Usted está aquí: jueves 22 de noviembre de 2007 Cultura Las secuelas de la guerra y el poder de la esperanza cobijan las letras de Corea

Tres autores de ese país asiático expresan sus motivaciones literarias

Las secuelas de la guerra y el poder de la esperanza cobijan las letras de Corea

Deseo mostrar al lector que existen opciones por encima del dolor, dice la narradora Jo Kyung-ran

Escribir es un acto para liberar los recuerdos encerrados: Yun Heung-gil

Fabiola Palapa Quijas

Ampliar la imagen Los escritores Son Kiwong, Jo Kyung-ran y Yun Heung-gil, ayer, durante la entrevista con La Jornada. Los tres autores aludieron a la nueva colección de literatura coreana que publica Ediciones del Ermitaño publica en México Los escritores Son Kiwong, Jo Kyung-ran y Yun Heung-gil, ayer, durante la entrevista con La Jornada. Los tres autores aludieron a la nueva colección de literatura coreana que publica Ediciones del Ermitaño publica en México Foto: Jesús Villaseca

La guerra en Corea y sus secuelas, como la distribución de la riqueza y la división territorial, así como las historias de amor donde la verdadera belleza se puede encontrar en todo lo que se considera despreciable, así como el poder de la esperanza, son algunas de las temáticas literarias que en años recientes emergieron en la voz de los autores coreanos Jo Kyung-ran, Yun Heung-gil y Song Kiwon.

En entrevista con La Jornada, Jo y Yun se refirieron a su obra literaria, que Ediciones del Ermitaño reúne en la naciente Colección de Literatura Coreana, que se presentó este miércoles en el Centro de Cultura Casa Lamm.

A la escritora Jo Kyung-ran, el poder de la esperanza la mantiene viva, por eso sus historias se centran en la tristeza, la soledad, la represión, la marginación, ya que la esperanza de los personajes los ayuda a sobrevivir.

“Intento describir más allá de esos sentimientos, porque quiero creer que existe algo diferente al sufrimiento, con lo que la gente puede vivir: la esperanza.”

Búsqueda de la voz interior

La obra literaria de Kyung-ran permite al lector conocer demasiadas historias viejas de manera diferente. Al respecto, considera que “no existen las historias nuevas”, de ahí su preocupación por cómo escribir una historia.

De acuerdo con la autora de En busca del elefante, la comunicación es un tema difícil de omitir en su obra, pues a partir de las verdaderas relaciones entre los seres humanos en el siglo XXI surgen sus historias.

La escritora expresó que en el nuevo siglo las personas viven aisladas, buscando su voz interior. “Me interesa conocer el interior del ser humano, sobre todo, aquellas situaciones que no son visibles ante los ojos de otras personas, como la marginación y la represión”.

En sus novelas, la autora da voz a personajes débiles que desean contar sus historias y, al mismo tiempo, confirman que existen y desean comunicarse.

“En este mundo podemos ver la tristeza, la soledad, la marginación, pero quiero mostrar al lector que existe alguna esperanza por encima del dolor. Hay una razón para que las personas vivan”.

Jo Kyung-ran –quien recientemente publicó en Corea su obra La lengua– señaló que la mejor novela que puede escribir es su propia historia, como lo hizo con En busca del elefante, donde describe la muerte de su abuela, su tía y su tío.

La novela Lluvias (1973), del escritor Yun Heung-gil, aborda el tema de la guerra de Corea, donde el narrador es un niño que describe el conflicto, no como un episodio ideológico, sino como algo que atañe a la familia.

El autor seleccionó la voz de un niño porque tiene mayor libertad para describir una dictadura: “Contar una historia trágica mediante la mirada infantil acrecienta más la épica de la época. En varias de mis obras el narrador ha sido un niño”.

Yun, como autor que ha experimentado la guerra, detalla en sus textos las consecuencias de la división territorial de Corea, como son las violaciones a los derechos humanos, la desigualdad y la distribución inequitativa de la riqueza.

Y mantiene la convicción de que la literatura tiene su origen en el deseo por la salvación de sí mismo. Su obra la utiliza para confesarse ante el mundo y así liberarse.

“Escribir es una forma de identificarme con el lector y con todos los que vivieron la difícil situación del país y la complicada división territorial.

“Mediante la escritura confieso todo lo que hay en mi corazón. La escritura representa el acto de liberación de los recuerdos encerrados para que se dirijan hacia el mundo exterior.”

El amor, premisa para la creatividad

A Song Kiwon, poeta invitado para participar en la presentación de los primeros libros de la Colección de Literatura Coreana, se le considera una joya de las letras contemporáneas de ese país, por su destacada producción en la poesía y la narrativa.

El escritor, quien explora la belleza en todas sus obras, señaló que el principio de su proceso creativo es el amor, la búsqueda de la existencia de la vida, inclusive en sus novelas intenta devolver la vida y la dignidad a los seres abandonados y adoloridos.

Hace 10 años Corea vivía una dictadura y en los movimientos por la democratización Song Kiwon participó y fue encarcelado cuatro veces. Ahora, el poeta separa lo que es la política y la literatura, pues considera que la primera “es algo turbio, sucio, que perturba al ser humano y lo hace más pobre”. Por tanto, no le interesa mezclarlas, porque la literatura es una manifestación cultural que debe estar libre de los lazos políticos.

 
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