Usted está aquí: lunes 12 de noviembre de 2007 Capital Inquilinos de 850 casas en Iztapalapa viven esperando que el techo se les caiga encima

Intranquilidad en Santa Cruz Meyehualco y Ermita-Zaragoza por las grietas

Inquilinos de 850 casas en Iztapalapa viven esperando que el techo se les caiga encima

“Por las noches, las paredes crujen, pero no hay para dónde hacernos”, dice una afectada

Anuncia Prosoc que esta semana comenzará desalojo de las familias con mayor riesgo

Rocío González Alvarado

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Ampliar la imagen Grietas y boquetes alternan con los muebles y los cuadros de unas 850 casas de las colonias Santa Cruz Meyehualco y Ermita-Zaragoza, en la delegación Iztapalapa Grietas y boquetes alternan con los muebles y los cuadros de unas 850 casas de las colonias Santa Cruz Meyehualco y Ermita-Zaragoza, en la delegación Iztapalapa Foto: Yazmín Ortega Cortés

Desde hace dos años, doña Concepción Puga Martínez, de 82 años de edad, ha visto que lo que comenzó como una fisura en una de las paredes de su casa la ha convertido en un lugar inhabitable, donde no hay rincón donde no existan, ya no grietas, sino boquetes, por lo que no le queda más que esperar, dice, que “el techo se me venga encima”.

Como ella, cerca de tres mil 500 familias que habitan la unidad Santa Cruz Meyehualco, y otras cinco mil en la de Ermita-Zaragoza, en la delegación Iztapalapa, se encuentran asentadas en terrenos donde cruza una grieta causada por los hundimientos diferenciales que se generan bajo el cerro del Peñón, por lo que el gobierno capitalino, mediante la Procuraduría Social, Protección Civil y la Secretaría de Obras, realiza un censo para dar inicio al desalojo de quienes se encuentren en mayor riesgo.

Ambas unidades forman parte de lo que fueron los primeros experimentos del gobierno federal en la construcción de vivienda de interés social, hace más de cuatro décadas, en donde el uso de materiales de mala calidad ha hecho más dramático el escenario de sus moradores, que viven desgracia sobre desgracia.

Sin mayores recursos que una pensión de dos mil pesos mensuales, doña Conchita, quien habita en la Calle 61 de la unidad Santa Cruz Meyehualco, ha comenzado a tomar sus precauciones. “Ya nos quedamos con lo más indispensable, los muebles los mandamos con un hijo que tengo en Puebla, y a los niños aquí mismo en la ciudad, con otra hija”, comenta.

Hasta hace unos días, esta mujer vivía con sus tres hijos, una nuera y seis nietos. Sus vástagos, todos adultos, están enfermos: uno, padece de sus facultades mentales y no habla; otro tiene problemas con su columna, desde que lo asaltaron, y al tercero le detectaron un padecimiento en el corazón.

Ante tales circunstancias, la familia no hace más que replegarse conforme las grietas se van ampliando. “Miedo, sí tenemos; por las noches las paredes crujen, pero no hay para dónde hacernos; aquí nos hacemos bolas, porque las rentas están muy caras”, dice afligida.

En la Calle 43, la vivienda de la familia Gutiérrez Romero está prácticamente dividida en dos. Un enorme boquete se observa en el suelo, a todo lo largo. “Comenzamos a echarle cemento, porque de ahí salían ratas y cucarachas, pero conforme se levanta el piso, se va rompiendo. Pusimos piedras, pero se fueron al hoyo”, explica Rocío Gutiérrez, una de las inquilinas, quien señala que están dispuestos a salirse hacia un lugar más seguro.

“Lo que más nos preocupa es que todos salimos a trabajar y dejamos solita a mi mamá, que ya no ve. Somos muchos, pero no nos importa la comodidad, con que tengamos dónde dormir y comer, nos conformamos”, apunta.

El panorama no es diferente en la unidad Ermita-Zaragoza, ubicada en la frontera del Distrito Federal con el estado de México, a la altura de los Reyes La Paz. En el lote 21 de la manzana 17, el olor que desprenden 12 gatos, seis perros y un gallo dan la bienvenida a la casa de doña Lidia Torres López, con hoyos en sus paredes por todos lados.

“La semana pasada, con el temblor, nos hubiera visto, nada más rezábamos: ‘Diosito, que no se nos caiga el techo’. Tengo dos hijos, pero están enfermos, ¿cómo los saco?”, comenta esta mujer de avanzada edad, quien utiliza todo lo que está a su alcance –plásticos, trapos y cartones– para tapar los boquetes, pero “de cualquier manera nos entra el frío; yo siempre ando envuelta como taco”.

En un primer diagnóstico de la Procuraduría Social (Prosoc) del DF se han identificado 150 casas en la unidad Santa Cruz Meyehualco y otras 700 en Ermita-Zaragoza, que están en alto riesgo, algunas de las cuales serán desalojadas, de manera paulatina, a partir de esta semana, según la gravedad del caso.

De acuerdo con la titular de la dependencia capitalina, Clara Brugada, a las familias se les hará entrega de un apoyo para renta de tres mil pesos mensuales en tanto se les ofrece una alternativa definitiva.

 
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