Usted está aquí: viernes 23 de noviembre de 2007 Cultura Tibol corrige el título de un cuadro de Rivera del acervo Pago en Especie

Mañana se cumple cincuentenario luctuoso del artista; presentan catálogo-homenaje

Tibol corrige el título de un cuadro de Rivera del acervo Pago en Especie

El nombre original del óleo Estudio del artista o Estudio del pintor, 1954, es Lucila y los judas

Tenía claro que quien había posado era la madre de Gabriel Retes, confirma

Merry MacMasters

Ampliar la imagen Diego Rivera en su estudio de San Ángel, ca. 1954 Diego Rivera en su estudio de San Ángel, ca. 1954

Ampliar la imagen Lucila y los judas, 1954, fragmento del óleo del artista Lucila y los judas, 1954, fragmento del óleo del artista

Ampliar la imagen Lucila Balzaretti, ca. 1975 Lucila Balzaretti, ca. 1975

Ampliar la imagen El artista con la modelo, en su estudio de San Ángel ca. 1954 El artista con la modelo, en su estudio de San Ángel ca. 1954

Ampliar la imagen Hugo B. Margáin, David Alfaro Siqueiros y Raúl Anguiano revisan Lucila y los judas entregada como pago en especie Hugo B. Margáin, David Alfaro Siqueiros y Raúl Anguiano revisan Lucila y los judas entregada como pago en especie Foto: Héctor García, Archivo Familiar Retes Balzaretti

La invitación hecha a Raquel Tibol para escribir los textos de Diego Rivera (1886-1957): catálogo homenaje, permitió a la crítica de arte corregir el título de uno de los cuadros emblemáticos del programa Pago en Especie, de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Es decir, Estudio del artista o Estudio del pintor, pintado al óleo y temple en 1954, en primera instancia se llamó Lucila y los judas.

En la presentación del catálogo, con motivo del 50 aniversario luctuoso de Rivera, que se cumple este sábado, la investigadora expresó: “Hay títulos que les sirven a las obras y otros que casi las degradan. Ese era el caso de una obra sobre la que había escrito cuando Rivera la expuso por primera vez. De modo que volví a revisar papeles y di con el título original que sabía que existía dado que sabía muy claramente que la que había posado para estar en el sillón es la madre de Gabriel Retes: Lucila Balzaretti”.

De acuerdo con Tibol, tanto Lucila como los judas, son elementos relevantes porque “la modelo juega un papel de sensualidad en el conjunto muy particular que es acentuado, no por los judas que están detrás de ella, sino por uno grandote que Diego giró desde el gran ventanal de vidrio que le construyó Juan O’Gorman, a la parte delantera para que las piernas del judas estuvieran jugando con las piernas de la modelo que tiene, además una pose laxa, pero a la vez sensual.

“La presencia de este Judas agresivo, pero a la vez como que busca algo más, le da a todo el cuadro una gran significación desde ese punto de vista: de la relación de un ser femenino encantador y un ente masculino que trata de acercarse de manera muy sexualizada hacia la modelo.”

Integrante del primer comité de selección del programa Pago en Especie, en 1976, Tibol señaló que los judas son de la autoría de Carmen Caballero, a quien Rivera consideraba “la artista expresionista más importante de México”.

Sin embargo, el pintor no le encargaba a Caballero “la estética de los judas, sino simplemente los tamaños, o si los quería tipo calaca o con vestimentas tales o cuales”. El cuadro también contiene piezas prehispánicas adquiridas al regreso de Rivera de Estados Unidos, en 1942, y su restirador, de modo que “se puede completar la biografía de Diego mirando el cuadro en detalle”.

Tibol también aclaró que no se ha tomado en cuenta el último deseo de Rivera, que nunca quiso ser enterrado en la otrora Rotonda de los Hombres Ilustres, sino que sus cenizas se mezclaran con las de Frida Kahlo, depositadas en un recipiente prehispánico, para estar juntos por la eternidad.

El hijo de la modelo

Gabriel Retes, hijo de Lucila, platicó que tenía siete años cuando se gestó el cuadro: “Se pintó en sábados, no sé en cuantos, pero a las 9 de la mañana mi mamá y yo íbamos desde la calle de Tecoyotitla, donde vivíamos, a Altavista. Veía cómo Diego pintaba a mi mamá. De hecho, hay una anécdota en la familia de que mi mamá le decía: ‘Diego, no me voy a desabrochar ese botón’. No sé si sea el del escote o el de las piernas”.

El actor recordó que todos los sábados, Rivera le daba 10 pesos, mismos que después se los quitaba su madre. De modo que un día Retes le dijo al pintor: “ya no me des más dinero, porque no me llega. Lo que quiero es un balón de futbol”, cuyo valor era de 30 o 40 pesos.

Relató: “Diego se quedó callado y el sábado siguiente había un balón de futbol. Mi primer balón me lo regaló Rivera, porque sabía que mi mamá no me lo iba a comprar”. A Retes también le quedó grabado el día en que el pintor dijo: “bueno, Lucila, ya está”. Y, “desde entonces, no he visto el cuadro. Lo veo en Internet, inclusive, lo levanté porque lo usé como fondo de una película que acabo de terminar”.

Los otras dos cuadros de Rivera pertenecientes a Pago en Especie son Paisaje urbano y Conteniendo el hielo del Danubio en Bratislava, ambos de 1956.

La presentación de Diego Rivera (1886-1957): catálogo homenaje fue encabezada por Sergio Hidalgo Monroy Portillo, oficial mayor de la SHCP, y José Ramón San Cristóbal, titular de Promoción Cultural Obra Pública y Acervo Patrimonial.

 
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