Usted está aquí: martes 4 de diciembre de 2007 Política La sociedad tecnologizada propicia la simulación: Román Gubern

En la Red “hay cosas buenas y malas, pero como los medicamentos, tiene riesgos”

La sociedad tecnologizada propicia la simulación: Román Gubern

La época de la realidad virtual confunde lo real y lo imaginario, afirma el académico

Laura Poy Solano

Ampliar la imagen El académico catalán, Román Gubern El académico catalán, Román Gubern Foto: Luis Humberto González

En un análisis de los retos que entrañan las nuevas tecnologías de la comunicación y su capacidad de penetración mediante la imagen, Román Gubern, semiólogo y teórico catalán, aseguró que vivimos en una sociedad que propicia la mentira y la simulación, donde la frontera entre lo real y lo virtual es más difusa.

El siglo XXI, afirmó el experto, es el de la opulencia mediática, de la hiperabundancia de las representaciones, pero también la época de la realidad virtual donde vivimos la confusión de lo real y lo imaginario, es decir, la era de lo sicótico. “Cuando dejamos de distinguir lo real de lo virtual, entonces comenzamos a vivir una época de incertidumbres, lo que nos demanda estar más alertas que nunca, porque el simulacro está reemplazando la realidad tridimensional y tangible”.

El catedrático de la Universidad Autónoma de Barcelona, quien está en México para participar en un ciclo de conferencias magistrales, aseguró que ante el impacto de las tecnologías de la comunicación, la batalla central es “por la educación y la consolidación de un pensamiento crítico que ayude a distinguir lo real de lo virtual.”

–¿Cuál es la función de la imagen en una sociedad dominada por las tecnologías de la comunicación?

–Un ejemplo es Second Life. Es sorprendente que haya tenido que inventarse una segunda vida para aliviar las frustraciones de una primera donde la gente no está contenta. Se inventa una segunda vida consoladora, subterránea, clandestina, que realiza los sueños prohibidos que en la vida real se han frustrado.

“Internet es un buen ejemplo. El hacker es el paradigma de una persona que no vive en el mundo real, sino en la red, y esa dependencia es patológica.

“El problema de los nuevos medios consiste en que hay que aprender a discriminar qué es real de lo virtual, pero no se educa a niños y jóvenes en esta distinción pedagógica.”

Revisar la enseñanza

–¿A dónde puede llevar esta confusión?

–Requeriría una enérgica revisión del sistema de enseñanza. Hoy los que jóvenes están abandonando la televisión; acuden a Internet como fuente primaria de información y son estas nuevas generaciones –las enganchadas a la pantalla de la Red– las más vulnerables a esta nueva sicosis que amenaza con confundir virtualidad y realidad.

“Un claro ejemplo es el intercambio de fotos. El photoshop permite la mentira perfecta; no deja huellas, por eso se dice que la realidad virtual es un crimen perfecto”, expresa el teórico.

–¿Cómo llegamos a vivir este dilema entre realidad y mundo virtual?

–Debemos recordar que todos estos artilugios son inventos militares. La cultura de lo digital es una invención del Pentágono. La realidad virtual se creó para entrenar a los pilotos de combate e Internet nace como una red militar. Esto nos tiene que hacer pensar, porque son entes con una funcionalidad que nace en parte espuria, falsa.

“Ahí está Internet, que es un gran vertedero, donde vale lo mismo la investigación más brillante de un profesor de Harvad que aquella que hace el tonto del pueblo. Ya se ha dicho que la Red es buena para planear, pero mala para aterrizar.

“Debemos estar conscientes de que tenemos herramientas altamente imperfectas que nos pueden confundir. Hay que ir con cuidado, porque las nuevas tecnologías son como los medicamentos: tienen disfunciones, contraindicaciones y efectos secundarios.

“Hay que vivir más alerta que antes., cuando existía una división del conocimiento. Había una elite de expertos que eran un poco los guardianes del saber, pero como ha sido dinamitada, ya no hay control de calidad en el intercambio de la cultura, y al no existir, todo vale, lo que constituye el signo de la posmodernidad. Ante este naufragio de valores y de cánones debemos estar muy alertas porque es la época de los que quieren hacer pasar barro por oro. Vivimos la era de las incertidumbres.”

–¿También de las incertidumbres mediáticas?

–Por supuesto, ahí está la invasión a Irak. Muchos han olvidado que en un principio se dijo que era porque existían armas de destrucción masiva y no fue así. Vivimos en una sociedad que propicia y suscita la mentira, la cultura de la simulación y del simulacro que remplaza la realidad tridimensional y tangible. Vivimos en la posmodernidad, donde las tecnologías de la comunicación fomentan el simulacro.

–Con este panorama, ¿qué futuro vislumbra para las nuevas generaciones?

–Lo que importa ahora es la batalla de la educación crítica, donde los maestros sepan enseñar al niño que no todo está en la red, que hay cosas tan antiguas desde Aristóteles, como el pensamiento crítico.

“En Internet hay mucha información buena y mala. Hay que fortalecer el pensamiento crítico para que la gente sepa en qué mundo vive. La prioridad es mantener ese pensamiento para no confundir la realidad con la simulación, y para estar alerta con las nuevas tecnologías, porque sólo se progresa cuando se identifican sus efectos negativos. Lo malo es que el pensamiento crítico no está de moda, porque no es cómodo”, advirtió Gubern.

 
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