Usted está aquí: sábado 15 de diciembre de 2007 Política “Ficha” el INM a migrantes como si fueran delincuentes

Tomar huellas digitales, práctica común: Sin Fronteras

“Ficha” el INM a migrantes como si fueran delincuentes

Visto bueno de la SG a reglamento que viola derechos

Fabiola Martínez

El Instituto Nacional de Migración (INM) toma huellas digitales a los extranjeros internados en las estaciones migratorias y suele mantener en reserva la información de los expedientes integrados, pese a que entrar a México sin los documentos legalmente necesarios representa una falta administrativa y no un delito penal.

Las nuevas formas de integración de expedientes (identificadas como ‘fichaje’) constituyen uno de los puntos más controvertidos del proyecto para normar el funcionamiento de las 48 estaciones migratorias que operan en el país.

Como se ha difundido, el proyecto del INM –organismo dependiente de la Secretaría de Gobernación (SG)– se encuentra en la última fase de análisis en la Comisión Federal de Mejora Regulatoria (Cofemer).

El texto ha recibido críticas de grupos civiles, entre estos Sin Fronteras, el cual hizo una serie de entrevistas con adolescentes que se hallaban asegurados en las estaciones del Distrito Federal y Tapachula.

De acuerdo con esta investigación, respecto de “las condiciones de detención” en las estaciones migratorias de la ciudad de México y Tapachula (en el periodo enero-julio de 2007), a 83.61 por ciento de los jóvenes entrevistados el INM les tomó su declaración y huellas digitales; sin embargo, 78.7 por ciento manifestó no saber el motivo de este proceso ni se les proporcionó una copia de tal entrevista.

Además, sólo 11.47 por ciento de aquellos migrantes que recibieron la copia de su declaración tuvieron la oportunidad de leer el documento antes de firmarlo.

Las organizaciones no gubernamentales consideran que en el proyecto recientemente difundido, calificado por la Secretaría de Gobernación como definitivo, se mantuvieron intactas las disposiciones legales que transgreden y violan gravemente los derechos humanos de las personas detenidas en las estaciones migratorias, particularmente por la toma de huellas dactilares y fotografías, y la privación indefinida de su libertad por causa del ejercicio legítimo a su derecho de acceso a la justicia judicial o administrativa.

Irregularidades

El documento de Sin Fronteras, preliminar al reporte anual 2007, precisa que durante las visitas a las estaciones migratorias mencionadas se realizan talleres y pláticas con la población, durante las cuales los adolescentes han manifestado las condiciones en las que se encuentran y, a partir de ello, se genera el informe público; el primer reporte de ese tipo correspondió al lapso 2005-2006 y fue publicado a principios del año en curso.

En los talleres participaron 474 jóvenes y se realizaron 16 entrevistas. Con base en esta muestra, Sin Fronteras informa que la mayoría de los adolescentes estuvieron acompañados, durante la declaración, por migrantes que viajaban junto con ellos, pero no por personas de su confianza o capacitadas para supervisar que la declaración se hiciera en condiciones adecuadas, toda vez que se trata de menores de 19 años.

Aproximadamente 44 por ciento de los adolescentes había tenido contacto con su consulado; sin embargo, comenta la organización civil, desde 2006 la notificación a las representaciones de Guatemala, Honduras y El Salvador se realiza una vez que los adolescentes llegan a Tapachula, antes de su deportación o devolución, y no desde el momento de su verificación migratoria o de su llegada a otras estaciones de ese tipo.

Respecto a las condiciones de estos centros, la encuesta reveló que 85.2 por ciento de los jóvenes manifestaron que dormían en el suelo, mientras que el resto dijo hacerlo en una colchoneta. Casi todos coincidieron que los sanitarios y las instalaciones se encuentran limpias.

Deficiente servicio médico

La mayoría también manifestó haber recibido alimentación, pese a que en Tapachula los víveres no son de la mejor calidad, aunque en ambas estaciones –en las que se aplicó la entrevista– había agua potable y condiciones para bañarse.

Un grupo mayoritario de los entrevistados, 72.1 por ciento, expresaron no haber necesitado atención médica; el resto señaló que se les atendió de manera despótica y les dieron fármacos que no resolvieron su padecimiento.

En la ciudad de México existe una trabajadora social que impulsa actividades recreativas, hecho importante –destaca Sin Fronteras– porque ayuda a las personas a superar emocionalmente las condiciones de encierro e incertidumbre, no así en Tapachula, donde los adolescentes están en contacto directo con la policía auxiliar.

 
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