Usted está aquí: martes 6 de noviembre de 2007 Economist Intelligence Unit El precio del crudo, por las nubes

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Energía

El precio del crudo, por las nubes

Ampliar la imagen Foto: Reuters

Algunos creen que es una maldición, pero los que están inundados en petróleo deben sentirse afortunados en estos momentos. En octubre, cuando el precio del crudo alcanzó 90 dólares por barril, antes de fijarse un poco por abajo de 89 dólares, los especuladores empezaron a considerar una meta todavía más alta: 100 dólares por barril. La cifra sacudió a los consumidores, pero su preocupación quizá sea exagerada.

Esas marcas ya se han roto antes. Siempre que un precio nominal alcanza un nuevo número redondo, la mente se dispara hacia la cifra del siglo. En 2005, analistas de Goldman Sachs, banca de inversión, predijeron que los precios alcanzarían tres dígitos en esta década. Algunos piensan que esto puede ocurrir el próximo año. A pesar de que el abasto de petróleo permanece estable por ahora, es sólo cuestión de tiempo para que el crudo alcance la cifra de 100 dólares por barril.

En estos momentos, la causa más importante del aumento en el precio del crudo es la debilidad del dólar estadunidense. Los vendedores con divisas que ahora se han revalorado frente al dólar quieren más efectivo. Los que compran petróleo con monedas más fuertes, como el yen o el euro, tienen un incentivo para almacenarlo, lo cual crea más demanda y, de nuevo, precios más altos.

En el aspecto político, los comerciantes de petróleo observan muy de cerca la actividad militar en la frontera entre Turquía e Irak, donde un conflicto en ciernes podría obstruir el flujo de petróleo desde la región kurda y entorpecer el abasto. Las cada vez más fuertes rencillas diplomáticas entre Estados Unidos e Irán, debidas a las aspiraciones nucleares de este último, se han venido a sumar a otros temores. Mientras tanto, la demanda de petróleo en China e India se ha vuelto insaciable.

Aun así, ninguno de estos factores se ha presentado de manera repentina ni sorpresiva, lo cual sugiere que los altos precios podrían ser síntomas de una burbuja. De acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), los fundamentalistas no apoyan los altos precios actuales. De hecho, Abdullah al-Badri, secretario general de la OPEP, señaló que el repunte reciente se ha producido “principalmente por culpa de los especuladores del mercado”. Sin embargo, el cártel ha estado de acuerdo en elevar la producción a partir de noviembre, en unos 500 mil barriles al día para asegurar un amplio abastecimiento durante los fríos meses de invierno, y para contener los precios.

A pesar de dichas certezas, los especuladores continúan apostando a que los precios se incrementarán. Pero, ¿qué significa para la economía mundial que los precios alcancen 100 dólares por barril? Por supuesto, el golpe de los precios puede dañar las economías, pero ello no significa que siempre pase así. En el pasado, los aumentos súbitos en el precio del petróleo han creado un efecto “de espera”, durante el cual las compañías detienen la inversión para ver si los precios se reducen de nuevo. El impacto puede convulsionar la economía, afectando todo, desde la producción industrial hasta las tarjetas de crédito. En el peor de los casos, puede conducir a la recesión o a la tan temida “estanflación”: la inflación se dispara y el crecimiento se estanca.

Esta vez, sin embargo, podría ser diferente. Ajustados por la inflación, 100 dólares por barril podrían no exceder la marca registrada en 1980. De la misma manera, las grandes economías están por lo general mejor protegidas contra las fluctuaciones en el precio del crudo. Los países desarrollados usan la mitad de petróleo por dólar real de su PIB que a mediados de los años 70, gracias al mejoramiento en la eficiencia energética. Este año, el precio del crudo se ha incrementado en cerca de 70 por ciento desde enero, sin atrofiar el crecimiento económico de Estados Unidos.

No solamente el mundo aguantaría precios más altos; algunos incluso piensan que incrementos posteriores resultarían benéficos. Un número cada vez más grande de economistas sugiere que los altos precios del crudo son saludables, sobre todo para el medio ambiente. Pero el aumento debe ser gradual y predecible para que las economías puedan irse ajustando. Incrementos súbitos y desproporcionados tienden a crear recesiones.

Esta semana los precios han mostrado signos de un tibio retroceso. Michael Lynch, de la consultora Strategic Energy & Economic Research, recuerda que hace justo un año los inventarios eran altos y los precios demasiado bajos. “Una vez que los tanques se llenen y el petróleo se desparrame por ahí, el mercado puede cambiar”, afirma Lynch. Como los meteorólogos, las predicciones de los analistas de la industria petrolera podrían ser exageradas y los 100 dólares por barril estarían aún lejos.

Fuente: EIU

Traducción de texto: Jorge Anaya

 
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