Usted está aquí: viernes 18 de enero de 2008 Capital Protestan en Iztapalapa por el uso de armas de fuego en las fiestas de carnaval

En promedio, cada año mueren por balas perdidas tres personas y 10 más son heridas

Protestan en Iztapalapa por el uso de armas de fuego en las fiestas de carnaval

Alejandro Cruz Flores

Ampliar la imagen Ante el temor de ser alcanzados por una bala perdida durante las fiestas de carnaval, al menos 100 vecinos de cuatro pueblos de Iztapalapa realizaron una marcha de protesta Ante el temor de ser alcanzados por una bala perdida durante las fiestas de carnaval, al menos 100 vecinos de cuatro pueblos de Iztapalapa realizaron una marcha de protesta Foto: Jesús Villaseca

En los pueblos originarios de Iztapalapa hay quienes dicen que “un carnaval sin balas no es carnaval”. Durante las festividades, en estas comunidades es tradición sacar las armas y “echar de balazos al aire”; pero también se ha vuelto una costumbre que cada año “en promedio mueran tres personas y 10 más resulten heridas” a consecuencia de una bala perdida, según cifras de diputados locales.

A Lupita, de tan sólo nueve años, una de esas balas perdidas le cambio la vida. Desde hace tres meses tiene alojado en el cerebro un proyectil, que no le pueden extirpar porque eso le provocaría la muerte.

Fue durante la fiesta del 7 octubre del pueblo de Santa María Aztahuacán, conocida como del Paseo, cuando la menor salió de su casa y apenas 50 metros más adelante se dio cuenta que le salía sangre de la oreja. “No escuchamos nada, pero cuando llegamos al hospital nos dijeron que fue una bala perdida”, explicó la madre de la menor, Eva Garza.

“Ese día la gente tiene la costumbre de echar muchos balazos en el cerro de los Teatinos, es una lluvia de balas. Pero hay mucha gente que no es de aquí, pero viene y se da el lujo de disparar sus armas, sin medir las consecuencias”, agregó.

Lupita no perdió el conocimiento por el impacto, inclusive caminó unos pasos hacía su madre, pero en ese lapso perdió la conciencia de “quienes eran mis padres, no me acordaba de nadie”. A consecuencia de ese incidente la menor tendrá que medicarse durante toda su vida, además de que no puede realizar grandes esfuerzos.

En otros casos, las víctimas no tienen la misma suerte de Lupita. “A mí me tocó ver a una jovencita, que era mi vecina, cuando una bala perdida le dio en la cabeza y la mató al instante”, recordó Francisco Javier Martínez, quien señala que durante las fiestas es común ver a personas armadas hasta con rifles AK-47, conocidos como cuernos de chivo.

No es necesario estar en la calle para que uno de esos proyectiles alcance a una persona, inclusive en el interior de las casas hay riesgos. “Un día mi abuelita estaba sentada en la orilla de la cama y como el techo era de lámina de asbesto, la bala lo atravesó y cayó a un lado de sus pies”, señaló Patricia Díaz

Ante la reticencia de una buena parte de los pobladores a dejar a un lado esta práctica, ya que, inclusive, dicen que “es un honor morir producto de una bala de un carnaval”, un grupo de no más de 100 personas de los pueblos de Santa Cruz Meyehualco, Santa María Aztahuacán, San Sebastián Tecoloxtitlán y Santa Martha Acatitla realizaron una marcha para pronunciarse en contra del uso de las armas en las festividades.

Los vecinos recorrieron los cuatro pueblos entre gritos de “fiestas sí, armas no” y “esta marcha es de protesta por las armas en las fiestas”, mientras que algunos militantes de la corriente perredista Nueva Izquierda aprovecharon la marcha para promocionar su imagen con la repartición de volantes, .

Pero no siempre se trata de balas perdidas, en muchas ocasiones, afirmaron los vecinos, son personas que bajo los efectos del alcohol terminan “en broncas”, disparándose unos a otros. Esta situación no sólo pasa en los días de fiesta, “las balaceras aquí son muy comunes, sobre todo en las noches… lo que nos hace falta es mayor seguridad, porque los que tienen armas son los delincuentes”, dijo Antonio Hernández Aguirre.

Los testimonios de los vecinos son contradictorios entre si: mientras unos afirmaron que la mayoría de los accidentes son ocasionados por personas ajenas a los pueblos que provocan enfrentamientos que terminan a balazos, otros aseguraron que se trata de los mismos habitantes de los pueblos quienes “por presumir sus armas en las fiestas”, en muchos casos de alto poder, las disparan al aire sin ninguna responsabilidad.

Ante esta situación, durante la fiesta del patrono San Sebastián Tecoloxtitlán a realizarse este fin de semana, elementos de la Agencia Federal de Investigación y de Seguridad Pública capitalina realizarán un operativo para evitar que en la celebración haya personas armadas.

 
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