Usted está aquí: martes 29 de enero de 2008 Sociedad y Justicia En el DF, riesgo de enfermar de cáncer por respirar gases tóxicos

Mayor peligro en oficinas que al aire libre, alertan

En el DF, riesgo de enfermar de cáncer por respirar gases tóxicos

Elizabeth Velasco C.

Ampliar la imagen La combustión de los automóviles genera miles de elementos tóxicos que al ser respirados exponen a los capitalinos a padecer enfermedades como el cáncer. La amenaza es 13 veces mayor en oficinas que en lugares abiertos, revelaron estudios. Imagen de archivo La combustión de los automóviles genera miles de elementos tóxicos que al ser respirados exponen a los capitalinos a padecer enfermedades como el cáncer. La amenaza es 13 veces mayor en oficinas que en lugares abiertos, revelaron estudios. Imagen de archivo Foto: Cristina Rodríguez

Los habitantes del Distrito Federal están expuestos a padecer enfermedades como el cáncer debido a que todos los días respiran miles de elementos tóxicos generados por la combustión de los automóviles y por un gas producto de procesos naturales, reveló Agustín García Reynoso, especialista del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA) de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

Aunado a ello, en el valle de México existen contaminantes difíciles de cuantificar, los cuales, de acuerdo con cálculos derivados del proyecto Milagro (Megacity Initiative: Local and Global Research), dirigido por Luisa y Mario Molina, Premio Nobel de Química, son potencialmente cancerígenos, señaló el jefe del Departamento de Salud y Ambiente del Programa Universitario del Medio Ambiente (PUMA) de la UNAM, Álvaro Román Osornio.

García destacó que son cancerígenos elementos como el formaldehído, uno de los principales contaminantes ambientales que se generan por la combustión y la quema de biomasa.

Se calcula que en la ciudad de México 30 por ciento de ese compuesto proviene de los vehículos, una cantidad igual de la fotoquímica y otra similar de las emisiones que están fuera del área urbana y proceden de los bosques que emiten isopreno, uno de sus precursores.

El riesgo por la exposición a este componente es de 61 casos por millón de habitantes, y el efecto que causa en una persona equivale a la pérdida de 67 días de vida por año. El mayor peligro, destacó, se encuentra en lugares cerrados, y no en las calles o al aire libre, como se creía. De hecho, en las oficinas la amenaza es 13 veces mayor que en otros puntos, dijo.

Por otro lado, aunque el ozono no es cancerígeno, sus emisiones afectan el desarrollo de plantas y bosques, además de que provocan la reducción en la producción de madera y en la agricultura.

Dichas emisiones disminuyen entre 5 y 10 por ciento anualmente la masa boscosa, y por esa causa se estima que en las próximas décadas los campesinos podrían perder la totalidad de sus cosechas, según estudios del CCA.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.