Usted está aquí: martes 5 de febrero de 2008 Capital Denuncian colonos de Lomas de Chamizal invasión de barrancas por inmobiliarias

En 10 años, lo que era un bosque se convirtió en conjuntos habitacionales de lujo

Denuncian colonos de Lomas de Chamizal invasión de barrancas por inmobiliarias

Las autoridades aseguran que los permisos se otorgaron desde 1994, acusan

En la zona están permitidas construcciones hasta de tres pisos; la mayoría tienen más de 10 niveles

Rocío González Alvarado

Ampliar la imagen La mayoría de los edificios construidos en la zona llegan hasta el fondo de las barrancas El Zapote y La Diferencia, las cuales son usadas como canales de desagüe, sin importar las afectaciones a la vegetación La mayoría de los edificios construidos en la zona llegan hasta el fondo de las barrancas El Zapote y La Diferencia, las cuales son usadas como canales de desagüe, sin importar las afectaciones a la vegetación Foto: Yazmín Ortega Cortés

La invasión de áreas verdes por desarrolladores inmobiliarios se extiende por toda la ciudad de México, y la delegación Cuajimalpa no es la excepción. Las barrancas El Zapote y La Diferencia son un testimonio fiel de lo que ocurre cuando de manera indiscriminada se ocupan estos espacios catalogados como reserva ecológica.

Una década ha bastado para que lo que en su momento fue un bosque de árboles frondosos se convirtiera en un conjunto de centros comerciales, lujosos edificios habitacionales y de oficinas, rodeados de vialidades, para la comodidad de los nuevos inquilinos, sobre todo de la comunidad judía, que han emigrado a esta zona.

Desde la glorieta conocida como Los Laureles se puede observar el nuevo paisaje urbano que comenzó a gestarse en 1997, con la construcción del edificio conocido como el servilletero, que detonó la expansión de desarrollos inmobiliarios de alta plusvalía, que han arrinconado prácticamente a los habitantes de clase media y baja.

Integrantes de la asociación de colonos de Lomas del Chamizal, lugar donde se ubican estas dos barrancas, han presentado múltiples quejas en diferentes etapas, ante lo que han definido como “un atentado a la naturaleza”, pero sin obtener ninguna respuesta favorable de las autoridades.

“Hemos acudido a la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT), que manda a inspeccionar el terreno, pide información oficial al gobierno delegacional y la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi); nos contestan cuando les da la gana, y sólo para decir que existen los permisos correspondientes y ya no pasa nada”, aseguró Lauro Godínez, representante de la organización vecinal.

Agregó que aun cuando se trata de áreas de reserva ecológica se autorizó la zonificación HC330, lo cual significa que se pueden permitir construcciones con comercio en planta baja con no más de tres pisos, con 30 por ciento de la superficie para área verde.

Sin embargo, la realidad es otra. En la actualidad, la organización tiene contabilizadas por los menos 30 construcciones que van de seis a ocho pisos, y 50 más de entre 20 y 30 pisos, la mayoría de las cuales llegan hasta el fondo de las barrancas, el cual, sin importar las afectaciones a la vegetación, es utilizado como canal de desagüe.

Sobre la calle Secretaría de Marina, en el número 571, a un costado de la barranca La Diferencia, la compañía Terrazas del Bosque levanta un nuevo desarrollo inmobiliario de tres torres. Con el apoyo de maquinaria pesada, una cuadrilla de trabajadores comenzó el recubrimiento de uno de los edificios, en el que se pueden apreciar los acabados en siete de sus 25 pisos.

En esta misma arteria, pero en el número 539, se observan los cimientos de una nueva obra, que ante la oposición de los lugareños fue detenida, pero todo parece indicar que ya tienen la autorización para continuar con los trabajos, denunció Godínez.

Testigos de este crecimiento avasallador, los vecinos explican cuáles son las señales que advierten de una nueva construcción. “Provocan incendios en las áreas verdes, después vienen y arrasan con los troncos de los árboles; la última etapa es cuando empiezan a colocar mojoneras donde piensan edificar”, detalló la señora Socorro Hernández.

Aunque las autoridades argumentan que los desarrolladores inmobiliarios cuentan con permisos que datan desde 1994, cuando todavía no había regulación sobre las áreas verdes, lo cierto es que continúa la autorización de nuevos conjuntos habitacionales.

Un ejemplo de ello es el que se proyecta sobre la calle Navío número 3, en la cuarta sección de Lomas de Chamizal, donde la empresa Círculo Inmobiliario promueve en preventa el Rincón de la Cañada, que estará compuesto por tres torres con 29 departamentos, según la publicidad que ha circulado.

“La delegación niega que se vaya a construir algo, cuando ya está la maquinaria preparando el terreno, y después salen con que tienen permisos desde 1994, argumento que han utilizado para tapar sus actos de corrupción, porque ahí está la barranca El Zapote completamente azolvada y tapizada de construcciones, y la de La Diferencia, que va por ese camino”, advirtió Lauro Godínez.

 
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