entre “entre 400 y 500 personas en el país”.

Entre quienes se encuentran bajo arresto domiciliario están el jefe del Movimiento por la Justicia y ex estrella del cricket, Imran Khan, así como la presidenta de la comisión de derechos humanos de Pakistán, Asma Jehangir, y el vicepresidente de la Liga Musulmana, Javed Hashmi, quien consideró que los días de Musharraf están contados y que la intervención militar y los conflictos políticos van a acabar pronto.

Tariq Mehmood, uno de los principales abogados opositores a Musharraf, dijo que la mayoría de los juristas que rechazan la medida del gobernante militar se encuentran detenidos o bajo arresto domiciliario.

“Es la segunda toma del poder en el país del general Musharraf desde 1999, quien no ha impuesto el estado de emergencia, sino la ley marcial”, declaró desde una estación de policía donde Mehmood está arrestado.

Musharraf decretó el sábado el estado de excepción, suspendió la Constitución y nombró como nuevo titular de la Corte Suprema, al jurista Abdul Hamid Dogar en sustitución de Iftikhar Chaudhry, conocido por su oposición al presidente.

Asimismo, el decreto prohibió a los tribunales del país emitir fallos contra el mandatario, que justificó la medida con la inestabilidad que vive el país, aunque el gabinete, la Asamblea Nacional y las asambleas provinciales continuarán funcionando.

Los paquistaníes y los diplomáticos extranjeros consideran que el principal motivo de Musharraf fue prevenir que la Corte Suprema invalide su relección del 6 de octubre, votada por el Parlamento.

En un discurso a la nación el sábado por la noche, Musharraf dijo que actuó en respuesta a una creciente militancia islámica en Pakistán, que según el mandatario posee armas nucleares. Dijo que el gobierno se había paralizado por la interferencia judicial.

El primer ministro afirmó a su vez que las medidas apuntan a “reforzar el orden jurídico del gobierno, fortalecer la ley, ordenar la situación y mantener la armonía entre la magistratura, el Ejecutivo y el Parlamento para que el gobierno pueda funcionar tranquilamente”.

Aziz agregó que el estado de excepción será mantenido “tanto tiempo como sea necesario”, y que las elecciones parlamentarias, en principio previstas para enero de 2008, podrían aplazarse hasta dentro de un año.

La líder de la oposición Benazir Bhutto, quien regresó del exilio el 18 de octubre y al parecer negociaba un reparto del poder con Musharraf, declaró a la cadena británica BBC que “los partidos políticos piden la restauración de la Constitución y la celebración de elecciones bajo la vigilancia de una comisión electoral independiente.

“La comunidad internacional –agregó– debe exigir a Musharraf que restaure el orden constitucional”.

La secretaria de Estado de Estados Unidos, Condoleezza Rice, quien pidió desde Jerusalén “un rápido retorno al orden constitucional” en Pakistán, afirmó que Washington tendrá que revisar su ayuda financiera por unos diez mil millones de dólares que ha otorgado a Pakistán en los últimos cinco años.

No obstante, rechazó las críticas de que Washington ha confiado demasiado en Musharraf desde que llegó al poder. Destacó también la importancia de Islamabad en la llamada guerra contra el terror, que es prioridad de Washington.

El jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Javier Solana, pidió a Islamabad que regrese al derecho y a la ley, y que se mantenga el plazo previsto para los comicios. “Aunque Pakistán enfrente una situación política interna difícil y condiciones de seguridad peligrosas, el debilitamiento de la línea general democrática no puede ser la solución”, advirtió Solana.

En este contexto, militantes pro talibanes liberaron a 211 soldados pakistaníes que mantenían cautivos desde agosto pasado en una región tribal cerca de la frontera con Afganistán.

 
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