Usted está aquí: lunes 10 de diciembre de 2007 Opinión Ciudad Perdida

Ciudad Perdida

Miguel Ángel Velázquez
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Declaración de guerra panista

Fobias y odios contra el GDF

En busca del corredor azul

El panismo organizado declaró la guerra al gobierno de Marcelo Ebrard, muy en particular, y a toda la izquierda, para reafirmar la dependencia de ese organismo con Los Pinos. O para dejar las cosas más claras: en Acción Nacional se hará lo que diga Calderón, y nada más.

Nada del otro mundo. En casi todos los países el partido que se trepa al poder se convierte en su consultor, cuando menos en las líneas generales de gobierno, porque se supone que la ideología que marca a un gobierno emana del partido que lo sostiene.

Lo que sí parece un tanto diferente es que el organismo político se contagie de las fobias y los odios que dominan al personaje que se apodera del partido, y que debido a ello se transforme en su correa de transmisión hacia la sociedad, que será lo que ocurra con el panismo organizado a partir de ya.

Para nadie es un secreto que, cuando menos desde su campaña, Felipe Calderón haya expresado encono hacia las formas de gobierno en el Distrito Federal. Primero fue un ataque continuo hacia López Obrador por el asunto de la seguridad, y después, en todas formas y desde todos los frentes posibles, se lanzó en contra de Marcelo Ebrard, que más que resistir le ha devuelto, uno a uno, los golpes que le ha propinado.

Desde entonces, es decir, desde antes de que se iniciara este sexenio, los ataques no tuvieron el apoyo, cuando menos eso parecía, del grupo saliente del PAN nacional, aunque desde el comité del DF las agresiones se fueron multiplicando, es decir, cuando menos en apariencia, la línea que dictaba Los Pinos no iba en el mismo carril que las acciones que desarrollaba Manuel Espino en la sede nacional azul, que se determinó por su trabajo hacia el exterior y la defensa a Vicente Fox.

Ahora la agresión se vuelve compacta, no por eso más fuerte, pero sí más descarada, aunque hay que tener en cuenta que ya existen programas en varias delegaciones donde se proyecta concretar un corredor azul, y con el que se pretende dividir al DF.

Donde se trabaja en la actualidad es en Cuajimalpa, Coyoacán, Alvaro Obregón, con apoyo de las delegaciones que tradicionalmente han estado gobernadas por panistas, como Miguel Hidalgo y Benito Juárez. En esos lugares, los primeros, se tienen programas específicos que marca la estrategia llamada Ave Azul, con la que se trabaja para ganar adeptos.

Se dice que en Coyoacán las posibilidades de triunfo panista son mayores que en cualquier otra demarcación por los antecedentes de gobiernos perredistas que han pasado del muy mal manejo del anterior delegado Bortolini, y el muy bajo desempeño del actual.

Esos terrenos, los de Coyoacán, han sido parte del patrimonio político de René Bejarano, por lo que, según los azules, hay debilidad extrema del PRD en el lugar, y los esfuerzos –ahora con la dirigencia nacional panista decidida–, se multiplicarán.

Sea como sea, en el GDF ya se prepara una serie de contrataques políticos para menoscabar la fuerza que pudiera haber acumulado el panismo en estos últimos seis años, o para ser más claros, no se abandonará la plaza, por más fácil que parezca su conquista.

Por lo pronto, de uno y otro lados velan armas y el periodo de enfrentamientos que se avecina demostrará razones políticas de cada bando para hacer de la ciudad algo mucho mejor.

De pasadita

Por cierto, algo va a suceder en la delegación Miguel Hidalgo. A la señora Gabriela Cuevas se le está organizando la gente en contra. Las constantes manifestaciones de descontento van en aumento. Ahora resulta que más que aviadores, la demarcación tiene 400 trabajadores voluntarios que no tienen ni contrato ni prestaciones.

Esto debería revisarlo ya la Secretaría del Trabajo, porque podría estar fuera de la ley. Claro, sería imposible que hiciera algo la dependencia federal encargada de velar por los derechos de los trabajadores, con el secretario que se carga, los empleados no tendrían oportunidad, ni de chiste, de hacer valer esos derechos que al parecer les han conculcado. Para empezar, habría que buscar el término voluntario en la ley. Sea como sea, alguien tiene que intervenir en eso que parece totalmente ilegal.

 
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