Usted está aquí: jueves 15 de noviembre de 2007 Cultura Enseña a niños cómo construir cada quien su historia desde el nacimiento

Sólo habrá dos funciones de la obra de Suzanne Lebeau, en el teatro Julio Castillo

Enseña a niños cómo construir cada quien su historia desde el nacimiento

“El juego giratorio de Avezard es una metáfora inquietante de la evolución humana”

Carlos Paul

Inspirada en la vida y creatividad de Pierre Avezard (Francia, 1909-1992), quien debido a sus discapacidades desde el nacimiento fue objeto de rechazo en la escuela y hasta de su propia madre, lo que, sin embargo, no le impidió crear uno de los más fascinantes y complejos carruseles en la historia, la dramaturga quebequense Suzanne Lebeau escribió la obra Petit Pierre, que se escenificará en sólo dos funciones, en el teatro Julio Castillo.

Lebeau es considerada una de las autoras de teatro para niños más relevantes a escala internacional. Sus obras El Ogrito, Salvador y Una luna entre dos casas han sido representadas en el país.

Avezard nació antes de lo previsto, “sin terminar”, como diría él mismo. Le faltaba una oreja, un ojo y casi no hablaba. Nunca aprendió a leer ni a escribir. A los siete años de edad lo rechazaron en la escuela y se lo llevaron al campo para cuidar vacas. Allí fue donde imaginó y creó –con sus propias manos e ingenio– el más maravilloso y complejo carrusel, impulsado en principio por pedales de bicicleta.

El pequeño Pierre Avezard se dedicó a observar la naturaleza, los animales, los hombres que trabajan. Vio cómo las máquinas poco a poco invaden la vida cotidiana y se dio cuenta de que el mundo está en constante mutación.

Todo lo que se movía ejerció fascinación sobre él. Solitario, pasó el tiempo analizando, desmenuzando y reproduciendo el movimiento.

Avezard vivió dos guerras y los diversos cambios sociales y tecnológicos durante el siglo XX, los cuales integró a su carrusel por más de 40 años.

Victoria contra la adversidad

“El juego giratorio de Avezard es una metáfora inquietante de la evolución de la humanidad en el siglo XX”, explicó la dramaturga Suzanne Lebeau. “Lo que más me conmueve de su vida y creatividad es que cada ser humano, como cada niño, tiene que hacerse un lugar en la vida, en un mundo, en este caso, tan hostil para él”.

El texto dramatúrgico fue muy difícil de escribir, comentó la autora. Sin embargo, la historia de Petit Pierre “es la de una victoria en la vida, de hacerse un lugar con lo que se tiene desde el nacimiento”.

Al respecto, se intenta reflejar que “cada ser humano vive una historia, su historia, pero integrada a una muy grande, que se alimenta de esas pequeñas historias. La idea es que los niños aprecien que son parte de esa gran historia, que no es una cuestión virtual o sólo de estudio, que ellos son la propia historia y que la están construyendo con lo que poseen desde el nacimiento”.

Petit Pierre se presentó en el Fórum Universal de las Culturas Monterrey 2007, así como en Guanajuato, en el contexto del Festival Internacional Escenario 07, Teatro para Niños y Jóvenes. Como extensión de ese encuentro, se presentará en el DF sólo los días 17 y 18 de noviembre, a las 13 horas, en el teatro Julio Castillo (Reforma y Campo Marte, atrás del Auditorio Nacional).

 
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