Usted está aquí: sábado 24 de noviembre de 2007 Mundo Vacante, la presidencia de Líbano; aún no hay acuerdo para la sucesión

Al fin de su mandato, Emile Lahoud abandonó palacio

Vacante, la presidencia de Líbano; aún no hay acuerdo para la sucesión

Afp

Beirut, 23 de noviembre. El presidente libanés, Emile Lahoud, abandonó el palacio presidencial coincidiendo con el fin de su mandato, esta medianoche, dejando el puesto vacante después que el Parlamento no logró ponerse de acuerdo para elegir a su sucesor.

La elección del nuevo jefe de Estado debía haber ocurrido este viernes en una sesión parlamentaria que se aplazó una vez más –y van cinco–, después de que la oposición pro siria y la mayoría, opuesta a Damasco, no lograron un acuerdo.

La mayoría legislativa antisiria acusa a la oposición de querer un presidente sometido a Siria e Irán, mientras la oposición denuncia que los antisirios en el poder desean un jefe de Estado del gusto de Estados Unidos.

La próxima sesión parlamentaria tendrá lugar el 30 de noviembre “para permitir más discusiones y con el fin de llegar a un acuerdo”, afirmó a la prensa el portavoz del Parlamento, Mohammed Ballout.

Antes de partir, Lahoud criticó al gobierno de su rival, el primer ministro Fuad Siniora, calificándolo de “ilegal e inconstitucional, digan lo que digan Estados Unidos y Francia”. La oposición política suele acusar al Ejecutivo de ilegítimo desde la dimisión, el año pasado, de cinco de sus ministros chiítas y uno cristiano.

“Si no eligen a un nuevo presidente de consenso, con el apoyo requerido de dos tercios (como reclama la oposición, afín a Lahud), tenemos hombres que se pueden imponer”, advirtió Lahoud.

Poco antes del fin de su mandato, el ahora ex presidente encomendó al ejército la seguridad del país, orden que fue rechazada por el gobierno, que asumirá temporalmente las prerrogativas de la presidencia, como manda la Constitución.

El vocero presidencial, Rafiq Shalala, justificó la medida porque “las actuales condiciones y peligros” podrían “llevar a (declarar) el estado de excepción”.

“El gobierno es legítimo y constitucional” y “seguirá asumiendo su responsabilidad y ejerciendo sus prerrogativas”, replicó Siniora en un comunicado.

A causa de la tensión imperante, las medidas de seguridad fueron reforzadas, sobre todo en Beirut y sus alrededores. Vehículos blindados, soldados y miembros de las fuerzas de seguridad se apostaron en las principales vías de la capital, mientras ciertas calles comerciales aparecían casi desiertas y muchas escuelas permanecieron cerradas por temor a atentados.

Sin embargo, tras la partida de Lahoud cientos de personas, en su mayoría partidarios del líder de la mayoría parlamentaria, opuesta al control de Damasco, Saad Hariri, festejaron el acontecimiento en el populoso barrio Tarik Jdidé.

“Lo estamos celebrando porque el mandato de Lahoud ha sido el periodo más oscuro de la historia del Líbano”, afirmó Mazen Hammun, un vecino del barrio. “Durante su mandato se asesinó a muchos mártires, incluyendo al primer ministro Rafiq Hariri”, agregó.

La situación es de total bloqueo entre la mayoría parlamentaria antisiria, apoyada por Occidente, y la oposición pro siria, liderada por el movimiento chiíta Hezbollah, que engloba además al movimiento cristiano de Michel Aoun y al del presidente del Parlamento, Nabih Berri.

 
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