Usted está aquí: domingo 16 de diciembre de 2007 Política México, ¿próximo importador de petróleo?

Antonio Gershenson
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México, ¿próximo importador de petróleo?

Como antes el mayor aumento del consumo de petróleo se daba en los países del llamado primer mundo, ahí se fijaba la atención para ver la incidencia del consumo, por ejemplo, en los futuros precios del petróleo. Las cosas han cambiado.

Como China tiene un gran aumento en su producción, y en general un gran crecimiento en su economía, tiene un gran aumento en el consumo de petróleo. En años recientes la cantidad de ese aumento es la mayor del mundo. Y si le sumamos a India, el aumento en el consumo de ambos tiene más peso en el consumo mundial que el de cualquier otra región. Las previsiones para las próximas décadas mantienen esas relaciones.

Hay otro grupo de países cuyo aumento en el consumo, en barriles y no sólo en porcentaje, rebasa al de países del primer mundo. Se trata de los países exportadores de petróleo, especialmente ahora que, con el petróleo caro, reciben ingresos importantes que se traducen en poder de compra. La forma como se reparte ese poder de compra depende de cada país, pero en cualquier caso se traduce en una mayor demanda de petróleo, que ellos tienen de sobra al grado de exportar cantidades importantes.

Los cinco exportadores que más petróleo venden –Arabia Saudita, Rusia, Noruega, Irán y los Emiratos Árabes Unidos– tuvieron casi 6 por ciento de aumento en su demanda de ese mismo producto en 2006, frente al año inmediato anterior. Sus ventas se redujeron en más de 3 por ciento.

En cambio, la demanda en Estados Unidos casi no cambió. En este caso se produjeron dos fenómenos contradictorios que explican este “empate”. Por un lado, los altos precios de la gasolina y otros energéticos han llevado a medidas para ahorrarlos. Por ejemplo, el aumento de las ventas de coches con motor híbrido, que llegan a ahorrar hasta la mitad de la gasolina consumida, ha sido enorme, con años en los que las ventas se duplican. Este ha sido uno de los elementos que han llevado a los fabricantes japoneses, con Toyota en primer lugar, a desplazar del mercado a fabricantes estadunidenses. El otro fenómeno es una parte muy grande de la economía que sigue consumiendo en grandes cantidades gasolina y otros combustibles.

Algunas instituciones relacionadas con el problema consideran que algunos exportadores de petróleo van a duplicar su consumo del mismo en los próximos 10 años. Algunos países pequeños del Golfo Pérsico han superado a Estados Unidos en el consumo de petróleo por habitante. Y en algunos países petroleros la gasolina y otros productos son muy baratos, lo cual estimula más la demanda.

Algunos países petroleros muy poblados están en procesos que llevaron o llevarían en pocos años a que el consumo local sea tal que se conviertan en países importadores. Indonesia ya tuvo ese cambio hace tres años, por el efecto combinado del agotamiento de sus yacimientos y el aumento de su demanda. Hay varios países que son considerados como posibles para tener ese cambio en los próximos 10 años. El primero de ellos, con un plazo que en algunos estudios es de cinco años, es México.

Es público el rápido declinamiento de la producción en el yacimiento Cantarell, de donde proviene la absoluta mayoría de la producción nacional. Los intentos de sustituirlo con otros yacimientos no han evitado la declinación de la producción nacional. Pero se habla mucho menos del creciente número de coches, cuyo número casi se duplicó, a unos 16 millones, en la última década. El consumo de gasolina aumenta 5 por ciento al año, incluyendo vehículos traga gasolina como ese jeep rojo que se volvió tan conocido.

Hay casos como el de Europa, donde hay toda una política para reducir el consumo de gasolina y otros combustibles caros. La extensión de la red de vías para trenes rápidos no sólo reduce el uso de coches entre una y otra ciudades, sino que reduce también el uso de los aviones. Es cada vez mayor el número de parejas de ciudades entre las cuales es más rápido viajar del centro de una al de la otra en tren que en avión.

Por ejemplo, entre Bruselas, capital económica y en parte política de la Unión Europea, y Londres, el tren hace dos horas usando la nueva terminal londinense, y pasando por abajo del Canal de la Mancha. En avión, incluso usando trenes rápidos entre el centro y el aeropuerto en ambos casos, la suma de tiempos con el del avión es de una hora y media... Más los tiempos muertos en el aeropuerto y la menor frecuencia de los aviones, el tiempo total ya es siempre mayor que en tren. También en la Unión Europea se venden ya más coches de combustible diesel, más eficientes y económicos, que de gasolina.

Aquí no hay nada de eso. López Obrador planteó un plan de trenes rápidos. Pero el fraude se tradujo, en este caso, en que siga el reino del automóvil, contribuyendo a que seamos, en unos años, importadores netos de petróleo. Hay una tendencia local en el Distrito Federal en el sentido opuesto, con una nueva línea de Metro y varias de Metrobús, pero no puede compensar el fenómeno nacional. Y preguntamos: ¿de dónde van a salir los petrodólares que hoy financian buena parte del presupuesto?

 
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