Usted está aquí: miércoles 16 de enero de 2008 Opinión Isocronías

Isocronías

Ricardo Yáñez

Reincidencias de la voz

¿Acaso va mi voz por su camino?
No lo puedo saber, e inoportuno
no quiero ser. Sonidos que aquí aduno
¿van ciertos a su prístino destino?

¿Alada la saeta ha hallado el trino
que es tino y no atinarle, y no es de uno?,
¿es aqueste el lenguaje del que ayuno
hasta anteayer me vi? No lo adivino.

Insisto en este oficio solitario
magia buscando hacer de abecedario
y el manto regio tórnase sudario.

Pero prosigo audaz en la ventura
y de pronto mi voz se me figura
ser más que voz, secretamente cura.

Dos venados se encuentran en mi frente
en la nube en la flor en el rubí
dos venados danzando tan sin mí
ya lenguaje perdido más que ausente

Da en mi pecho un violín resplandeciente
pungente sonreír y es como si
la estrella de una milpa ardiera ahí
nombrando solamente lo inocente

Raíz es cuyo arraigo entiendo dice
los venados que miras ora ajenos
darán cuando la herida cicatrice
testimonio de tu habla cuando menos

No dejes siendo amor te atemorice
el dolor y su augurio de venenos

Al fin la soledad está sabiendo
que sólo en soledad se sabe todo
al fin la soledad encuentra el modo
de, no sabiendo ser, quedarse siendo.

Desnudez ya mi voz, quietud aprendo
en esta soledad cuyo acomodo
al lugar en que estoy, este recodo
de tiempo, se diría es estupendo.

En esta soledad soy lo que pienso
y lo que pienso solo se hace en mí
y no hay juicio o aún está suspenso.

Otrora en soledades me perdí
y sin oficio anduve o beneficio
mas ya sólo el amar es mi ejercicio.

 
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