Usted está aquí: sábado 12 de enero de 2008 Sociedad y Justicia Intensifican resistencia civil contra basurero industrial en Zimapán

Movimiento ciudadano anuncia nuevas acciones de protesta para este año

Intensifican resistencia civil contra basurero industrial en Zimapán

Demanda que se castiguen abusos cometidos en operativo

Dañará al medio ambiente y la cultura ñañú, denuncia

Samuel Ruiz oficiará hoy una misa en el lugar donde se abrirá el depósito

Mariana Norandi

Ampliar la imagen El confinamiento que se pretende abrir en Zimapán se asentará sobre cinco manantiales El confinamiento que se pretende abrir en Zimapán se asentará sobre cinco manantiales Foto: Carlos Camacho

El movimiento ciudadano Todos somos Zimapán, de Hidalgo, anunció nuevas acciones de desobediencia civil pacífica para este año, con la finalidad de evitar la construcción del confinamiento de desechos industriales tóxicos y peligrosos que la empresa española Befesa está llevando a cabo en la comunidad de Botiñhá.

Hoy, a las 10 de la mañana, el obispo emérito de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz, ofrecerá una misa en el lugar donde se tiene prevista esta obra y demandará a los tres niveles de gobierno la cancelación de este proyecto.

Asimismo, dicho movimiento exigió justicia frente a la represión que sufrió el pasado 2 de diciembre, a manos de las policías municipal y estatal, durante un acto de protesta, y pidió que se castigue a los responsables que ordenaron ese operativo.

“Hemos denunciado ante la Procuraduría General de la República y la Comisión Nacional de Derechos Humanos esa represión, pero aún no hemos tenido respuesta. No queremos que quede impune lo que ocurrió ese día, pues hubo 45 detenidos y muchos lesionados. Muchas mujeres fueron manoseadas, agredidas y vejadas en el trayecto de Zimapán a la Procuraduría de Justicia estatal. A mí me separaron del grupo, me gol-pearon, sufrí una fisura en un ojo y me pusieron una bolsa de plástico en la cabeza, para tratar de asfixiarme y amedrentarme sicológicamente. Luego pedí agua y me dieron un bote con orines”, explicó Germán Rufino Contreras Velásquez, uno de los representantes que encabezan dicho movimiento ciudadano.

El también diputado local por el Partido de la Revolución Democrática, oriundo del lugar, explicó que este proyecto, además de ser un atentado contra el medio ambiente, es un “crimen perfecto” contra la cultura ñañú de la zona, por las consecuencias graves que el confinamiento tendrá en la salud y en la economía de la comunidad.

“La construcción del confinamiento es un proyecto neoliberal con intención macabra. En esa zona nunca se han realizado proyectos de educación ni salud para que la población indígena salga de la miseria y la marginación, sino un excusado para apoderarse de sus recursos naturales y aniquilarlos. No era suficiente con que tuvieran el agua contaminada con arsénico para que ahora los obliguen a vivir al lado de un tiradero de basura”.

En 2004 se autorizó el cambio en el uso de suelo de 133 hectáreas para la construcción de lo que se dijo que sería una planta recicladora. Sin embargo, el 22 de junio de 2007 los habitantes descubrieron que esa planta no iba a ser otra cosa que un confinamiento de desechos peligrosos, el más grande de México y uno de los más grandes del mundo. Esta planta recibirá diariamente 4 mil toneladas de esos residuos y se encuentra a tan sólo 6 kilómetros de la cabecera municipal, cuando la norma de la Secretaría de Medio y Recursos Naturales dicta que esas plantas deben construirse cuando menos a 25 kilómetros de distancia.

Contreras Velásquez dijo que este confinamiento tendrá un cráter de 125 metros de profundidad y 800 de diámetro, y se asentará sobre cinco manantiales. Pero si la contaminación de agua será muy grande, agregó, no menos importante es el impacto sobre la flora y la fauna.

“Con los caminos de penetración que ya se han hecho, de momento han destruido 500 biznagas que tardan entre 70 y cien años en crecer. También se pone en riesgo la supervivencia del escorpión azul, la víbora cascabel y la palma, con la cual la comunidad ñañú hace artesanías y se alimenta de su flor y de los gusanos que nacen en ella. Asimismo se está acabando con el maguey, del cual se extrae el ixtle (hilo) con el que se elaboran diversos productos.”

Agregó que esto no es un conflicto entre quienes están en favor o en contra de este confinamiento, sino una lucha por la vida, la defensa de la cultura, las raíces y el medio ambiente. “Este proyecto es un crimen perfecto fomentado por el capital. Porque luego, como ocurre con otros depósitos, cuando haya enfermedades, como problemas en las vías respiratorias o deformaciones óseas, ¿a quién se va a demandar?”

Contreras Velásquez anunció que, dentro del plan de acción, el próximo 18 de marzo acudirán al Zócalo capitalino para participar en el acto que encabezará el ex candidato presidencial Andrés Manuel López Obrador en defensa del petróleo, donde expondrán su problema y pedirán que el suceso represivo del 2 de diciembre no quede impune.

 
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