Usted está aquí: lunes 4 de febrero de 2008 Política Agricultores de EU y Canadá se suman a exigencia de que se revise el TLCAN

Denuncian que la crisis en el sector “se ha elevado a un nivel sin precedente”

Agricultores de EU y Canadá se suman a exigencia de que se revise el TLCAN

Llaman a campesinos mexicanos a preparar demandas de amparo contra el tratado

Matilde Pérez U.

Trabajadores agrícolas de Estados Unidos y Canadá se solidarizaron con la exigencia de diversas organizaciones campesinas del país de que se revise el capítulo agropecuario del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y denunciaron que la violencia y la crisis “se han elevado a un nivel sin precedente” en el sector y en la zona fronteriza.

En un comunicado, siete organizaciones de agricultores, por conducto del sector norte de Vía Campesina, sostuvieron que la defensa de la soberanía alimentaria de los pueblos es la gesta más importante en este milenio, “pero también forma parte de la larga historia de luchas que ha emprendido el movimiento campesino en todo el mundo”.

En décadas recientes, éste ha fortalecido su oposición a los proyectos neoliberales y a sus promotores, quienes “han lanzado su ofensiva contra nuestros pueblos privatizando tierras y agua, industrializando nuestra agricultura y declarando la guerra a los campesinos”, destacaron en su breve escrito.

La Coalición Nacional de Agricultores Familiares, la Unión de Trabajadores Agrícolas Fronterizos, la Unión Campesina de Florida, Líderes Campesinas y la Coalición Rural, de Estados Unidos, así como la Unión Nacional de Agricultores y la Unión Campesina, de Canadá, apuntaron que “no es casualidad que se esté elevando el nivel de violencia contra el movimiento popular por la paz y la justicia social, que también se manifiesta con la eliminación de los aranceles a las importaciones de productos agrícolas”.

En todo el continente, abundaron, los productores enfrentan la embestida de los privatizadores: “estamos padeciendo desalojos de nuestras tierras, la destrucción de nuestra agricultura, la privatización de las aguas y del germoplasma, de la vida, y todos sabemos que eso no puede suceder sin provocar la resistencia de los pueblos”.

Los integrantes de dichas organizaciones se sumaron a la propuesta de las agrupaciones mexicanas, de que se declare este año como el de la resistencia campesina contra el TLCAN y por la soberanía alimentaria.

Jornada deliberativa de las acciones jurídicas contra el pacto comercial

Ayer, en el Hemiciclo a Juárez, el abogado Román Díaz Vázquez, integrante del movimiento que respalda a Andrés Manuel López Obrador, hizo un llamado a campesinos y consumidores que se sientan agraviados por el capítulo agropecuario de dicho tratado comercial a participar en la asamblea que se llevará a cabo en ese sitio la tarde de mañana. “Reuniremos las pruebas que se presentarán en la primera audiencia de juicios de amparo contra dicho convenio. Ello se llevará a cabo el próximo día 15, en el juzgado segundo de distrito”.

Entre los documentos que se presentarán, dijo, están los estudios elaborados por la Cámara de Diputados, en los cuales se detallan los daños provocados por el convenio, como la pérdida de 6 millones de empleos rurales, el incremento de la migración y el abandono del campo, así como la agudización de la pobreza en las zonas rurales. “Esta defensa no es un capricho ni una postura político-partidista, tampoco de obcecación, sino para exigir que se cumpla la Constitución”.

Por su parte, el presidente del Frente Nacional de Legisladores del Sector Rural, Heladio Ramírez López, sostuvo que el capítulo agropecuario del TLCAN es jurídicamente revisable. “A ello nos faculta la Constitución Política y nuestra condición de país independiente y soberano, pero además es un compromiso asumido por el gobierno durante la firma del Acuerdo Nacional para el Campo”.

En un escrito exhortó al Ejecutivo federal a que, “por la vía más expedita a su alcance”, comunique a sus contrapartes del tratado comercial la voluntad de los productores de revisar el capítulo agropecuario, para cumplir los propósitos que hicieron posible su aceptación por nuestro país y dotarlo de los elementales principios de justicia y equidad que deben regir el libre mercado.

El ex dirigente de la Confederación Nacional Campesina se comprometió en nombre del frente a poner todo su empeño para que los senadores lleven a cabo las acciones necesarias para la urgente revisión de dicho pacto. “Es nuestro deber como representantes populares advertir al gobierno federal sobre los enormes riesgos que implica una actitud indolente o negativa frente a la demanda de los trabajadores del agro, no nada más para lo que tiene que ver con la seguridad alimentaria de los mexicanos, sino principalmente para la estabilidad misma del sistema político nacional en el que se funda nuestra democracia”.

Ramírez López se pronunció en favor de un replanteamiento de las políticas públicas para el sector, ante la irrefutable realidad de los hechos: la quiebra de ramas enteras de la producción nacional, como en los casos del arroz, el sorgo y el frijol, y déficit en la balanza comercial agropecuaria, que en 2006 superó 2 mil millones de dólares y ha sido significativamente deficitaria a partir de 1994.

Es tiempo, agregó, de que el gobierno comprenda por qué la irritación campesina, y lejos de que persista en sus discursos estadísticos escuche las demandas de quienes han sido los perdedores absolutos y contribuya a construir, entre todos, un renovado pacto social y político que beneficie al país.

 
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