Usted está aquí: miércoles 7 de noviembre de 2007 Sociedad y Justicia Confirman la muerte de 3 personas por el desgajamiento en Chiapas

Habitantes de San Juan Grijalva aseguran que están desaparecidos 36 vecinos

Confirman la muerte de 3 personas por el desgajamiento en Chiapas

Testimonios de los sobrevivientes describen cómo la tierra arrastro las casas

Ángeles Mariscal (Corresponsal)

Ampliar la imagen Trabajadores inspeccionan el desgajamiento de un cerro en de San Juan del Grijalva, ubicado en las márgenes del embalse de la presa Peñitas, en Chiapas Trabajadores inspeccionan el desgajamiento de un cerro en de San Juan del Grijalva, ubicado en las márgenes del embalse de la presa Peñitas, en Chiapas Foto: Reuters

Pichucalco, Chis., 6 de noviembre. Este día, por los cauces del río Grijalva siguieron apareciendo sobrevivientes del deslizamiento de tierra que arrasó el poblado San Juan de Grijalva, del municipio Ostuacán, pero también los primeros tres cadáveres entre un sinnúmero de desaparecidos, aunque la cifra gubernamental es de 14.

En los albergues ubicados en Ostuacán se tienen contabilizados 95 habitantes de San Juan de Grijalva; seis más fueron trasladados a Villahermosa, Tabasco. Además de los tres muertos, se busca a otras 36 personas para completar los 140 habitantes que según el censo de población del centro de salud que existía en ese lugar habitaban el poblado. Se presume que se refugiaron en los lugares cercanos o fueron arrastrados por la corriente.

La dimensión del derrumbe de la cumbre La Pera se puede observar en el hecho de que cubrió los 700 metros que había entre los dos cerros donde se abre paso el río Grijalva, en la zona de su embalse de la presa Peñitas, construyendo un inmenso tapón de piedra y lodo. Se calcula en 2 millones 400 mil metros cúbicos el material, que a simple vista parece un cerro. Personal de la Comisión Nacional del Agua detalló que no será posible a corto plazo remover esa masa.

La caída de esta cantidad de piedras y lodo sobre el embalse de la presa fue lo que provocó la formación de dos olas gigantes que arrastraron el poblado San Juan Grijalva. “Íbamos huyendo un grupo como de 80 personas, cuando volteamos nos asombró que había un cerro nuevo… era la tierra que cayó de la cumbre y que tapó el paso del río”, explicó Juan Hernández cuando esta mañana fue rescatado en un extremo de la corriente.

Junto a él, su esposa Rosa Domínguez explicó que antes de las 8 de la noche del domingo “todos nos alertamos porque el ganado estaba corriendo; la gente decía que lo estaban robando, pero era que el ganado empezó a bramar porque la cumbre empezó a caer. Volteamos a la cumbre, todos comenzaron a gritar y resolvimos de un momento salir por el otro extremo, pero entonces sentimos una brisita y era el agua que estaba subiendo como una ola gigante”.

Julián Méndez, otro de los sobrevivientes que aparecieron en la zona de Peñitas, narró que la primera impresión fue que la presa se había reventado, “porque llegó la primera ola gigante y empezó a arrastrar a la gente. Yo estaba en la casa de salud y me dijeron ‘sálvate si puedes’, yo andaba en muletas y corrí como 20 metros arriba, queriendo pasar la comisaría ejidal; fue entonces cuando vino la otra ola. Era una oleada más grande, que me aventó como 30 metros hacía arriba.

“Me salvé porque quedé trabado de una barra de concreto; entonces unos amigos me jalaron, volteamos y vimos cómo se desmoronaron los cerros, arrebataron las casas, los postes de luz, la iglesia y la escuela”, dice en referencia a las 84 casas y demás construcciones que constituían el poblado.

“Vi que antes de la segunda ola mis compañeros estaban luchando por sacar a la gente, pero ya no sé qué pasó con ellos, porque cuando fue la segunda avenida ya no había palos ni postes de dónde agarrarse. La primera ola arrebató casas, la segunda es la que pasó llevándose lo que quedó”.

Explicó que las personas que lograron salvarse fueron las que salieron primero rumbo a las montañas. Dijo que algunos más se encerraron en sus viviendas con la intención de protegerse.

Sólo 14 desaparecidos: Protección Civil

Con base en testimonios de los sobrevivientes a las dos olas gigantescas que provocó el derrumbe de cerro La Pera, la Subsecretaría de Protección Civil informó que únicamente hay desaparecidas 14 personas, que fueron vistas por última vez cuando regresaban al poblado San Juan antes de que fuera arrasado por la corriente.

De ellas, buzos de la subsecretaría localizaron los cuerpos de tres personas, una de ellas identificada como Rosa Bouchot Hernández, de 40 años de edad; otro es un hombre de aproximadamente 30 años.

En la reunión que este día sostuvieron autoridades estatales y el presidente Felipe Calderón se informó que no existe certeza sobre el origen del fenómeno, pero, según el mapa de riesgos del estado, en esa región hay una falla geológica. Ésta, y la excesiva humedad producto de las lluvias, habrían provocado el desastre.

Debido a que el incidente tapó el cauce del río que alimenta las presas Malpaso y Peñitas, estas dos obras permanecen cerradas desde el lunes.

En la reunión del Consejo de Seguridad estatal se informó que al menos 12 poblados del municipio Ostuacán, asentados en las márgenes del Grijalva, cerca de donde ocurrió el derrumbe, están en zona de riesgo. Como medida preventiva ya fueron desalojados Sayula, Las Lajas, El Triunfo, Progreso y El Dique. Por estos movimientos, en los albergues de Ostuacán hay ya 382 refugiados, incluidos los de San Juan Grijalva.

El gobernador Juan Sabines Guerrero dijo que se prevé la reubicación definitiva de esas localidades, además de Playa Larga, Maspac 1, Maspac 2, Maspac 3, El Ámbar y Salomón Blanco.

Según el proyecto presentado, estos poblados están integrados por 600 familias que conforman 3 mil personas, a quienes se les podría ubicar en 25 hectáreas ubicadas a un costado de la cabecera municipal de Ostuacán. Para ello se requieren 276 millones 580 mil pesos.

Debido a que no será posible remover la piedra y el lodo que taponó el cauce, se prevé aplanar la parte alta del montículo, construir ahí un canal, abrir el paso del agua de Malpaso para que el flujo de la corriente vaya socavando con el tiempo el material hasta remover el tapón que en este momento obstruye el paso.

Habilitan carretera para llevar ayuda a zona norte y a Tabasco

La carretera Tuxtla Gutiérrez-Bochil-Pichucalco fue habilitada este martes para llevar con mayor rapidez la ayuda humanitaria a las familias damnificadas por las lluvias en el norte de la entidad, informó la Subsecretaría de Protección Civil de Chiapas.

Explicó que el domingo anterior el paso fue interrumpido cerca del municipio de Pueblo Nuevo Solistahuacán por el desgajamiento de un cerro que arrastró 300 metros de la vía, lo cual dejó incomunicados nueve municipios de la zona norte.

El paso fue abierto a las 19:30 horas de este martes, pero la dependencia hizo un llamado a las personas que no tengan urgencia de transitar por él que no lo hagan, para que las unidades que llevan ayuda a la zona norte y a Villahermosa, Tabasco, puedan viajar con menos problemas.

También informó que fueron deshabilitados dos de los 21 albergues instalados en la zona para que se refugiaran las familias damnificadas. En los 19 que quedan, dijo, hay 679 familias con un total de 3 mil 127 personas. Uno de los albergues desmantelados estaba en el auditorio municipal de Pichucalco, con 113 personas que regresaron a sus comunidades. El otro era el de Nuevo Nicapa.

Con información de Elio Henríquez

 
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