Usted está aquí: jueves 3 de enero de 2008 Política El encuentro zapatista permitió globalizar la lucha de las mujeres: participantes

Organizaciones asistentes brindan apoyo al proyecto de las integrantes del EZLN

El encuentro zapatista permitió globalizar la lucha de las mujeres: participantes

Posible, un mundo con igualdad y justicia, afirman

La batalla de nuestras hermanas indígenas da luz y esperanza en este tiempo oscuro y doloroso, dice presa política en mensaje

Hermann Bellinghausen (Enviado)

Ampliar la imagen Asistentes al encuentro de indígenas zapatistas con mujeres del mundo Asistentes al encuentro de indígenas zapatistas con mujeres del mundo Foto: Víctor Camacho

La Garrucha, Chis. 2 de enero. Durante la sesión final del Encuentro de las zapatistas con las mujeres del mundo, celebrado en el caracol Resistencia hacia un nuevo amanecer, las voces de las integrantes del EZLN de la región de Roberto Barrios se engarzaron con las de las visitantes, que durante tres días escucharon la experiencia de estas mujeres, y al final dijeron sus mensajes.

En voz de Miriam, originaria de Brasil, la Marcha Mundial de Mujeres (MMM) y Vía Campesina, activas en varias partes del mundo, celebraron que “este acto, por su gran apertura, permite globalizar la lucha de las mujeres”. En su “Pronunciamiento de La Garrucha”, la MMM expresó: “En este encuentro hemos aprendido toda una experiencia política, en la cual ustedes han reconocido sus múltiples avances pero también que aún tienen mucho camino por recorrer, siempre con la confianza de que sí es posible construir un mundo con igualdad, justicia y la esperanza de cambiar las relaciones sociales y económicas, la vida cotidiana y la cultura de opresión, explotación y represión que padecemos”.

La Marcha se dijo enterada de las agresiones al movimiento zapatista, “que se han agudizado últimamente”. Es atacado, dice el pronunciamiento internacional, “en una guerra oculta con fuerzas paramilitares de campesinos cooptados y entrenados por el Ejército federal del mal gobierno, que tratan de despojar a los caracoles y municipios autónomos de su base territorial, tratan de poner en entredicho la existencia misma del proyecto político zapatista, al que nosotras vemos como una alternativa nacional e internacional”.

Declarando que “la autonomía de los pueblos sólo puede construirse sobre la base de la autonomía de sus territorios”, la MMM manifestó: “Estaremos en la lucha con las mujeres zapatistas hasta que todas las mujeres del mundo seamos libres”.

La comandanta Rosalinda, del EZLN, dio lectura a una carta de Gloria Arenas Agis, reclusa política en el penal de Chiconautla, en Ecatepec, y adherente de la otra campaña: “El levantamiento del primero de enero de 1994 conmovió al mundo y ahí estuvieron ustedes, las mujeres. El EZLN sacudió el concepto de organizaciones rebeldes, y ahí estaban ustedes con la comandanta Ramona, con la Ley Revolucionaria de Mujeres. Las comunidades zapatistas, los municipios autónomos, los caracoles, ejemplo de poder popular para México y el mundo, son la raíz y el fruto de todo ello, y ahí están ustedes”.

En su mensaje, Arenas Agis, “mujer que ha aprendido, y puede aprender más de ustedes”, reconoce que sus “hermanas zapatistas” están en una lucha “que da luz y esperanza a este tiempo oscuro y doloroso. Son maestras de todas nosotras. Es hora de proteger, juntas, la nueva realidad que están construyendo para la indígena y para todas las mujeres. Es necesario estar juntas en estos momentos de resistencia contra el despojo, divisionismo y hostigamiento”.

Ante el saludo de las “presas sociales” de las cárcel de Valladolid, estado español, los machetes de las mujeres de Atenco aplaudieron como si fueran manos. Desde Estambul, frente a “los espejos del sol del mar Bósforo”, un grupo de turcas, “lejos en la geografía pero muy cerca en el corazón”, expresó a las zapatistas: “El sistema, con sus instituciones, nos aleja de la tierra, de nuestros cuerpos, de unos con los otros”, y las anima a seguir adelante.

Juana, en nombre de la Coordinadora Nacional de Viudas de Guatemala (Conavigua), les habla a las zapatistas “desde el corazón del cielo maya”, y su compañera Emilia asienta: “Ya no queremos más injusticia. No pudieron quitar nuestras raíces. Nosotras aquí presentes somos las raíces”. Ellas también luchan por “el rescate de nuestras tierras, por eso estamos con ustedes, hermanas zapatistas”.

Silvie, de la Unión Campesina de Quebec, desde el otro extremo de la realidad continental, denunció el “aumento invasivo de las industrias agroalimentarias y forestales” que están destruyendo las tierras de Canadá. Por eso su resistencia, como la de las zapatistas, significa que “estamos trabajando por la salud del mundo”.

Se sumaron voces del Consejo Popular Indígena de Honduras, de migrantes e indocumentadas de Arizona, de trabajadoras de Baja California, de zapotecas y triquis oaxaqueñas. María Trinidad Ramírez, del Frente de Pueblos en Defensa de la Tierra, trajo el mensaje de San Salvador Atenco, nombró a sus presas y presos en Almoloya y Molino de Flores, recordó la criminal represión, y con el machete en el puño aseguró que los atenquenses seguirán defendiendo su suelo y su futuro.

Al concluir el encuentro e iniciar el baile, la hip hopera Cíhuatl-Cé, de Los Ángeles, prendió a los y las urbanitas presentes en el caracol; su inspirado rapeo zapatista dejó atónitos a los indígenas que no bailan eso sino cumbia, pero igual le aplaudieron sonrientes su ametralladora de palabras en lucha.

 
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