Directora General: CARMEN LIRA SAADE
Director Fundador: CARLOS PAYAN VELVER  
Domingo 27 de enero de 2008 Num: 673

Portada

Presentación

Bazar de asombros
HUGO GUTIÉRREZ VEGA

Calar sin culpa
GABRIEL SANTANDER

La ceniza
SARANDOS PAVLEAS

Correspondencia
y literatura

EDMUND WILSON

La Celestina: una lección en el arte de la elección
ENRIQUE HÉCTOR GONZÁLEZ

El microcosmos de micrós
AGUSTÍN SÁNCHEZ GONZÁLEZ

Entrevista con
Margaret Randall

XIMENA BUSTAMANTE

Leer

Columnas:
Señales en el camino
MARCO ANTONIO CAMPOS

Las Rayas de la Cebra
VERÓNICA MURGUíA

Bemol Sostenido
ALONSO ARREOLA

Cinexcusas
LUIS TOVAR

Corporal
MANUEL STEPHENS

El Mono de Alambre
NOÉ MORALES MUÑOZ

Cabezalcubo
JORGE MOCH

Mentiras Transparentes
FELIPE GARRIDO

Al Vuelo
ROGELIO GUEDEA


Directorio
Núm. anteriores
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Alonso Arreola
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The Hives: regresa el hervidero

Justo se cumplen tres años de aquella noche en el Circo Volador cuando el quinteto sueco The Hives sorprendió a una nueva generación de melómanos que, inconforme con la ligereza del revival punketo de entonces, se inclinaba hacia un rock más clásico y retro, consciente de sus raíces y que no renunciaba ni a la velocidad ni a la distorsión conseguidas a principios de siglo.

Al lado de otras bandas emblemáticas como The White Stripes, The Strokes y Franz Ferdinand, los Hives parecieron imitar en sus inicios, cínicamente, a The Rolling Stones; sin embargo, esta impresión cambiaría con la consistencia y definido estilo de su discografía.

Creado en la ciudad de Fagerstan en 1993, el sonido garage fue –y es– el motor esencial del grupo cuya existencia se debe, sobre todo, a su líder, fundador y compositor principal Randy Fitzsimmons. Alrededor de él surgió una tropa con apodos rimbombantes y trajes de gala, llamativa, estéticamente congruente y ajena al desparpajo de sus contemporáneos.

Así, de sus inicios a nuestros días, The Hives ha sido conformado por Vigilante Carlstroem (guitarra), Nicholaus Arson (guitarra), Howlin' Pelle Almqvist (voz), Chris Dangerous (batería) y Dr. Matt Destruction (bajo). Claro que otra cosa que llamó la atención fue que su cantante era un verdadero front man, y no un guitarrista que además hacía las veces de vocalista. Pequeña diferencia, ésta le dio un sello distintivo al que desgraciadamente pocas agrupaciones –como The Killers– han dado importancia.

Comprimiendo su historia discográfica, diremos que en 1995 editaron un primer ep (disco de corta duración) llamado Oh Lord! When? How? Dos años después, consumaron un lp (larga duración), Babery Legal, el que inmediatamente los llevó a dar la vuelta al mundo. Luego hubo otros ep s hasta que en 2000 editaron su disco más importante y afamado, Veni Vidi Vicious (puesto número siete de la Gran Bretaña y sesenta y tres de Estados Unidos).

Vino así el típico relajamiento tras el éxito. Pasaron cuatro años y la banda presentó el álbum Tyrannosaurus Hives, cuyo sencillo “ Walk Idiot Walk ” la trajo a debutar a México. De tal gira existe un dvd de 2005: Tussless in Brussels . Entonces llegaron sus colaboraciones en películas (Sipder Man), videojuegos y comerciales, así como alianzas con reconocidos productores y músicos (Timbaland y Moneybrother). Finalmente, 2007 vio nacer su más reciente placa, The Black and White Album, un trabajo en el que perfeccionaron su sonido y con el cual visitarán Ciudad de México nuevamente (Salón Vive Cuervo, 17 de febrero).

Pero, ¿a qué nos referimos cuando decimos que se han perfeccionado? Bueno, cuando un grupo de rock se inclina por el formato antonomástico de dos guitarras, bajo, batería y voz, y cuando sus pretensiones no intentan colindar con la vanguardia, lo que resta es “la canción” en su estado original, ésa que será juzgada por su lírica y relámpagos de originalidad rítmico-armónica, mas no por su espíritu formalmente revolucionario.

Rock para entretenerse, el de los Hives logra un equilibrio raro en la música pop de nuestros días. Juguetón, rápido, pegajoso, su contenido lírico está lleno de onomatopeyas, gritos y exclamaciones sin sentido, de frases cliché y pobreza intelectual, hasta que de pronto dispara versadas intensas, surrealistas, encomiables en un contexto tan comercial. Aquí un ejemplo extraído de su último disco, The White and Black Album: “Todos son perdedores en el mundo moderno. Mira a todos esos pequeños niños y niñas grises. Todo lo que tienen son problemas e infortunios. Sacúdete los restos de los hombros, así es como va el asunto… Haciendo malabares con sierras en una sola mano. Cayendo por la escalera con una banda militar. Nadando a través del océano en un traje de concreto. Tratando de que te crezca la barba pero permaneciendo lindo.”

Más habría que decir sobre su presencia escénica, impecable recordatorio de las bandas de baile de los años cincuenta. También podríamos abundar sobre su sonido cortante, cuchilla disfrutable para el cuerpo entero. Pero aquí dejémoslo. Es domingo. Hay muchas otras cosas que hacer antes de que caiga la tarde.