Advierten sobre el riesgo de “un estallido social, de una verdadera rebelión”

Legisladores descubren que se puede renegociar el capítulo agropecuario

“Los funcionarios voltean a EU y se bajan los pantalones”

Enrique Méndez

Diputados de PRD, PRI, PT y Convergencia alertaron sobre el riesgo de un conflicto social, si no se renegocia el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), y cuestionaron el silencio del gobierno de Felipe Calderón frente a la exigencia de los campesinos de revertir las desfavorables condiciones de competencia con los productores de Estados Unidos y Canadá.

El presidente de la Comisión de Marina, José Manuel del Río Virgen, declaró: “o se renegocia el acuerdo comercial o el campo mexicano se puede incendiar. Los campesinos ganan un salario mínimo diario, el Seguro Popular nunca les llegó y ahora tienen que enfrentar de forma desventajosa a los productores de Estados Unidos y Canadá”.

Cuestionado sobre la magnitud del descontento, el diputado priísta César Horacio Duarte resaltó: “Creo que no sólo habría un estallido social, sino una verdadera rebelión por el desinterés y el desdén al que ha sido sometido el campo mexicano. Los agricultores pueden regresar a las calles, porque el gobierno no ha cumplido con el Acuerdo Nacional para el Campo”.

Molesto por la pasividad de Calderón y sus colaboradores, el priísta tronó: “los funcionarios sólo voltean a ver hacia Estados Unidos y se bajan los pantalones. El Estado no ha querido aplicar las herramientas que tiene a su disposición. La política agropecuaria está sometida a acuerdos más allá de lo legal y formal, que no permiten conocer la razón real de por qué, entre otras cosas, no se aplica el presupuesto al campo aprobado por el Congreso”.

Por su parte, el diputado perredista Emilio Ulloa Pérez lamentó que Calderón y sus secretarios continúen de vacaciones y no hayan expresado ninguna intención de actuar en favor de los productores mexicanos. “Se trata de un gobierno al que no le interesan los campesinos, no sólo porque no cuentan con una política de Estado, sino porque, como lo demostraron en la campaña de 2006, ellos son elitistas y no les importan los desprotegidos”, expresó.

Mientras, el presidente de la Comisión de Justicia, César Camacho Quiroz, refirió que todos los tratados son renegociables, incluido el TLCAN. “El Ejecutivo tendría que echar mano a sus mejores dotes de negociación para dar una respuesta a las peticiones de los líderes campesinos”, declaró.

“Que se vaya Sojo”

No obstante, Duarte reprochó la inacción de Calderón y sus colaboradores, entre ellos el secretario de Economía, Eduardo Sojo, quien consideró debe renunciar por su incapacidad para contener la presión inflacionaria derivada de las alzas a alimentos básicos y el anuncio del gasolinazo, y por no contar con una propuesta de renegociación del TLCAN.

Refirió que si el gobierno federal continúa cruzado de brazos, al menos debería cumplir con la Ley de Desarrollo Rural Sustentable, aplicar los recursos aprobados por la actual legislatura para los productores y cumplir con el Acuerdo Nacional para el Campo. “Con estos mecanismos estaríamos en mejores condiciones para competir”, dijo.

Evaluó que 2008 será un año difícil para los agricultores mexicanos, y coincidió en la previsión de que abandonarlos a la libre competencia con productores de Estados Unidos y Canadá, que reciben fuertes subsidios, podría ocasionar nuevas movilizaciones.

“Es un asunto muy delicado, porque en la negociación del Acuerdo Nacional para el Campo los campesinos salieron a las calles. Regresaron a sus tierras con un compromiso que aún no se cumple. Y si vuelven a salir a las calles, no habrá voz que los convenza de confiar nuevamente en los compromisos del gobierno”, advirtió.

Mientras, Del Río Virgen también cuestionó que el gabinete de Calderón continúe en la inmovilidad, lo que a su vez impide a los productores recibir los recursos adicionales aprobados por la Cámara. “Hay burócratas que con su pasividad podrían avergonzar a los del antiguo régimen priísta, por su ineficacia y abulia”, expresó.

Los senadores podrían promover una iniciativa que permita al Ejecutivo regular la importación de granos

Georgina Saliderna

Senadores del PRI y del PRD pugnaron ayer por la renegociación del capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), al informar que mientras ello se logra, promoverán una iniciativa para que el Ejecutivo regule las importaciones de granos.

El perredista Antonio Mejía Haro explicó que el Senado puede otorgar facultades al Ejecutivo para administrar la entrada de frijol, maíz y otros productos, teniendo como base el artículo 131 de la Constitución, el cual prevé tal mecanismo en caso de que se encuentre en riesgo la soberanía del país.

Con ello, aseguró, no se violenta el TLCAN, convenio que, en cambio, ha sido incumplido por Estados Unidos al seguir entregando cuantiosos subsidios a sus productores.

Mejía Haro, presidente del grupo de trabajo en el Senado para medir los efectos del TLCAN, manifestó que el otorgamiento de dichos subsidios constituye un elemento jurídico para exigir la revisión del capítulo agropecuario.

El legislador por Zacatecas manifestó su apoyo a las organizaciones que han iniciado las protestas contra la apertura comercial total, y explicó que el grupo plural ha seguido trabajando en el tema, para determinar la manera como se puede llevar a cabo la renegociación.

Anexo al tratado comercial

Sobre ese punto, el senador panista Tomás Nava Bolaños señaló que en dicha comisión hay interés en encontrar un “espacio” jurídico que permita agregar al TLCAN un anexo o adendum, como demandan los productores mexicanos.

Pero consideró que ello abriría la puerta para que Estados Unidos o Canadá impulsen cambios que puedan perjudicar a sectores nacionales que han salido beneficiados con el acuerdo trilateral.

Como lo ha hecho el gobierno de Felipe Calderón, el legislador del blanquiazul minimizó el impacto de la entrada en vigor del apartado agropecuario del tratado, y afirmó que sólo entre 14 y 16 por ciento de los campesinos se verán perjudicados.

Por su lado, el priísta Carlos Jiménez Macías resaltó que existen caminos para impedir la entrada indiscriminada de granos. Uno de ellos es promover una controversia en los paneles del TLCAN en contra de Estados Unidos, por subsidiar a sus productores y promover una competencia desleal. El problema es que los funcionarios de la actual administración son muy ortodoxos y creen a ciegas en la liberación comercial. Piensan que no hay vuelta de hoja, cuando sí hay mecanismos para revisar el tema, subrayó.

Mientras tanto, el oaxaqueño Heladio Ramírez insistió en la renegociación del acuerdo comercial, luego de considerar que la desregulación total que entró en vigor el primero de enero amenaza la estabilidad social del país.

El senador priísta refirió que la situación de 30 millones de mexicanos que viven del agro es difícil e insoportable, pero lo más grave es que existe la certeza de que Estados Unidos y Canadá van a aumentar los subsidios a sus productores, justo cuando se han abierto las fronteras de México.

Frente a tal panorama consideró necesario que los mexicanos también tengan subsidios como los de sus competidores de América del Norte.