Usted está aquí: viernes 30 de noviembre de 2007 Política Indocumentados, amenaza: políticos

Indocumentados, amenaza: políticos

David Brooks (Corresponsal)

Nueva York, 29 de noviembre. En medio de una tormenta política antimigrante en este país, aparece una nota sobre cómo un inmigrante mexicano decide sacrificarse para salvar a un niño estadunidense. Entre tantas estadísticas y retórica sobre la migración, de repente un ser humano le da la mano a otro, sin importar de dónde venía cada quien, qué idioma hablaba o si era “legal” o no.

Al acelerarse el ritmo de las campañas electorales que culminarán a fines de 2008, la inmigración continúa siendo uno de los temas más controvertidos y espinosos, que provoca competencias para ver quién será el más duro contra los indocumentados, mientras que las autoridades federales y locales continúan realizando redadas y encarcelando y deportando a todo aquel que puedan atrapar. Todos pronostican que este clima sólo empeorará entre ahora y noviembre de 2008, cuando se celebran las elecciones federales aquí.

Hay todo tipo de estadísticas, todas las cuales son empleadas o distorsionadas a gusto de los intereses de cada político o agrupación interesada en el tema. En Estados Unidos, según el Instituto de Políticas de Migración (Migration Policy Institute), hay más de 37.5 millones de inmigrantes (personas nacidas en el extranjero) en total, de acuerdo con datos de 2006, que representan 12.5 por ciento de la población total de Estados Unidos.

De los casi 30 millones de los que ingresaron a este país desde 1980, se calcula que 16.3 millones están “legalmente”, mientras que casi 12 millones no tienen documentos. Del total de inmigrantes de todo el mundo que residen en Estados Unidos, 30.7 por ciento son mexicanos, o sea unos 12 millones o dicho en otros términos casi 10 por ciento de la población total de México está de este lado de la frontera. No sólo esto, sino que 14 por ciento del total de todos los trabajadores de México están en Estados Unidos. Unos 6.6 millones de ellos no tienen documentos.

Una nueva investigación de un centro que promueve limitar la migración, el Center for Immigration Studies, reveló hoy que según sus cálculos la población inmigrante está hoy en su más alto porcentaje desde los años 20, y que una de cada 8 personas que viven en Estados Unidos son inmigrantes. La inmigración durante el último periodo de 7 años es la más alta registrada en la historia, afirma este centro, y que la mitad de este flujo es “ilegal”.

Este centro, que ha promovido argumentos empleados por los que favorecen medidas antimigrantes, enfatizó el uso de los recursos públicos por esta población, sobre todo en el ámbito de servicios de salud. Pero sus conclusiones fueron registradas por varios de los medios nacionales estadunidenses.

Cientos de miles son expulsados todos los años, pero en un ciclo electoral, los inmigrantes son cada vez más necesarios: funcionan como chivo expiatorio para todos los males y problemas que sufre el país. Los inmigrantes son acusados de provocar las carencias en servicios de salud, de educación, de vivienda y otros problemas como también los bajos salarios, el crimen, las drogas ilícitas, las bandas y más.

Y es en medio de todo esto que un inmigrante mexicano caminando por el desierto después de cruzar la frontera rescata a un niño estadunidense. Según reportó una agencia informativa hoy, Manuel Jesús Córdova Soberanes, albañil de 26 años de edad, había caminado ya dos días y estaba a unos 75 kilómetros de Tucson, Arizona, cuando vio a un niño de 9 años, con un perrito y un espejo del automóvil en el cual su madre murió al perder el control y volcarse en una barranca.

No hablaban el mismo idioma, y cuando el niño le mostró el desastre, Córdova dijo que estaba triste por lo de su madre y “no sabía cómo consolar al niño, entonces nada más me senté junto a él”. Le dio su suéter al pequeño, Christopher Buztheitner, y le encontró chocolates y galletas en el coche volcado. Hizo una fogata mientras el niño dormía, y 14 horas después un grupo de cazadores los encontraron y se comunicaron con las autoridades.

La Patrulla Fronteriza detuvo y deportó a Córdova, y el niño fue trasladado a un hospital y finalmente fue entregado a sus familiares. “Soy el padre de cuatro niños, por eso me quedé con él, nunca podría haberlo abandonado. Nunca”, declaró por teléfono desde Sonora. Las autoridades locales comentaron que es casi seguro que Córdova logró salvarle la vida al pequeño.

Córdova informó que deseaba venir a Estados Unidos para ganar dinero para sostener a sus cuatro hijos que viven con su madre, y para apoyar a los tres hijos de su novia. A pesar de sacrificar este intento, dijo que le “deseo una buena vida” a Christopher.

Mientras tanto, los políticos continuaron declarando como amenaza a Estados Unidos a los miles de desconocidos detrás de las estadísticas que insisten en llamar “ilegales”.

 
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