Usted está aquí: miércoles 26 de diciembre de 2007 Política Reconoce González Garza división en el FAP, pero descarta que se disuelva

El frente no irá a ningún lado si permanecen los intereses mezquinos, expresa

Reconoce González Garza división en el FAP, pero descarta que se disuelva

Señala como única solución encarar la cultura de las cuotas: “¡es lo que hay que reventar!”

Roberto Garduño

Ampliar la imagen Javier González Garza, en imagen de archivo Javier González Garza, en imagen de archivo Foto: José Carlo González

La reforma constitucional en materia electoral ahondó el distanciamiento entre los partidos de la Revolución Democrática (PRD), Convergencia y del Trabajo (PT), y se ha colocado a su vez como argumento central para cuestionar el futuro del Frente Amplio Progresista (FAP). En medio de este debate, Javier González Garza, coordinador del perredismo en la Cámara de Diputados, acepta que el FAP “no irá a ningún lado si nos siguen dividiendo intereses mezquinos que tienen que ver con quién es alcalde o regidor” en el mejor de los casos.

En entrevista, el legislador perredista avizora como única ruta enfrentar la cultura de las cuotas: “¡eso es lo que hay que reventar; necesitamos los mejores candidatos! Los partidos que integramos el frente no necesitamos ser una máquina burocrática para satisfacer intereses pequeños; necesitamos ser un instrumento de la sociedad con el propósito de cambiar el país”.

Al preguntarle si es posible que el FAP se disgregue, González Garza, replica tajante: “¡Absolutamente!, no creo que el FAP desaparezca; se tienen que hacer esfuerzos importantes para que siga, porque lo que trae el frente es la necesidad de cambiar el país, no está construido para candidaturas, para ver cuántos regidores tiene cada quien”.

–¿Qué implica cambiar el país? –se le plantea.

–En el tema de la soberanía vamos a coincidir todos y muchos más, en el asunto de que a Felipe Calderón le interesa la participación de empresas privadas en Petróleos Mexicanos, nos va a llevar a definiciones muy concretas.

–¿La discusión electoral está cerrada?

–Para mí no está cerrada, los acuerdos políticos se mantienen, y hay una propuesta de que nos podamos meter todos en una sola organización política, que es una propuesta fuerte; necesitamos poner en el centro de la discusión el tema del país, y no de lo que conviene a cada partido.

–El PT y Convergencia consideran que en el FAP se requiere un liderazgo fuerte, y ahí ven a Andrés Manuel López Obrador, en el PRD, ¿cómo se observa esto?

–El FAP se construyó porque se constituyó la Convención Nacional Democrática (CND), y Andrés Manuel decidió no ser dirigente del FAP, todos le propusimos que así fuera, pero Andrés decidió que no, que él va a estar en la presidencia legítima y en la convención. El FAP se creó por una necesidad política evidente y porque había una decisión de que los partidos como tales, como organismos, no formaran parte de la convención. Nadie duda del liderazgo de Andrés Manuel, lo que sucede es que son dos organismos distintos, y eso lo tenemos que discutir: vamos a seguir cada quien con su partido, el frente, la convención, el gobierno legítimo o vamos a simplificar eso en menos organizaciones, con el propósito de lograr el cambio en el país con objeto de que la clase política en el país no siga robando a México.

–¿Hay condiciones para tal cosa?

–Nadie sabe lo que pasará; a mí me gustaría que diéramos una discusión seria y sensata, y que resolvamos lo que tengamos que resolver; yo veo que podemos avanzar mucho.

–Convergencia manifiesta que la izquierda partidista se ha resquebrajado –se le insiste.

–La izquierda en el país no está contenida en el PRD, Convergencia y el PT; la izquierda en el país es más amplia y tenemos opiniones que deberíamos discutir; es un asunto muy complicado que está pasando en toda América Latina; no es un tema sólo nuestro. Lo primero que tenemos que aceptar es que la izquierda no está contenida en esos tres partidos: hay cantidad de grupos, de personas, de sociedad organizada.

–¿Cómo atraerlos?

–Esa es la discusión que se debe dar entre todos; el FAP no son tres partidos, en su seno tiene organizaciones campesinas, sociales, obreras, porque la idea del frente debe ser que no todos somos iguales, no todos pensamos lo mismo, pero aquí estamos los que pensamos que este país requiere un cambio trascendental en la política económica, en la política-política, y en la política social. Entonces debemos ser más.

–Tanto Convergencia como el PT acusan a la corriente Nueva Izquierda de fracturar al FAP.

–No, Nueva Izquierda es la corriente estatutaria más numerosa, y ahí está; Nueva Izquierda tiene muchos fundadores del PRD y hemos coexistido; yo difiero de aquellos que dicen que Nueva Izquierda quiere tratos con Calderón. ¡Difiero absolutamente! Yo lo he vivido, no he visto a ningún dirigente de esa corriente que se haya sentado con Felipe Calderón. Eso está absolutamente claro.

–¿Ustedes lo evidenciarían, si fuera el caso?

–¡Totalmente!, pero no he visto ningún intento. Que sí ha pasado: Nueva Izquierda, ha discutido en su seno otras formas de izquierda, lo ha hecho públicamente; asuntos de socialdemocracia, y entonces la pregunta es: ¿ellos son del PRD?, y yo digo ‘absolutamente’, digo ‘son una parte del PRD, sin duda’, entonces ¿cómo se toman las decisiones en el partido?, pues por mayoría. Hemos insistido en que el IFE organice las elecciones internas de los partidos, porque no hemos logrado en el PRD la construcción de aparatos transparentes que den certeza y por eso nos importa una reforma del partido que nos lleve a una situación más transparente.

–¿Qué le concita la reforma electoral?

–La reforma es un tema importantísimo y no sólo eso, se logró por lo que pasó en 2006 y por el movimiento de resistencia. Y hay gente que considera que eso no tiene sentido, porque dice que no es en las leyes donde debemos fijarnos, ¡bueno!, coexistimos.

“Es muy importante la discusión que habremos de dar para establecer los acuerdos básicos. Aseguro que en el asunto de la defensa del dominio del patrimonio nacional y de los recursos naturales vamos a estar todos unidos.”

–¿El FAP se convirtió en figura de ornato o de contención social como pretenden sus críticos?

–El FAP es el brazo político, legislativo de la convención, y el gran problema es que nos siguen dividiendo intereses mezquinos, que tienen que ver con quién es regidor, quién alcalde. Si no salimos de eso, entonces el FAP no va a ir a ningún lado; la izquierda es absolutamente necesaria para definir rumbos.

–La tradicional cultura de la cuota –se le cuestiona.

–¡Eso es lo que hay que reventar, necesitamos los mejores candidatos! El partido no necesita ser una máquina burocrática para satisfacer intereses pequeños; el partido necesita ser un instrumento de la sociedad con el propósito de cambiar al país.

 
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