Usted está aquí: jueves 3 de enero de 2008 Política Insisten en éxito de programa de empleo temporal con Canadá, pese a violaciones

El gobierno se rehúsa a cambios sustanciales, para “no perder los beneficios” logrados

Insisten en éxito de programa de empleo temporal con Canadá, pese a violaciones

Las denuncias han salido a la luz gracias a sindicatos y medios de comunicación de ese país

José Antonio Román / I

Aun cuando los gobiernos de México y Canadá están empeñados en calificarlo como “exitoso”, el Programa de Trabajadores Agrícolas Temporales (PTAT), ya ratificado para este 2008, presenta graves violaciones a los derechos laborales de los empleados mexicanos, quienes en los hechos son excluidos de las disposiciones legales que rigen los horarios de trabajo, las horas extras, días de descanso a la semana, descanso para almorzar y permiso de maternidad, además de la prohibición declarada de afiliarse a un sindicato.

Inclusive, el acuerdo que rige dicho programa otorga a los patrones la facultad discrecional de repatriar al trabajador a su país de origen –notificándole apenas con uno o dos días de anticipación– por cualquier motivo. Esta “inmunidad” es vital para que los empleadores y granjeros eviten cualquier reclamo de compensación laboral y los conflictos de trabajo asociados a la enfermedad de un empleado. Los términos del contrato del PTAT no permiten ninguna instancia de apelación a las decisiones de repatriación.

Sabedores de este situación y de que las denuncias tienden a presentarse con mucha más frecuencia, el gobierno mexicano, por conducto de la secretarías de Relaciones Exteriores y del Trabajo, se rehúsan a cambios sustanciales en dicho acuerdo, por temor a perder “parte de los beneficios” que ya se tienen.

La investigadora canadiense Jenna Hennebry señaló que aunque las representaciones diplomáticas mexicanas han recibido quejas de maltrato, la respuesta a los jornaleros es casi siempre la misma: “si quieren ir a trabajar, bien; si no, tienen la opción de quedarse”.

De reciente visita en nuestro país, la profesora de la Wilfried Laurier University señaló que los trabajadores mexicanos son sometidos a jornadas de trabajo extenuantes y carecen de servicios sociales y médicos, aunque en sus recibos de pago aparecen descuentos por servicios médicos. En realidad, los trabajadores pagan con su trabajo los servicios migratorios, el boleto de avión y traslado, hospedaje y alimentación; nada se les regala.

En 2008, el PTAT entre México y Canadá llegará a su aniversario 34, pues el programa inició en 1974 con la firma de un memorando de entendimiento entre ambos gobiernos, y la participación de 203 trabajadores mexicanos, aunque éste ya existía desde 1966 con diversos países caribeños. Hoy participan entre 18 y 20 mil trabajadores, de los cuales más de 14 mil son connacionales.

De acuerdo con datos de la cancillería mexicana, los estados con mayor participación en este programa son México, Hidalgo, Morelos y Guanajuato, entre otros.

En un fenómeno similar al de Estados Unidos, los trabajadores canadienses nunca han visto a la industria agrícola como un área favorable para el empleo, debido a sus bajos salarios, trabajo duro y su naturaleza temporal. Por ello, el PTAT se creó para paliar la grave escasez de mano de obra que afecta a los empleadores agrícolas, pero desde su puesta en marcha en 1966 –en el caso de México en 1974–, éste ha experimentado modificaciones mínimas, a pesar del gran aumento de empleadores y de trabajadores que actualmente participan en él.

El sindicato de Trabajadores Unidos de la Alimentación y del Comercio (UFCW, por sus siglas en inglés), agrupación que representa a más de 240 mil trabajadores en Canadá, ha denunciado reiteradamente la situación de explotación y discriminación a la que son sometidos los trabajadores del PTAT.

“Los canadienses están comenzando a darse cuenta y a cuestionar el hecho de que los trabajadores migrantes siguen sometidos a condiciones de vida y de trabajo inaceptables en este país, 40 años después de la creación del programa”, denuncia en su reporte La situación de los trabajadores agrícolas migrantes en Canadá 2006-2007, en el que también da cuenta de que en varias provincias canadienses no pasa una semana sin que los medios de comunicación denuncien situaciones que afectan a los trabajadores migrantes.

Wayne Hanley, líder de la UFCW de Canadá, quien a finales de noviembre pasado estuvo en México para reunirse con varias comisiones legislativas y representantes sindicales, campesinos y miembros de la academia especialistas en el tema, denunció que las leyes laborales canadienses por lo general excluyen a los trabajadores agrícolas de diversas disposiciones legales en materia laboral, dejando en la indefensión legal a sus trabajadores, ya sea mexicanos o de otra nacionalidad.

Tienen pocos o casi ningún derecho, ya que son víctimas de condiciones intolerables de vivienda, bajos salarios y discriminación. Hay casos, expuso, en que carecen de un sitio donde cocinar, no cuentan con calefacción adecuada para soportar temperaturas bajo cero y son sujetos a los desprecios de los empleadores, además de que no se les notifica claramente de los descuentos que tendrán a lo largo de su estancia, que no puede exceder de nueve meses, aunque el programa opera todo el año y concluye el 15 de diciembre.

En las provincias de Alberta y Ontario, los trabajadores agrícolas tienen prohibido participar en un sindicato. En la segunda entidad, donde llega más de la mitad de todos los inscritos en el PTAT, hasta junio de 2006 todos los trabajadores agrícolas fueron excluidos de las leyes de sanidad y seguridad, en un conflicto en el que debió intervenir la Suprema Corte de Justicia de Canadá.

 
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