Usted está aquí: martes 15 de enero de 2008 Política México y Guatemala se comprometen a que la frontera común ya no sea una amenaza

Al asumir el poder, Álvaro Colom ofrece relación productiva y ser un vecino responsable

México y Guatemala se comprometen a que la frontera común ya no sea una amenaza

“Un pueblo con hambre nunca va a ser pacífico”; señala que dará privilegio a los pobres

Acuerda con el panista impulsar iniciativas para garantizar un flujo migratorio “seguro”

Claudia Herrera Beltrán (Enviada)

Ampliar la imagen El nuevo presidente guatemalteco, Álvaro Colom, recibe durante la ceremonia de su asunción a su homólogo mexicano, Felipe Calderón El nuevo presidente guatemalteco, Álvaro Colom, recibe durante la ceremonia de su asunción a su homólogo mexicano, Felipe Calderón Foto: Ap

Guatemala, 14 de enero. De hablar pausado y suave, el socialdemócrata Álvaro Colom mostró prisa por construir su “nueva Guatemala” y desde su discurso de asunción privilegió la relación con México. Hizo tres menciones: la promesa de colaboración en seguridad ante la globalización de las mafias”, ser un “vecino responsable” para que la frontera deje de ser una “amenaza”, y crear un parque natural binacional.

Enfrente, el presidente Felipe Calderón –flanqueado por sus homólogos de Colombia, Álvaro Uribe, y de Ecuador, Rafael Correa– y su esposa, Margarita Zavala, como parte del grupo de 11 jefes de Estado invitados, escucharon un mensaje en el que el guatemalteco rompió con las formas de los políticos tradicionales: se despidió de su partido, la Unidad Nacional de la Esperanza, en pro, dijo, de alcanzar la conciliación de un país que se ha desangrado por la guerra.

De parte del mandatario mexicano hubo sólo una referencia breve a Guatemala, aunque no la hizo durante su visita en este país, sino en una gira relámpago que realizó por Chiapas. Mientras daba el banderazo de salida a las obras de la autopista Arriaga-Ocozocuatla, explicó que en su encuentro previo con el nuevo mandatario, celebrado en Guatemala, acordó inaugurar otra etapa de la relación, “mucho más renovada y productiva”.

Colom hizo historia en Guatemala porque su triunfo del pasado 4 de noviembre significó el ascenso de la centroziquierda al poder, y la ceremonia de cambio de poderes fue también la más concurrida de las décadas recientes. En el Centro Cultural Miguel Ángel Asturias convivieron gobernantes de izquierda y de derecha.

Hugo Chávez, que como de costumbre fue el centro de los reflectores, y el nicaragüense Daniel Ortega se sentaron juntos, y a unos cuantos lugares estuvieron el brasileño Luiz Inacio Lula Da Silva, el colombiano y el mexicano. Calderón fue el sexto en ingresar al centro cultural, en el que se respiraban los “nuevos aires” anunciados por el gobernante.

En la ceremonia fue numerosa la representación de partidos de izquierda de América Latina, entre los que se encontraban dirigentes como el del Frente Amplio Progresista, el mexicano Porfirio Muñoz Ledo.

Tras escuchar el deseo del presidente saliente, el derechista Óscar Berger, de que entregue “el país mejor de lo que lo recibió”, Colom juró con una mano puesta en la Constitución y “ante Dios” gobernar por el bien de los guatemaltecos.

El nuevo mandatario decía sentir una“historia sobre mi espalda” y prometía dar privilegio a los pobres, a los “sin oportunidad”, y poner en marcha un plan “de la esperanza”.

Entre citas en que rememoró a luchadores sociales muertos por buscar un cambio de régimen político, introdujo el tema México. Prometió emprender una guerra “sin cuartel” contra la delincuencia y para ello dijo contar con la “gran ventaja” de que los países vecinos de Guatemala han firmado un acuerdo para la seguridad regional.

“Las mafias se han globalizado, ahora hay que globalizar las acciones contra la mafia. Gracias, señores presidentes de México y El Salvador, por esa lucha conjunta que vamos a hacer”, declaró el emocionado gobernante.

Como Guatemala comparte con México mil kilómetros, Colom ofreció ser un “vecino responsable con nuestros hermanos mexicanos, con esa linda frontera, que es una amenaza ahora, pero hay compromiso del presidente Calderón y mío de hacerla una frontera de oportunidades.

“Y ahora que –dijo– soplan vientos distintos en América Latina y en todo el continente”, pidió aprovechar que Guatemala “aporta su unidad de país, esa riqueza que tiene”.

Teniendo como punto central de su mensaje la miseria en este país, remarcó que “un pueblo con hambre nunca va a ser pacífico”, y por eso planteó que buscará impulsar proyectos como el del parque Del Mirador, ubicado en el norte del Petén, donde hay cuatro mil edificios mayas, y que deberá hacerse en conjunción con el gobierno de México.

Por la mañana y sin que el mandatario guatemalteco tomara aún posesión, ya se había reunido con Calderón y alcanzó una serie de acuerdos. Según una nota de ambos gobiernos, definieron como prioridad el “desarrollo fronterizo integral”, mediante la construcción de infraestructura, y una serie de iniciativas para garantizar un flujo migratorio documentado, seguro, ordenado y con pleno respeto a los derechos humanos.

Apresurado por emular los ejemplos de otros países, Colom también recibió la promesa del gobierno mexicano de compartir su experiencia en programas de desarrollo social. Además pidió a su homólogo mexicano ayuda para mejorar el sistema de justicia.

 
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