Usted está aquí: viernes 30 de noviembre de 2007 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
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Arranca carrera por la dirigencia del PRD-DF

Se requiere de un cambio urgente

Tribus contra proyectos

Sin adelantar vísperas, pero con muchas ganas de insertarse en la burocracia partidista, un grupo de perredistas de chile, dulce y manteca arrancaron, desde sus marcas, en la carrera por la presidencia del partido del sol azteca en la capital.

Para decirlo con toda claridad: el cambio, además de ir acorde con los tiempos y las formas que rigen a ese partido, se hace urgente por la muy gris actuación del actual comité ejecutivo local, que desde su arribo, en calidad de emergente, a esa posición, pisó un pantano en el que se ha ido hundiendo, hasta lograr que el PRD desaparezca como partido, del escenario político de la ciudad.

Es de llamar la atención, por ejemplo, el silencio cómplice de la autoridad partidista, frente a las muchas formas de ataque que, desde el gobierno federal, y desde dentro del PRD local, se han enderezo para tratar de restar fuerza al gobierno de la capital.

Ese mutismo, que por momentos parece otro de los eslabones de la cadena de complicidades que ha tejido el PAN en contra del gobierno de Marcelo Ebrard, sólo podría explicarse, de otra manera, si supiéramos que el grupo dirigente sufrió la muerte masiva de neuronas y nada de lo que sucede a su alrededor puede estimular su ser político.

Por eso es que ahora, de pronto, surgen una serie de hombres y mujeres dispuestos a cobrar, y hasta trabajar en bien de su partido. Así, desde todos los frentes asoman algunas cabezas de quienes pretenden tomar el mando del partido.

Empecemos por las mujeres, más bien, por la mujer. A mitad de semana Patricia Ruiz Anchondo decidió dar a conocer su precandidatura,

Según nos cuentan, ha construido un grupo de trabajo, y aunque no se crea, porque así no se acostumbran las cosas, ha logrado un proyecto para darle la fuerza y vitalidad perdidas a ese organismo político.

Ruiz Anchondo viene de cumplir la encomienda de jefa delegacional de Gustavo A. Madero, lugar de muy difícil manejo por el número de habitantes –es la segunda más poblada de la ciudad– y la guerra de intereses que entre las tribus delegacionales se ha dado desde siempre.

Según la propia Patricia, su candidatura no lleva el peso de ninguna tribu, y considera que puede ser un factor que dé la cohesión tan necesaria en el Comité Ejecutivo estatal más importante de todo el país para el PRD. Eso, que para ella es una virtud, en los pasillos del perredismo es un verdadero problema, porque sin tribu que la avale sus posibilidades son, dicen ellos, cero.

En otro ángulo se halla Carlos Reyes Gámez, quien hoy funge como segundo de abordo del Comité Ejecutivo Estatal, cosa que podría obrar, y muy en serio, en su contra, por lo que ya decíamos arriba: la política de ojos cerrados que no ha visto pasar ninguno de los problemas serios que ha enfrentado el gobierno citadino.

No obstante, Reyes Gámez es el único que en ciertos momentos ha roto el marasmo que inundó al partido y, de vez en cuando, alza la voz indignado por algún hecho que lo despierta. Reyes Gámez sí cuenta con el apoyo de una corriente, en este caso de UNyR que encabeza Armando Quintero, y está en espera de los acuerdos que se tomen entre las corrientes. No se sabe que hubiera construido ya un proyecto de acción para su partido.

De cualquier forma, el ex diputado local no cuenta con el apoyo del jefe de Gobierno, Marcelo Ebrard, que busca un candidato alejado, o sin tribus, para lograr mejores formas de entendimiento entre el PRD y el gobierno que dirige. No obstante, la realidad en el PRD va por el rumbo de las clientelas y no será fácil romper con esa inercia.

En medio de todo esto, Alejandro Rojas Díaz Durán dice tener el apoyo de Marcelo Ebrard y de su grupo más cercano, aunque la especie la ha desmentido, una y otra vez, la gente de ese grupo. Eso, por lo pronto no mellado las ganas de Rojas, que busca el lugar y espera que existan acuerdos que le favorezcan.

Así van las cosas por lo pronto, aunque aún falta más de tres meses para que en el PRD de la ciudad se decidan las cosas, y el panorama de hoy se trasforme. Lo único cierto es que ese partido no puede seguir como hasta ahora, por su propio bien.

 
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