Usted está aquí: viernes 9 de noviembre de 2007 Política Condena la comunidad universitaria intento por desacreditar a José Narro

La distribución del libro apócrifo proviene de personas “de poca inteligencia”

Condena la comunidad universitaria intento por desacreditar a José Narro

El anonimato en su elaboración y distribución nos guía razonablemente al grupo responsable, afirma consejero de la UNAM

Quienes hicieron eso buscan desestabilizar, afirman

Rosa Elvira Vargas y Emir Olivares

Ampliar la imagen El director de la Facultad de Medicina, José Narro, acudió a la rectoría a exponer su proyecto como parte del proceso de sucesión en la UNAM El director de la Facultad de Medicina, José Narro, acudió a la rectoría a exponer su proyecto como parte del proceso de sucesión en la UNAM Foto: Marco Peláez

La aparición de un libro apócrifo supuestamente escrito por el director de la Facultad de Medicina, José Narro Robles, quien aspira a ser rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), suscitó rechazo rotundo entre integrantes de la casa de estudios. Incluso algunos se mofaron: “esto lo hicieron personas que tienen mucho dinero pero muy poca inteligencia”, definió el doctor José Franco, director del Instituto de Astronomía.

A su vez, el abogado Jorge Alberto Zorrilla, catedrático en la Facultad de Estudios Superiores (FES) Acatlán y consejero universitario, opinó que los autores del panfleto demostraron absoluta ignorancia acerca de la capacidad intelectual de quienes conforman la UNAM, porque pretenden desacreditar, mediante un anónimo, un proceso –el de designación de rector– que se distingue en última instancia por la actividad de la Junta de Gobierno, cuyos miembros son los depositarios legítimos de la confianza de la comunidad, por su inteligencia, templanza y calidad moral.

Apuntó que dentro de la comunidad universitaria el pacto de civilidad es tácito tanto entre los aspirantes al cargo de rector como entre sus simpatizantes. Y en ese sentido “cuestionar la integridad de cualquiera de ellos debe producir un efecto búmeran”, comentó.

El uso de una “meridiana inteligencia”, señaló Zorrilla, permite presumir la autoría de ese libelo, pues “el anonimato en su elaboración y distribución nos guía razonablemente al grupo responsable”. Pero ante todo, enfatizó, aquí de lo que se trata es de la pretensión por enturbiar el proceso en la universidad; y confió en que al final “prevalecerá el buen juicio de los integrantes de la Junta de Gobierno”.

Por su parte, el director del Instituto de Química, Raymundo Cea, dijo que los anónimos, sean cartas, correos electrónicos o, como en este caso, un libro, se utilizan en algunas ocasiones cuando hay procesos de cambio de director en alguna institución universitaria. Recurre a ese método, indicó, gente sin capacidad intelectual que busca una desestabilización.

Además, “en este caso lo hizo alguien que está desesperado porque no encuentra nada censurable en la trayectoria del doctor Narro, pues de otra manera no entiendo cómo se les ocurrió algo tan burdo e inconsistente”.

En tanto el astrónomo José Franco consideró improbable que el anónimo provoque algún impacto en la comunidad universitaria. Sobre todo llamó su atención que se haya invertido tanto dinero en la transcripción de los artículos y en su edición. E implica que “quienes hicieron esto son de un nivel bajísimo, realmente con un universo muy pequeño”.

 
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