Usted está aquí: sábado 24 de noviembre de 2007 Política Las diferencias no son con las iglesias sino con los mafiosos que agobian al país

Escogimos la vía pacífica para transformar la nación, señala López Obrador

Las diferencias no son con las iglesias sino con los mafiosos que agobian al país

Roberto Garduño (Enviado)

Ampliar la imagen Andrés Manuel López Obrador durante su gira por Tezontepec, Hidalgo Andrés Manuel López Obrador durante su gira por Tezontepec, Hidalgo Foto: La Jornada

Mixquiahuala, Hidalgo, 23 de noviembre. El movimiento de transformación nacional “¡jamás será llamado a tomar las armas! Este no es un movimiento violento, es pacífico y así lo decidimos para cambiar al país”, estableció Andrés Manuel López Obrador.

Al continuar sus giras de trabajo por la región del Valle del Mezquital y ante la respuesta de sus simpatizantes que se congregaron en gran número en las cabeceras municipales que visitó, el “presidente legítimo” advirtió que los poderes fácticos “le echan leña” al movimiento que él encabeza y ahora pretenden confrontar a la Convención Nacional Democrática y los valores que ésta representa con las iglesias.

“Hay quienes quieren que se den esos pleitos para afectar a nuestro movimiento. Somos respetuosos de la religiosidad del pueblo: el problema no es con la Iglesia, es con esos mafiosos que se creen los amos y señores de México, son quienes tienen oprimido a nuestro pueblo; con esos es con los que tenemos las diferencias.”

Antes de viajar –por la noche– a Baja California Sur, López Obrador, quien a desde el 4 de enero pasado y hasta la fecha ha recorrido más de mil 25 cabeceras municipales del país, se reunió con ciudadanos de Tezontepec de Aldama, Mixquiahuala, Progreso, Tepatepec, San Salvador y Actopan, a quienes informó que una vertiente central del movimiento que encabeza es la defensa de los recursos petroleros. En ese terreno, dijo, los promotores de la privatización de los hidrocarburos podrán señalar a la sociedad lo que quieran, menos de irresponsable.

“Si intentan reformar la Constitución, reformar las leyes, para entregar el petróleo a manos extranjeras, vamos a movilizarnos a nivel nacional; que nos acusen de lo que quieran, que nos acusen de revoltosos, pero no vamos a permitir que se entregue el petróleo a los extranjeros.”

En Tezontepec, López Obrador encendió los ánimos de mujeres y hombres al advertirles que urge defender los bienes de la nación, porque si no se cancelará el futuro para el país, pues se estaría hipotecando el porvenir de las nuevas generaciones.

“No aceptamos lo que están haciendo; el presupuesto, que es de todos, va a parar a unas cuantas manos, son dos billones 500 mil millones de pesos”, en ese momento doña Eulalia, que le escuchaba, preguntó asombrada “¿y cuanto es eso?”; “es dinero del pueblo. El problema es la distribución de esos recursos, si se distribuyeran con justicia alcanzaría para todos y se mejorarían las condiciones de vida de nuestro pueblo”.

Con dureza, López Obrador recriminó el uso de los recursos públicos, porque “se utilizan para rescatar a unos cuantos traficantes de influencias y para destinarse al pago de la alta burocracia”. No puede, dijo, seguir persistiendo un gobierno rico con pueblo pobre; “no podemos permitir que el presupuesto, que es de todos, se desvíe a una elite, a una casta de funcionarios públicos”.

La movilización en el Valle del Mezquital fue coordinada por el senador José Guadarrama, ante la ausencia de la dirigencia estatal del PRD, encabezada por Luciano Cornejo, de quien se dice que está cooptado por el gobierno del priísta Miguel Osorio Chong.

Aún así, la participación de los ciudadanos fue importante, y el “presidente legítimo” los conminó a votar en los próximos comicios locales al Congreso estatal.

“No nos van a desmoralizar, vamos todos a salir adelante para avanzar, para mejorar las condiciones del país. Escogimos el camino de la vía pacífica y de la vía electoral; queremos transformar al país por medio de las elecciones, ¡jamás vamos a llamar a tomar las armas!: este no es un movimiento violento, es pacífico.”

De nueva cuenta retomó el tema de las dificultades que atraviesan el campo y las zonas rurales del país. “El campo está en el abandono, casi en ruinas, y la gente no ha dejado de sembrar por el amor a la tierra. No hay empleo, no hay trabajo, todo es pura demagogia, pura publicidad, pues se trata con saña a los productores.”

Los hidalguenses de la región del Mezquital respaldaron ampliamente los postulados del político tabasqueño, sobre todo cuando les señaló que su movimiento no es violento y sí se puede cambiar el país impulsando una revolución de las conciencias, pacífica.

 
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