Usted está aquí: viernes 18 de enero de 2008 Sociedad y Justicia Mero gatopardismo, reformas electorales en Oaxaca: CIESAS

Presentan estudio publicado por el centro académico

Mero gatopardismo, reformas electorales en Oaxaca: CIESAS

Grave crisis del sistema político desde los años 90: expertos

Laura Poy Solano

A más de una década de las reformas al Código de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales de Oaxaca para reconocer el derecho de las comunidades indígenas de esa entidad a elegir, por medio de usos y costumbres, a sus autoridades en los municipios donde son mayoría, expertos e investigadores del Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) aseguraron que la búsqueda de una política multicultural no es ajena a la “grave crisis del sistema político mexicano que se vivía desde principios de la década de los 90 del siglo pasado”.

En la presentación del libro La política del gatopardismo. Multiculturalismo y democracia en Oaxaca, de David Recondo, señalaron que ante la “enorme complejidad” de los procesos de elección de autoridades en los municipios con mayor población indígena, en 1995 se aprueba una reforma al código electoral estatal para buscar, desde el gobierno de la entidad, un “nuevo acercamiento” con los grupos indígenas.

Sin embargo, al debatir los alcances de esta reforma y su influencia en la consolidación de grupos de poder priísta en el estado, así como el impacto que tuvo el conflicto en Chiapas con el alzamiento del Ejército Zapatista de Liberación Nacional en 1994, Roger Bartra, sociólogo e investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que los “espectaculares cambios en la legislación que aceptan las costumbres electorales tradicionales en las comunidades indígenas, y legalizan un sistema dual en Oaxaca, forman parte de una estrategia gatopardista. Como decía Giuseppe Tomasi di Lampedusa, si queremos que todo permanezca como es, necesitamos que todo cambie”

Destacó que fue una estrategia política que creció en el seno de la cultura gubernamental durante muchos años hasta que “afloró claramente en el último decenio del siglo pasado. Enfrentamos un muy complejo y contradictorio proceso de cambio que formó parte de la crisis del sistema político mexicano.

“Se puede afirmar que los acuerdos de San Andrés Larráinzar en Chiapas, y las reformas en el código electoral oaxacaqueño, son dos caras de una misma moneda. Expresan una fuerte tendencia en la cultura política mexicana que revela una profunda herida crítica del sistema y que al mismo tiempo intenta ser restañada.”

Por su parte, Diódoro Carrasco, ex gobernador de la entidad y actual presidente de la Comisión de Gobernación de la Cámara de Diputados, afirmó que las reformas electorales en Oaxaca “no fueron una ocurrencia del gobierno estatal, federal o del Partido Revolucionario Institucional; por el contrario, se tenía una visión, equivocada o no, de que era necesario establecer una nueva relación con los indígenas”.

Sin embargo, reconoció que ante el riesgo de un “contagio” luego del levantamiento indígena en Chiapas y ante un contexto político de “enorme activismo, sin duda fueron factores que aceleraron los cambios y la propia actitud del gobierno federal para avanzar rápidamente en un proceso de cambio”. Por ello, insistió en que las reformas electorales en Oaxaca no buscaron “fortalecer al PRI ni los mecanismos para garantizar que la oposición no ganará los municipios; por el contrario, fue una reforma que aprobamos a contrapelo del propio gobierno federal y del priísmo nacional”.

 
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