Número 137 | Jueves 6 de diciembre de 2007
Director fundador: CARLOS PAYAN VELVER
Directora general: CARMEN LIRA SAADE
Director: Alejandro Brito Lemus



Educación sexual integral, la mejor herramienta para la prevención del vih/sida


Como mujeres católicas comprometidas con la justicia social, la defensa del Estado laico y de los Derechos Humanos, en especial de los Derechos Sexuales y de los Derechos Reproductivos, manifestamos nuestra preocupación ante las proyecciones sobre la epidemia de VIH/sida.

De acuerdo con ONUSIDA existen 33.2 millones de personas que viven con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH), a nivel mundial; tan sólo en este 2007 hubo 2.5 millones de infecciones, un total de 6 mil 800 diarias, es decir 4.7 por minuto. Las cifras indican que hay más de 5 mil 700 fallecimientos diarios a causa de la epidemia y que en África es la primera causa de muerte entre la población. En la región de América Latina y el Caribe el virus se propaga constantemente debido, principalmente, a la falta de uso correcto del condón, lo cual nos demuestra que es preciso invertir en campañas de prevención, ya que ha sido demostrado que tienen un impacto positivo entre la población.

Organismos internacionales han expresado que si las políticas de prevención no son contundentes e integrales, para el 2015 la prevalencia de la infección no bajará como ésta previsto en los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

En nuestro país —según Censida— hasta el 30 de junio del 2007 se han registrado 112,830 casos de sida, de los cuales 87,878 se encuentran entre los 15 y 44 años de edad, lo cual representa un porcentaje de 78.6 por ciento; esto debido a la falta de conocimientos sobre la sexualidad de las y los mexicanos y la consecuente falta de habilidades para protegerse adecuadamente. En este rango se encuentra la población juvenil, quienes son un sector poco atendido dentro de las políticas públicas y quienes requieren educación sexual integral para que la información pueda convertirse en prácticas más seguras. Lo anterior se confirma con los datos de la Encuesta de opinión sobre factores de vulnerabilidad ante el VIH/sida entre jóvenes de preparatorias públicas1, donde se destacan los prejuicios que tienen las y los jóvenes sobre el uso del condón:

Una tercera parte de las y los jóvenes creen que el VIH es un castigo para la humanidad y un 23 por ciento opina que no es necesario usar condón con una pareja estable. Casi la mitad de las y los jóvenes usa solamente el condón algunas veces o nunca, mientras que un 74.2 por ciento piensa que su pareja no podría transmitirle el VIH/sida o alguna otra infección de transmisión sexual, y la razón principal es por que “la/lo conocen bien” (32.1 por ciento).

Ante estos hechos, consideramos fundamental afirmar que la única forma de disminuir el VIH es mediante el uso correcto del condón masculino o femenino y una educación sexual integral con un enfoque de Derechos Humanos, la cual, además de avanzar en el camino de la prevención, favorece la toma de decisiones responsables e informadas, desarrolla y fortalece habilidades para el cambio en las conductas y en consecuencia, aminora los riesgos en las prácticas sexuales. La educación es la mejor herramienta para frenar la infección por VIH/sida. Sin la perspectiva de Derechos Humanos, mujeres, hombres, jóvenes y niñas/os no podrán vivir en pleno goce de sus derechos. El VIH/sida no es sólo un problema de salud pública sino de Derechos Humanos.

En este sentido, otro aspecto integral de la lucha contra el VIH/sida, es que la educación sexual debe estar basada en el respeto a la integridad de las personas para que contrarreste el estigma y la discriminación. Este enfoque contribuye a que las personas disfruten de la orientación, información y educación necesarias y que se eliminen los obstáculos de discriminación que limita el derecho a la protección de la salud de las personas.

Por otra parte, en el ámbito eclesial es muy importante que el Papa escuche las voces de personas católicas y no católicas de todo el mundo, para que sepa que éste es un asunto de vida o muerte para la humanidad. Si la jerarquía católica quiere hablar de la cultura de la vida, no debe cerrar los ojos ante el sufrimiento y la muerte causados por el VIH/sida en todo el mundo. No puede seguir predicando que las personas se amen y se cuiden mutuamente si les niega los medios para que se protejan el uno al otro.

La prevención del VIH es una cuestión de justicia para que todas las personas tengamos acceso a la información oportuna, veraz y científica que nos permita tomar decisiones en libertad de conciencia. El uso correcto del condón masculino o femenino es la aportación de todos y todas para frenar esta epidemia.

Usar condón es cuidarme y cuidar a los demás, es practicar el bien común.

1 Realizada por CDD, RNCJDD e INSAD en 16 estados de la República entre noviembre del 2005 y marzo del 2006.