Usted está aquí: martes 20 de noviembre de 2007 Sociedad y Justicia Pese a la legislación que protege a manglares, continúa la destrucción

Recuperar extensiones devastadas puede demorar siglos, advierten expertos

Pese a la legislación que protege a manglares, continúa la destrucción

Enfrentan contaminación, tala clandestina y la amenaza de nuevos asentamientos humanos

Existe un inventario nacional, dice Sagarpa, pero no se ha difundido

(Angélica Enciso, Verónica González, Jesús Narváez, Rodolfo Villalba, Javier Valdez y Martín Sánchez, corresponsales)

Ampliar la imagen La destrucción del manglar dejaría indefensa a la Península de Yucatán ante el embate de ciclones y huracanes, advierten ecologistas. Imagen de archivo La destrucción del manglar dejaría indefensa a la Península de Yucatán ante el embate de ciclones y huracanes, advierten ecologistas. Imagen de archivo Foto: Notimex

Aunque la legislación vigente establece la protección del manglar, continúan la tala clandestina, la contaminación, el cambio de uso de suelo, la ausencia de información sobre la superficie que ocupa esta vegetación en el territorio nacional. Estos problemas, junto con la carencia de medidas para su conservación se han mantenido largo tiempo, advierten autoridades y expertos.

Aunque la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) aseguró que hay un inventario de manglares, aún no se conoce en detalle, y la falta de información es evidente en varias entidades del país. La importancia de conservar el manglar reside en que es una vegetación que, si se destruye, no se puede replantar o reforestar, como ocurre con otras especies arbóreas, y ha tardado siglos en crecer, según han señalado expertos como Exequiel Ezcurra, ex presidente del Instituto Nacional de Ecología.

Tan sólo en Colima, a fines de octubre, la Administradora Portuaria Integral (API) de Manzanillo comenzó la tala de mangle en la Laguna de San Pedrito para ampliar el recinto portuario y se destruyeron cuatro hectáreas de las 20 autorizadas por la Semarnat para derribarse.La dependencia argumenta que se respeta el marco legal porque los permisos se dieron antes de que se modificara la Ley General de Vida Silvestre. La organización ambientalista Bios Iguana sostuvo que estas 20 hectáreas están en óptimas condiciones y no podrán remplazarse.

Hay planes en marcha que afectarán áreas de manglar y que aún no cuentan con la autorización de la manifestación de impacto ambiental. Es el caso de la construcción de la planta de regasificación de gas natural licuado en el vaso II de la laguna de Cuyutlán, que afectaría dos hectáreas de mangle y de humedales costeros; ya se licitó el suministro de gas y está en proceso de licitación la construcción de la planta: el presidente Felipe Calderón dio el visto bueno.

Otros humedales del estero Palo Verde, municipio de Armería, están sujetos a presión por los asentamientos humanos, la pesca y las actividades turísticas. Sin datos precisos de la superficie de manglar existente en el pasado en Colima, de acuerdo con Semarnat se estima que hay 3 mil 467 hectáreas de mangle en los municipios costeros de Manzanillo, Armería y Tecomán.

En tanto, en Nayarit hay alrededor de 120 mil hectáreas de manglares y según información de la Profepa se habrían perdido por lo menos 10 mil hectáreas en las últimas tres décadas. El mayor problema de depredación y reducción de este ecosistema se dio a partir de 1975, cuando se construyó el Canal de Cuautla (en los municipios de Santiago Ixcuintla y Rosamorada), que mediría 30 metros de ancho y cuatro de profundidad, y serviría para comunicar la zona de pesca interior (lagunas y estuarios) con el mar. Sin embargo, paulatinamente se salió de su cauce y ahora mide dos kilómetros de ancho y 35 metros de profundidad. Allí se perdieron por lo menos 6 mil hectáreas de mangle y “se cree que dicho canal ya llegó a su límite”, dijo el delegado estatal de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa), Florencio Ramírez Robles.

Señaló que el establecimiento de granjas camaroneras en San Blas también destruyó una extensión importante de manglar. La construcción de carreteras en la región de las Haciendas, que abarca el norte del municipio de Santiago Ixcuintla, causó destrucción a lo largo de 10 kilómetros. Actualmente los habitantes de Mexcaltitán, Palma Grande y Los Murillos tienen permisos para utilizar mangle, cortado en forma racional.

En la reserva de la biosfera La Encrucijada, Chiapas, los problemas son semejantes: deforestación, degradación del suelo, crecimiento poblacional y acumulación de sedimentos arrastrados desde la sierra y planicie costera amenazan con extinguir los manglares en los municipios de Pijijiapan, Mapastepec, Acapetahua, Huixtla, Villa Comaltitlán y Mazatán.

Omar Gordillo, encargado del departamento de estudios y monitoreo de la reserva, dijo que “se están secando los cuerpos lagunares en la costa de Chiapas”, lo que ocasiona pérdidas a las comunidades pesqueras; aunque históricamente los cuerpos lagunares tienden a reubicarse, estos procesos acelerados de deforestación y sedimentación no permiten este cambio, lo cual es uno de los problemas más graves a enfrentar. Los sedimentos que llegan a la reserva van desde latas de aluminio hasta plástico y agroquímicos que depredan la zona, por lo que se trabaja con un modelo de cuenca que permita restaurar la región.

Peligra franja verde en Chiapas

El encargado del área de recursos naturales de esta reserva de la biosfera, Teofilo González Moreno, consideró que en los últimos cinco años se ha reducido en un 20 por ciento la franja de manglares de los 144 mil hectáreas que comprenden esta reserva de la costa de Chiapas.

Las denuncias de tala ilegal de mangle también son comunes en Sinaloa. En la bahía de Altata y la ensenada El Pabellón, ubicadas en el municipio de Culiacán, Sinaloa, se han hecho denuncias de este tipo, pero los principales problemas también tienen que ver con el azolvamiento –que da al mar–, el arrastre de sólidos de agroquímicos y el drenaje sanitario, señaló Carmen Torres, delegada de Semarnat. Agregó que algunas granjas acuícolas en actividad desde hace varios años deforestaron e invadieron zonas de manglares, aunque esto ha disminuido y hay un impacto ambiental favorable.

Por su parte, Daniel Benítez Pardo, catedrático de la Facultad de Ciencias del Mar, de la Universidad Autónoma de Sinaloa, indicó que en esta entidad la superficie de manglar disminuyó en alrededor de 2.5 por ciento en años recientes, de un total de 80 mil hectáreas. Consideró que este año se ha detenido la afectación –sobre todo porque se han frenado obras turísticas–, pero consideró que el estado de los manglares es preocupante.

En Tamaulipas, la Profepa inició cuatro procedimientos administrativos en los municipios de Madero, Aldama y Soto La Marina, donde se presume que se afectaron zonas de manglares, con rellenos y apertura de caminos. De acuerdo con imágenes aéreas, en los dos primeros municipios se construyeron dos caminos en zonas en que, de acuerdo con la configuración del terreno, había manglares; los procedimientos están por resolverse. 

Efraín González, delegado de la dependencia, dijo que este año en el litoral de Tamaulipas no se han aprobado ni desarrollado proyectos turísticos. La delegación de la Semarnat señaló que se negaron los permisos para la explotación de manglares, sobre todo en la región de la Laguna Madre, ubicada en el municipio de San Fernando.

 
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