Usted está aquí: domingo 27 de enero de 2008 Economía América Latina: entre el hambre y la exportación de alimentos encarecidos

La soya y el trigo, a cotizaciones récord; creciente demanda de China e India

América Latina: entre el hambre y la exportación de alimentos encarecidos

La industria de biocombustibles y aumento de la población mundial impulsan precios

Afp

Ampliar la imagen Recolección de trigo en un campo de la Universidad de Chapingo Recolección de trigo en un campo de la Universidad de Chapingo Foto: José Carlo González

Davos, 26 de enero. La soya y el trigo se venden a precios récord, el arroz cuesta el doble que hace 12 meses y el maíz nunca estuvo tan caro en 12 años: América Latina, exportador agrícola, embolsa cada vez más dinero pero se expone a pasar más hambre, advirtieron varios economistas y políticos en Davos.

El precio de los commodities o materias primas ha tenido un boom espectacular en los últimos años gracias al viento internacional favorable y la creciente demanda de países emergentes de China e India.

La creciente demanda de la industria de biocombustibles, el aumento de la población mundial y de su ingreso per cápita han disparado el precio de los alimentos, señalan algunos expertos.

El costo de la carne, los huevos y los lácteos también ha subido considerablemente.

Un informe divulgado recientemente por la consultora Bidwells Agribusiness, con sede en Gran Bretaña, pronosticó que hay precios caros para rato por otras razones: la escasez de agua y tierras arables, y la lentitud de los avances tecnológicos en el área agrícola.

En Davos, la tribuna anual de la elite política y económica mundial, el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon; el presidente del Banco Mundial, Robert Zoellick; el jefe de la Organización Mundial de Comercio (OMC), Pascal Lamy, y el ministro indio de Comercio, Kamal Nath, llamaron a estudiar el fenómeno y advirtieron de sus riesgos.

Ban sostuvo que el elevado costo de la comida es “uno de los mayores desafíos que enfrentan los más pobres del mundo”, junto a enfermedades como la malaria o la tuberculosis y la degradación ambiental.

Zoellick advirtió que los elevados precios de los alimentos podrían aumentar drásticamente el hambre y la malnutrición y crear una nueva generación de pobres.

“El hambre y la malnutrición no sólo son consecuencia de la pobreza, son también una causa de pobreza”, dijo Zoellick a la prensa.

“Hay unos 15 países en el mundo particularmente vulnerables a los altos precios de los alimentos y la energía, sobre todo en Africa. Necesitamos esfuerzos concretos para atender a estas poblaciones”, indicó Zoellick.

Nath dijo que 25 millones de personas en India han pasado de comer una vez por día a dos veces por día, y alertó que los precios de algunos productos alimenticios se han duplicado.

“¿Qué hacen respecto a los precios 25 millones de personas que han pasado a comer de una a dos veces por día?”, dijo. “El año próximo en Davos estaremos dicutiendo esto”, añadió.

El director financiero de la estatal brasileña Petrobras, Almir Barbassa, defendió el cultivo agrícola para producir biocombustibles en vez de alimentos, criticado por algunos porque ha elevado los precios de la comida y supuestamente conducido a la tala masiva de bosques y selva.

“Con el precio elevado del petróleo es mejor utilizar la caña de azúcar para producir etanol que utilizar la caña de azúcar para producir azúcar (...) Los campesinos tienen derecho a hacer lo que quieran con sus cultivos, es su decisión y no la de los mercados”, dijo.

El precio del azúcar alcanzó la semana pasada su mayor nivel en 17 meses. Brasil es el mayor exportador mundial de azúcar.

Lo mismo sucede en países asiáticos con el aceite de palma, utilizado como biodiesel, cuyo precio ha trepado un 125 por ciento en un año y medio. Un 90 por ciento de su producción es utilizada para cocinar y fabricar productos como la margarina, y la población más pobre ha debido racionar su consumo.

El alza del costo de los alimentos “es un tema complejo”, sostuvo Lamy. “Políticamente tiene un impacto sobre los grandes exportadores (de productos agrícolas) que necesitarían una mayor reducción de los subsidios porque la vida es mejor”, afirmó.

“Por el otro lado, crea un problema, y es un problema que emana del equilibrio entre la oferta y la demanda, que sólo un comercio más libre puede solucionar”, añadió Lamy, que confía en poder concluir este año un acuerdo para liberalizar el comercio mundial.

 
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