Usted está aquí: sábado 22 de diciembre de 2007 Espectáculos “Reactor 105.7 no tiene favoritismos ni es servil con las ‘grandes’ disqueras”

En entrevista, gerente y director de programación de la estación refutan las aseveraciones

“Reactor 105.7 no tiene favoritismos ni es servil con las ‘grandes’ disqueras”

Nuestra rotación holgada no sirve a los objetivos comerciales de los distribuidores, asegura Marcelo Lara

Los músicos que nos acusan son mediocres; buscan culpables al ver que no triunfan, acota Rulo

Patricia Peñaloza

Ampliar la imagen No tiene fundamento que nos acusen de recibir payola, y sí hacemos caso a la gente: si una canción es pedida se queda, y si no, se va, remató Marcelo Lara (en la imagen), gerente de la emisora de radio pública, que acaba de cumplir tres años al aire No tiene fundamento que nos acusen de recibir payola, y sí hacemos caso a la gente: si una canción es pedida se queda, y si no, se va, remató Marcelo Lara (en la imagen), gerente de la emisora de radio pública, que acaba de cumplir tres años al aire Foto: Archivo

“Más de la mitad de nuestra programación es de artistas independientes; es falso que aceptemos presiones de las disqueras ‘grandes’; de hecho, éstas me odian, pues no pongo lo que quieren; nuestra rotación holgada no sirve a sus propósitos comerciales. Y si son músicos quienes nos acusan de no poner tal o cual: para mí son mediocres que buscan culpables al ver que sus carreras no funcionan”, afirma incendiario Raúl David Vázquez, Rulo, director de programación de la estación de radio pública Reactor 105.7, a tres años de estar al aire.

Por su parte, Marcelo Lara, gerente de la misma, reitera categórico: “No podemos estar sujetos a lo que nos pide toda la gente. Una programación debe tener orden; ofrecer una propuesta redonda y clara. Eso no quiere decir que obedezcamos a las disqueras ‘grandes’, pues su poder es cada vez menor al lado de la música por Internet”.

A la defensiva, pero con la seguridad que les da haber subido en 48 meses del número 20 al 10 dentro del rating radiofónico del Distrito Federal, Lara y David expusieron en entrevista sus razones, a propósito de las acusaciones que suelen recibir de ciertos sectores de escuchas, entre ellos músicos y agrupaciones, respecto de si son elitistas en su programación, si practican el “amiguismo” o si son serviles hacia las “grandes” disqueras. De ser ciertas tales imputaciones, o certero un posible ingreso de recursos para beneficios ajenos al servicio social, los hechos se agravarían por llevarse a cabo desde una radio pública. Sin embargo, ellos desmienten todo.

Dichas quejas surgieron cuando, a partir del 12 de noviembre de 2004, varios de quienes laboraban en la emisora de rock para jóvenes Radioactivo 98.5, inauguraron el concepto Reactor 105 sobre la frecuencia del 105.7 FM (la cual llevaba nueve años alojando a la estación de rock en español Órbita): algunos distribuidores de rock local denunciaron que los nuevos programadores les advirtieron que ya no pondrían la misma música que en Órbita. A esto se sumó la mediana credibilidad que tenía la extinta Radioactivo (1993-2004), en cuanto a programar rock mexicano, pues casi no lo hacían.

Otra vicisitud sorteada por el 105.7 FM, entre 2005 y 2006, fue una iniciativa del Gobierno del Distrito Federal, el cual reclamó la frecuencia como suya, requerimiento que no fructificó al comprobarse jurídicamente improcedente.

“No cobramos en Ocesa”

A la emisora perteneciente al Instituto Mexicano de la Radio (Imer), y casi única en su rubro (rock para jóvenes), salvo Ibero 90.9, aún le falta mucho para dejar satisfecha a la audiencia. No obstante, guste o no, en los hechos, durante tres años la estación ha sido parte activa del crecimiento de la reciente escena de rock hecho en México; dato indicativo es que su audiencia creció, no sólo en cantidad, sino en sectores: de ser oída sólo por los niveles C-D (estratos sociales más bajos), ahora es escuchada del A al D, conservando el rango de edad: 13 a 25 años.

–Una estación permisionada no puede tener espacios comerciales, pero ustedes sí los tienen. ¿Es esto legal?

Marcelo Lara contesta parco y hermético, a pesar de que se le cuestiona de varias formas: “La ley establece que la estación debe generar 50 por ciento de sus ingresos. De este modo, la figura del patrocinio es correcta y legal. No hay nada turbio”.

–Existen versiones de que algunos de quienes trabajan en Reactor cobran en la operadora de conciertos Ocesa. ¿Es cierto?

Gerente y programador lo negaron. Rulo fue más enfático: “¡Es falso! ¿Por qué nos habrían de pagar? Ocesa paga publicidad al Imer, como todo anunciante. A mí sólo me pagan como programador. Al aire sólo anunciamos sus conciertos, como lo hacemos con los del Alicia. A mí que me investiguen: yo no recibo nada de ellos”.

Sobre el contenido hablado, obligado por ley a promover la cultura, Lara expresó: “La emisora ya tiene una identidad propia; la música y los locutores ya están dando voz, de modo más claro, a las expresiones de varios sectores. Aun sin publicidad, con producción austera, nuestro impacto es fuerte. La programación ya está creando una sensación de comunidad. Ahora nos falta apuntalar el discurso, pues un estudio del Imer reveló que para muchos, somos su único contacto con las noticias, a partir de los comentarios que hacemos. El mismo estudio hizo ver que quien se cansa de oírnos no le cambia a Ibero 90.9 u Horizonte 108, sino a Alfa 91.3 o Mix 106. Es decir, nos están oyendo más por la música; el contenido aún tiene un peso regular. Por eso, lo que viene es fortalecer el contenido”.

“La gente quiere oír cosas que la liguen a su realidad”

–La estación a veces se oye parcial. ¿Qué criterios aplican al seleccionar la música?

Rulo aclara no ser el único en decidir; dice no programar sólo lo que le agrada, sino también lo que goce de trayectoria y seguidores: “Una radio pública no puede ser mi I-Pod. Al entrar aquí acepté el ideario de una emisora de corte social, y me he apegado a ello. No podría decir que hemos provocado un boom en el rock nacional, pues ya existían muchas bandas desde antes, aunque no se sabía de ellas a nivel masivo, pero sí creo que estamos programando música capaz de crear vínculos entre el público; esto es importante pues la gente quiere oír cosas que la liguen a su realidad. Si la gente no se reconociera en lo que programamos no tendríamos tanto rating. No creo en separar la música por idiomas, sino en dar el mismo peso a una canción en inglés que a una en español; las programo juntas para que la audiencia halle conexión entre lo que se hace en el mundo y aquí”.

El también locutor se legitima ante la acusación de no estar genuinamente interesado en el rock mexicano: “Cuando empecé a programar Radioactivo en 1999, ya había un concepto definido de rock en inglés; yo no lo decidía. Pero años antes, yo ya apoyaba al rock mexicano, en revistas como Eres”. Narró percibir la actual situación del rock cuando en Hard Rock Live vio a grupos como Austin TV, Hummersqueal y Thermo, ante cientos de adolescentes: “Esos grupos no salían en medios, y ya tenían convocatoria”. Indicó que de a poco, músicos y disqueras independientes le fueron llevando cada vez más discos: “Nuestra programación ha mejorado gracias a que el mismo rock nacional ha crecido en calidad”.

–Aún así, una de las principales quejas, sobre todo entre músicos, es que en la estación hay favoritismo, que ceden a las presiones de las disqueras. Sectores del público dicen no ser tomados en cuenta en la programación…

El conductor del programa con más alta audiencia en la emisora, Antisocial, único en Reactor en tener invitados especializados en política, explica que si programara todo lo que le llega pasaría una semana para que se repitiera lo primero que puso. Aun así, aclaró no tener la repetición atosigante de las emisoras comerciales: “en comparación con las demás, nuestra rotación es holgada; aquí un tema de ‘alta rotación’ es de 12 veces a la semana (lunes a viernes); en Alfa, de 35. Respecto de las disqueras, es falso que aceptemos presiones. Más de la mitad de nuestra programación es de sellos independientes. No ponemos las prioridades de las ‘grandes’ disqueras; es más, de éstas no ponemos cosas súper comerciales como Allison, Massappan o Panda. Las disqueras me odian porque no pongo lo que quieren. Y si son músicos quienes nos acusan de no poner tal o cual, para mí son mediocres que buscan culpables al ver que sus carreras no funcionan”.

Rulo recalcó que sería inviable que Reactor fuera “cliente” de las disqueras, pues éstas se manejan por números, mismos que no cuadran con lo que ofrece 105.7: “Hasta arriba de esos sellos hay un tipo con mucho dinero; para justificar lo que le dan en sueldos y promoción, requiere que su canción esté en el ‘número uno’. No piden comprometerse con el artista, eso les vale. Es más, ni les importa vender discos, pues un ‘número uno’ no siempre vende. ¿Cómo ser sus clientes, si rotamos canciones por debajo de lo que requieren?”.

“El poder de las disqueras es menor frente a Internet”

Al respecto, dice Lara: “No podemos estar sujetos a lo que pide toda la gente. Una programación debe ofrecer una propuesta redonda y clara. La radio es repetición. Eso no quiere decir que obedezcamos a las disqueras ‘grandes’, pues su poder es cada vez menor al lado de la música por Internet. No tiene fundamento que nos acusen de recibir payola (pago que dan las disqueras para que su música sea programada). Y sí hacemos caso a la gente: si una canción es pedida, se queda, y si no, se va. No entiendo las quejas, si damos cabida a programas especializados de garage, ska, reggae, dark, rock urbano, hip hop, metal; hay cápsulas informativas, promoción a museos; programas de servicio social…”

–¿A qué creen que se deba que casi no hay más estaciones de rock para jóvenes?

Lara señala: “Ninguna empresa está dispuesta a echarse el tiro: aún es difícil controlar el discurso que rodea al rock, que es de gente poco conformista. Reactor puede existir como es, sólo por ser radio pública. En una privada las presiones comerciales nos obligarían a ‘suavizar’ el discurso. Aquí hemos tenido libertad para decir lo que queramos”.

Rulo remata: “La mayoría de los dueños de medios son conservadores. Están cómodos en su lugar de poder. No hay más estaciones de rock porque deja más la radio de noticias… o al menos eso me dijeron en Imagen, cuando quitaron Radioactivo”.

 
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