Usted está aquí: jueves 15 de noviembre de 2007 Sociedad y Justicia Ya son 15 los cuerpos hallados luego del desgajamiento en Juan de Grijalva

Marinos localizaron en el río el cadáver de Moisés, de cuatro años

Ya son 15 los cuerpos hallados luego del desgajamiento en Juan de Grijalva

“Casi se acabó mi familia en esta tragedia”, lamenta Salomón Ruiz al identificar a su hermano

Aún no logran abrir un canal para liberar el agua estancada por la caída del cerro

Elio Henríquez (Corresponsal)

Juan de Grijalva, Chis., 14 de noviembre. Se elevó a 15 el número de muertos por el desgajamiento de un cerro, ocurrido en este ejido el pasado 4 de noviembre, luego de que este miércoles fue encontrado el cadáver del niño Moisés Ruiz Sánchez, de cuatro años.

Familiares del menor dijeron que a las 10 horas de este miércoles, miembros de la Marina hallaron el cuerpo flotando en el río Grijalva, cerca del rancho La Trinidad, a tres kilómetros de donde ocurrió el desastre.

A diferencia de los cadáveres de las otras ocho personas, que fueron trasladados en helicóptero y sepultados en el panteón de la cabecera de Ostuacán –seis más fueron inhumados en el camposanto de Juan de Grijalva, que no resultó dañado por el desastre–, el del pequeño Moisés fue llevado por tierra debido a las condiciones climatológicas.

El aviso del hallazgo llegó a la cabecera de Ostuacán –cueva del tigre, en zoque– antes del mediodía, después de lo cual varios policías municipales salieron con un ataúd hacia Juan de Grijalva, a bordo de una camioneta

Debido a las lluvias que desde la tarde del martes han caído en la región –lo que ha causado temor de que suban los niveles de las presas de Malpaso y Peñitas–, la carretera de terracería que va de Ostuacán al ejido –22 kilómetros– estaba lodosa y resbalosa, por lo que el féretro gris tuvo que ser cargado más de un kilómetro por los agentes.

Al llegar al río, fue trasladado en lancha unos 600 metros hasta el montón de tierra que cayó sobre el cauce, donde máquinas y cientos de hombres trabajan para abrir un canal. Luego fue subido en un vehículo todo terreno llamado Unimog, de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), y llevado al otro lado del montículo, de 800 metros de longitud.

En el otro extremo del tapón, Salomón Ruiz Sánchez reconoció el cadáver de su hermano Moisés, después de lo cual fue colocado en el féretro y subido al Unimog, a la lancha y luego a una camioneta que lo condujo hasta Ostuacán. Fue sepultado junto a su padre, Miguel Ruiz Pérez, inhumado la víspera. Ahí mismo, la semana pasada fueron enterrados su abuela Guadalupe Juárez y sus primos Rodeli y Usiel Ruiz Ramírez.

“Casi se acabó mi familia en esta tragedia”, lamenta Salomón Ruiz, quien además de haber perdido a su padre Miguel, a su hermano Moisés, su abuela Guadalupe y a su primo Usiel, sufrió la pérdida de su suegro, Roberto López Ramírez –sepultado este martes–, y de Lorenzo López Herrera, abuelo de su esposa, Aída Araceli López Díaz.

Todavía falta que sea localizado el cuerpo de su primo Eduardo Cruz Juárez, de ocho años, quien se presume sería el único que estaría en el agua, de las 10 personas que continúan desaparecidas, ya que las otras nueve habrían sido sepultadas por el alud, y para su rescate se necesitan equipos especiales.

Ingenieros de la CFE que encabezan los trabajos para abrir un canal sobre la tierra que tapó el río, la cual ha ocasionado que se forme una nueva presa, afirmaron que a pesar de las lluvias y lo lodoso del terreno, las más de 30 máquinas y los cientos de hombres no pararon labores este miércoles. “La prioridad sigue siendo abrir el canal”, dijo Benjamín Granados Domínguez, subdirector de proyectos y construcción de la paraestatal.

La situación mantiene en zozobra a cientos de familias que viven en las comunidades de la cuenca del Grijalva, debido a que ahora hay tres presas: la que está entre Peñitas y el tapón de este ejido; la que se formó entre el tapón y la de Malpaso, y “quién sabe qué pueda pasar cuando suelten toda esa agua”, comentó un lugareño.

Por ello la urgencia de abrir el canal para que corra el agua, lo cual podría tardar un mes si las cosas transcurren como está programado.

No olvidar Chiapas, pide la CEM

En Lago de Guadalupe, estado de México, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) llamó a los mexicanos a solidarizarse no sólo con Tabasco, sino también con los damnificados que han dejado las lluvias y las inundaciones en Chiapas, donde los últimos sucesos climáticos atípicos han afectado 61 municipios y causado el desbordamiento de 16 ríos y seis arroyos, por lo cual podría haber más de 100 mil personas afectadas.

Durante la 84 asamblea plenaria de la CEM, monseñor Rogelio Cabrera López, arzobispo de Tuxtla Gutiérrez, también exhortó a las autoridades a analizar detenidamente la reubicación de las comunidades afectadas por los referidos fenómenos climáticos.

Con información de Carolina Gómez

 
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