Usted está aquí: viernes 11 de enero de 2008 Opinión Ruta Sonora

Ruta Sonora

Patricia Peñaloza
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Tiny Masters of Today, The Cynics, contra censura

Queridos Reyes: tráiganme una guitarra

David Bowie ha cambiado de sonido, de imagen, de motes. Pero su apelativo actual debiera ser el del “padrino mágico”, pues basta que enuncie su gusto por una banda, para que las orejas se vuelquen hacia lo señalado. Así, luego de que a mediados de 2007, el apadrinador de todos los moles elogiara el punk silvestre de dos preadolescentes neoyorquinos que se hacen llamar Tiny Masters of Today, éstos merecieron la atención de bloggers y reseñistas; de festivales y clubes londinenses; de charts y portadas.

La recomendación bowieana picó también la curiosidad de esta escribiente, de modo que, recién acaecido el Día de Reyes, la Ruta Sonora ensanchó sonrisa y oídos, no para perseguir niños cual Herodes, sino para rastrear su estrella y emitir albricias olor a mirra e incienso, tras haber escuchado su divertido y gozoso álbum debut, Bang bang boom cake (Mute, 2007).

Formado de modo casero, este dueto fue nombrado (es difícil imaginar que se auto-bautizaron así) a partir de una banda ficticia (“los pequeños amos de hoy”) contenida en el libro Rockstar superstar, de Blake Nelson. Ivan, de 13 años (guitarra y voces), y su hermana Ada, de 11 (bajo y voces), componen desde que el primero cumplió 10 primaveras. Como sus padres les prohibían ver televisión, dedicaron sus tardes a hacer música. Visibles hijos de una pareja roquera y progresista (no se dice nada públicamente, pero todo suena a que se trata de unos papás quizá conocidos y muy bien “conectados”), Ada comenzó a cantar contra George W. Bush, en el tema Bushy (“Bushy, you are the worst president…”, grita). Grabaron unos tracks, ayudados por el programa de computadora Garageband, que provee patrones de batería. Crearon su Myspace, “subieron” sus rolas, y en poco tiempo empezaron a ser ampliamente escuchados.

El periodista Andrew Romano, de Newsweek, les descubrió e hizo su primera entrevista; el sello inglés Tiger Trap editó su primer demo, Big Noise; la revista británica New Musical Express les hizo reseñas amigables; la BBC y la XFM Radio transmitieron su música; la revista Artrocker les dio portada; Bowie declaró al London Times que le parecían geniales.

Fue Russell Simins, baterista de la estupenda banda Jon Spencer Blues Explosion, quien capitalizó tal revuelo, y a través del Myspace les preguntó si podía tocar con ellos. Tras hacer ver a sus padres que no era un pederasta explotador, y de presentarse con ellos en el CBGB’s, el entusiasmo por ver roquear a dos chamacos fue contagioso: Simins produjo su segundo EP, K.I.D.S. (cuyo track de mismo nombre suena extra-nirvanoso) y su álbum final, al que invitó a personalidades que ya quisieran otros adultos: en coproducción, Chris Maxwell y Phil Hernández (trabajó con John Cale); en la funky Disco bomb, canta Fred Schneider, de los B52’s; en Hologram World, toca la guitarra Nick Zinner y hace coros Karen O, ambos de los Yeah Yeah Yeahs; también interviene Gibby Haynes de Butthole Surfers. Tras la edición de Bang bang boom cake, en verano los escuincles hicieron gira por el Reino Unido; volvieron a clases en otoño, y ahora andan de gira por Francia y España.

Sin duda, el que estén tan chavitos hace irresistible el acercamiento. En segunda, entre letras directas y simples, su garage-punk (a veces algo rapper: Trendsetter, tema contra las corporaciones, es muy Beck) suena genuino, mugroso, rústico. La mano adulta en producción y arreglos espaciales, así como en estructuras, es evidente; pero en los riffs, las composiciones base y las ejecuciones, no parece haber mano negra. Y aunque en su música tampoco hay hilo negro, es llamativo ver surgir un proyecto de mentes tan jóvenes, hijas de su tiempo: pre-sets percusivos para compu, grabaciones caseras, Internet… El deseo es que no les pase lo que a los niños actores, que al crecer se echan a perder. Mientras dure, disfrutemos de su sabroso ruido. Por favor, padres: apáguenle la tele a sus niños, regálenles una guitarra y una compu con Internet.

Aristegui. Castor vs Krasso

La Ruta Sonora se suma a la exigencia de que la censura cínica e impune deje de avanzar en este sexenio contra la información crítica y comprometida. Primero fue contra José Gutiérrez Vivó, ahora contra Carmen Aristegui. Este apartado confía en que la valiente periodista no será callada y que hallará otro medio de difusión abierta y cobertura nacional, lejana al servilismo de Televisa. Mientras eso ocurre, rocanrol, hermanos:

1. Hoy y mañana, The Cynics: de Pittsburgh, con 20 años de trayectoria, vuelve al DF una de las bandas de psycho-garage más incendiarias. Rock cavernoso, vía la distorsión primitiva de Gregg Kostelich y del impulsivo Michael Kastelic en gritos y maracas. Hoy, en Grotesk (Héroes Ferrocarrileros 18, Buenavista). 21 horas, $150. Antes: el garage texano de The Ugly Beats; de México: Mustang 66 y Los Magníficos. Mañana, en el Alicia (Cuauhtémoc 91-A, Roma); misma hora, mismo precio. Telonean los mismos grupos, ahora con Los Explosivos. 2. “Ven a bailar bien padre” con El Castor vs La Krasso. La Bipolar (Malintzin 155, Coyoacán). 22 horas; hombres $80, chicas no pagan.

 
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