Usted está aquí: jueves 6 de diciembre de 2007 Economía El precio de la tortilla seguirá en $8.50 en 2008, asegura Gruma

En seis años el consumo por habitante se redujo casi en una cuarta parte: González Alcalá

El precio de la tortilla seguirá en $8.50 en 2008, asegura Gruma

Anuncia Maseca convenio con productores de maíz; sembrarán cerca de sus instalaciones

Las reglas de Sagarpa para programas rurales impulsan nueva burguesía, dicen representantes

Roberto González Amador y Matilde Pérez

Ampliar la imagen Firma del convenio entre la Confederación Nacional Campesina y la empresa Gruma. En el presídium, de izquierda a derecha, Alfonso Cebreros Murillo, director Comercial de Gruma; Efraín García Bello, presidente de las Confederaciones Nacionales Campesinas y de Productores Agrícolas de Maíz de México; Roberto González Alcalá, director general de Grupo Maseca, y el diputado César Duarte, representante de la CNC Firma del convenio entre la Confederación Nacional Campesina y la empresa Gruma. En el presídium, de izquierda a derecha, Alfonso Cebreros Murillo, director Comercial de Gruma; Efraín García Bello, presidente de las Confederaciones Nacionales Campesinas y de Productores Agrícolas de Maíz de México; Roberto González Alcalá, director general de Grupo Maseca, y el diputado César Duarte, representante de la CNC Foto: Jesús Villaseca

El principal productor mexicano de harina de maíz descartó este miércoles que el precio al público de la tortilla sufra en las siguientes semanas un desajuste como el ocurrido a comienzos de 2007, que llevó la cotización arriba de 10 pesos por kilogramo en algunos puntos del país. Al mismo tiempo dio a conocer que en un periodo de seis años el consumo por habitante de este alimento, considerado hasta ahora parte básica de la dieta de la población, se redujo en casi una cuarta parte.

“El precio se mantendrá debajo de 8.50 pesos por kilogramo”, estimó Roberto González Alcalá, director general de Grupo Maseca (Gruma) en México.

En una conferencia de prensa en la que fue anunciado un convenio con productores de maíz, para sembrar el grano cerca de las 18 plantas de producción que tiene Maseca distribuidas en el país, González Alcalá dijo que el costo de los insumos utilizados para la elaboración de la harina se ha incrementado en los últimos meses, en especial los relacionados con los combustibles.

El precio del maíz, así como el de otros granos, se ha disparado en los años recientes por el aumento de la demanda para el consumo humano en países como China e India, y también por el uso de esta materia prima para elaborar biocombustibles como etanol. La disminución en la oferta fue una de las causas, junto con la especulación, que provocó el disparo de precios en la tortilla en enero de este año, según el Banco de México.

En la conferencia de prensa González Alcalá consideró este miércoles que la presión sobre los precios del maíz ha disminuido, y ello deberá trasladarse al costo que pagan los consumidores finales por el kilogramo de tortilla.

“Este año las condiciones de precio (del maíz) han sido muy estables, porque precisamente el alza promovió más siembra en Sinaloa y El Bajío (las dos principales regiones productoras del país) y hoy se tiene una buena oferta de maíz”, consideró.

Sin embargo, puntualizó que para producir tortilla, el maíz representa sólo uno de los costos. Los otros tienen que ver con la energía necesaria para transformarlo y el combustible requerido para movilizar el grano de los centros de producción a los de industrialización, que han tenido variaciones al alza. “Todo esto suma en el costo de producción de las empresas y no sé si va a tener un impacto el próximo año”, señaló.

Sin embargo, al ser interrogado respecto de si espera un incremento de precio de la tortilla en 2008 superior al promedio de los años previos a 2007, que había sido de un peso por kilogramo, respondió: “Lo que va a pasar en 2008 es que el precio se mantenga en 8.50 pesos por kilogramo”, que es el nivel acordado en enero pasado entre el gobierno y productores, después de que se había dado el disparo en el costo al público de la tortilla. Incluso mencionó que después de las alzas ocurridas en diciembre de 2006 y en enero de 2007, el kilogramo del alimento ha disminuido hasta niveles de 7, 7.50 y 8 pesos por kilogramo.

En enero de 2007, el gobierno mexicano y participantes en la cadena de suministro de maíz, harina de maíz y tortilla firmaron un acuerdo para fijar el precio del maíz y productos relacionados para prevenir aumentos significativos en el precio de la tortilla.

Como resultado, Grupo Industrial Maseca acordó un precio de harina de maíz de 5 mil pesos por tonelada en todo México hasta finales de abril. El 25 de abril de 2007, el gobierno anunció un segundo acuerdo que extendió el plazo hasta el 15 de agosto de 2007. Maseca ha mantenido el precio de la harina de maíz desde entonces, y en septiembre anunció que hasta conocer los costos del maíz durante la cosecha de invierno revisaría sus precios.

Este miércoles, González Alcalá consideró que el incremento en el precio de la tortilla ocurrido a principios de este año “no fue inesperado”. Comentó que desde 1999 y hasta 2006 el costo al público había subido cada año en un peso en promedio por kilogramo. “Lo que ocurrió –según el empresario– es que en México hubo poca oferta este año, y el precio se elevó arriba de lo normal, alrededor de 2 pesos en el Distrito Federal y 1.30 pesos en el resto del país”.

Menor consumo de tortilla

Roberto González Alcalá dio a conocer que el consumo per cápita de tortilla disminuyó de 90 kilogramos anuales en 2000 al actual de 70 kilogramos, lo que implicó una reducción en el periodo de 22.22 por ciento.

Es decir, el mexicano consume en promedio hoy tres cuartas partes de las tortillas que ingería hace apenas seis años.

En la conferencia de prensa el director general de Gruma en México habló de cambios de hábito en la alimentación de los mexicanos, y mencionó el hecho de que ahora la mayor parte de la población habita en zonas urbanas, donde la oferta de alimentos diferentes a la tortilla es más variada e incluso de menor costo.

En este sentido, dio a conocer que Gruma está emprendiendo acciones para promover el consumo de tortilla, una manera también, dijo, de apoyar a los productores del grano.

Gruma consume cada año 1.6 millones de toneladas de maíz. Según cifras del sector, en México hay otros 5 millones de toneladas de maíz blanco de excedente.

González Alcalá dijo que entre las acciones que lleva a cabo la empresa se cuenta la mejoría de la calidad del maíz blanco y el uso de otras especies, como los maíces azules y rojo, para elaborar tortillas.

En el centro del país, dijo, ha habido gran aceptación de los consumidores hacia las tortillas de maíz azul producidas por Gruma. Este producto será llevado a otras regiones, en especial del norte de México, y también al mercado de Estados Unidos.

Fomenta Sagarpa entrega discrecional de recursos

El Congreso Agrario Permanente (CAP), la Confederación Nacional Campesina (CNC), el Consejo Nacional de Organismos Rurales y Pesqueros (Conorp), y el Consejo Nacional de Organizaciones Campesinas, sostuvieron que la propuesta de reglas de operación para los programas rurales que presentó la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (Sagarpa) “alientan” la entrega discrecional del presupuesto, y no responden a los compromisos adquiridos con los productores.

Si Sagarpa insiste en aplicar esas reglas sin someterlas al consenso de las organizaciones, recurrirán “al camino que hemos transitado desde hace tiempo”, dijo Cruz López Aguilar, presidente de la CNC. El dirigente comentó que Sagarpa suspendió la semana pasada la reunión del Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable, porque “no saben cómo responder a la inconformidad campesina, porque en lugar de simplificar los pasos para acceder a los recursos federales, los ha complicado y se sigue generando la concentración de ellos en unos cuantos productores. En otras palabras, lo que está haciendo Sagarpa es crear una nueva burguesía rural”.

“No aceptaremos ese madruguete’’, abundó Federico Ovalle, dirigente de la Central Independiente de Obreros Agrícolas y Campesinos (CIOAC), integrante del Conorp. Explicó que las reglas de operación son el siguiente eslabón fundamental para garantizar que los recursos aprobados por los legisladores para el sector rural sean canalizados con mayor equidad y sirvan para fortalecer el desarrollo de la mayoría de los campesinos.

El adelanto de las reglas que hizo el gobierno federal violenta el acuerdo alcanzado en el Consejo Mexicano para el Desarrollo Rural Sustentable, donde se acordó que serían sometidas a consideración de los dirigentes de los productores, “y aunque el tiempo se acorta, daremos la pelea para que se respeten los acuerdos, pero también revela que en el gobierno federal no hay voluntad política para convenir con los campesinos”.

Ovalle Vaquera descartó que el gobierno aproveche la coyuntura de preparativos de varias organizaciones campesinas, ante la apertura total del mercado rural a partir del próximo año por la eliminación de los aranceles en las importaciones de maíz, frijol, azúcar y leche en polvo, como establece el Tratado de Libre Comercio de América del Norte. “Creo que la autoridad tiene una visión dogmática que lleva a no escuchar ni atender las sugerencias de las organizaciones, y sólo pretende tener manos libres para el manejo discrecional de los recursos”.

 
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