Usted está aquí: domingo 20 de enero de 2008 Opinión Perlas electorales

Perlas electorales

David Brooks

Guerra y democracia

El presidente George W. Bush afirmó esta semana: “no creo que las democracias lleven generalmente a gobiernos proguerra. ‘Por favor, vota por mí, te prometo una guerra’, no es algo que tienda a ganar elecciones”, dijo en entrevista con ABC News, hablando de su misión para promover la democracia en Medio Oriente. Ha de saber lo que habla: por ahora, los dos favoritos en la contienda electoral en su país, la demócrata Hillary Clinton y el republicano John McCain son proguerra, a pesar de que más de dos tercios del país se opone a la política bélica.

Intervención divina

El ejercicio democrático estadunidense aparentemente tiene que ver menos con quién elige el pueblo y más con a quién selecciona Dios. El precandidato republicano Mike Huckabee ha explicado, a pesar de contar con pocos recursos, que logró colocarse entre los favoritos no por un acto humano, sino por un milagro parecido a los de Jesús.

Esta semana, en su gira por Carolina del Sur, reveló que Dios lo acompaña en su campaña, “especialmente en los debates, cuando me hacen una pregunta y digo ay de mí”. Entonces, dijo, pensó en una parte de la Biblia que asegura que el espíritu santo te ofrecerá las palabras, y añadió: “sentí como si el Señor verdaderamente me diera sabiduría y respuestas que verdaderamente necesitaba en ese momento”.

Tal vez es la primera ocasión que un candidato confiesa que hizo trampa en los debates con sus contrincantes. En los anteriores, entre Bush y su entonces contrincante demócrata John Kerry, se observó un bulto bajo el traje del presidente, y se sospechó que era un aparato de audio por medio del cual le daban respuestas. Huckabee, aparentemente, no necesita asistencia electrónica, ya que Dios le da directamente las respuestas.

Giuliani y el muro

Muchos se sorprendieron con la nueva línea dura del precandidato Rudolph Giuliani sobre el asunto de la migración. Cuando fue alcalde de Nueva York, ciudad con enorme población migrante, criticó medidas antimigrantes. Al lanzarse como precandidato presidencial se pronunció en favor del muro fronterizo, aunque sugirió que parte de éste fuera establecido “como barrera electrónica”. Sin embargo, nunca dijo, después de promover varias veces la instalación de instrumentos de monitoreo electrónico en la frontera con México, que hace sólo unos meses antes había sido socio de una compañía que intentaba vender esa misma tecnología al gobierno.

El New York Times reportó esta semana que Giuliani y su firma eran socios de SkyWatch LLC, empresa privada que anunció haber desarrollado esa misma tecnología en colaboración con la enorme contratista militar Raytheon. De hecho, el ejecutivo en jefe de esa firma, Abdol Moabery, ayudó después a la campaña de Giuliani al recaudar fondos en Florida.

¿Déficit de lealtad?

Hillary Clinton dijo en un foro, en su gira por Carolina del Sur, que los niños deberían de recitar el juramento de lealtad. “Cualquiera que diga que los niños no deberían ponerse de pie y decir el juramento de lealtad en la escuela no está diciendo la verdad… es legal y correcto. Y personalmente creo que todo niño estadunidense debería empezar el día diciendo el juramento de lealtad. Yo lo hice, y creo que todo niño debería (hacerlo)”. El juramento de lealtad es una pieza breve de oratoria que fue un ejercicio diario en asambleas escolares y de asociaciones cívicas, declarando lealtad a la bandera, y a un país “bajo Dios”. Aunque el original fue redactado por un socialista para promover la unidad social, en los años 50 se le agregaron las referencias religiosas. Aunque cada vez menos empleado, su uso fue resucitado después del 11-S y ahora en colegios por todo el país. A veces diario, a veces una vez a la semana, los altavoces transmiten la voz de un director y todos los alumnos se ponen de pie y lo recitan. Al parecer, hay gran preocupación porque si no se hace, se podría desvanecer la lealtad a la bandera o hasta el mismo país.

Dogma

Mitt Romney es el primer precandidato presidencial mormón. Aunque como gobernador su fe nunca fue tema controvertido, sí lo ha sido en la campaña presidencial –sobre todo por cristianos evangélicos, quienes siempre han sido un poco quisquillosos ante esa fe nacida en Estados Unidos. El mormonismo, vale recordar, es una religión relativamente reciente, con ciertos dogmas notables, como recuerda The New Yorker, entre ellos: fue fundada por un tal Joseph Smith en 1827 en este país y afirma que encontró mensajes de Dios grabados en unos platos enterrados en un idioma hasta entonces desconocido, pero traducidos por Smith. En ellos se afirma que el jardín de Edén se encuentra en Missouri, que los indígenas estadunidenses son descendientes de inmigrantes hebreos, que Jesús reapareció en las Américas precolombinas y afilió a tantos que provocó guerras en las que murieron millones y que Dios decía que un hombre podía tener muchas esposas, aunque poco más tarde reconsideró y cambió de opinión. Como esta elección a veces parece ser un concurso sobre quién es el creyente de más fervor, Romney, en un discurso, expresó que lo único importante no eran los dogmas particulares de su fe, sino que aceptaba que “Jesucristo es el hijo de Dios y salvador de la humanidad”, y al expresar su admiración por otras religiones concluyó que sólo era criticable “la religión del secularismo”. Adelantó que cualquiera que haya entrado a una iglesia a “arrodillarse y rezar ante el todopoderoso tiene un amigo y aliado en mi”.

 
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