Usted está aquí: miércoles 6 de febrero de 2008 Cultura Invitan a recorrer los territorios imaginarios de Gabriel Figueroa

Abrirán en Bellas Artes retrospectiva con imágenes del cinefotógrafo de más de 200 películas

Invitan a recorrer los territorios imaginarios de Gabriel Figueroa

Estableció cierta identidad de lo mexicano, señaló Alfonso Morales, curador de la exposición

El artista logró interpretar las realidades que interpelaban su mirada y que se convirtieron en sello de la época de oro del cine nacional

Su obra se inscribe en la vasta cultura posrevolucionaria

Fabiola Palapa Quijas

Ampliar la imagen El maestro Gabriel Figueroa, en una sesión de trabajo con la actriz María Félix. Esta imagen, reproducida por La Jornada, forma parte de la exposición que se inaugura esta noche en el máximo recinto cultural del país El maestro Gabriel Figueroa, en una sesión de trabajo con la actriz María Félix. Esta imagen, reproducida por La Jornada, forma parte de la exposición que se inaugura esta noche en el máximo recinto cultural del país Foto: María Meléndrez Parada

Las imágenes de más de 200 películas en las que trabajó el cinefotógrafo Gabriel Figueroa (1907-1997) dejaron de ser entretenimiento y se convirtieron en signo de identidad.

De acuerdo con Alfonso Morales, curador de la exposición Gabriel Figueroa: cinefotógrafo, que albergará el Palacio de Bellas Artes del 7 de febrero al 4 de mayo, la mirada del artista permite conocer territorios imaginarios del país que fue construyendo en su travesía por la industria cinematográfica.

“La visión del México posrevolucionario se convierte en legado para Figueroa, quien establece ciertos tópicos identificatorios de lo mexicano, como es el caso del maguey, que está presente en su obra.”

El maestro de la luz y de la sombra logró una interpretación simbólica y dinámica de las distintas realidades que interpelaban su mirada y que se convirtieron en sello distintivo de la época de oro del cine nacional.

Para el curador, el título de la muestra podría haber sido Travesías de una mirada, pues es un recorrido visual del artista sobre México.

“La obra de Figueroa –expresó Morales– nos deja ver la industria del cine, al propio país, así como el imaginario colectivo. La exposición también es un homenaje al cine como creador de representaciones.”

Revitalización de artes populares

La exposición del cinefotógrafo se inicia en la sala Parte Ilustrada; aquí se incluyen varias fotografías y videos de artistas como Anita Brenner, Sergei Eisenstein y Tina Modotti, quienes influyeron en la definición de la mexicanidad que Figueroa y otros productores de imágenes asumieron como legado.

La finalidad, explicó el curador, fue ilustrar “el modo en que la obra de Gabriel Figueroa está inscrita en una creación colectiva muy vasta, que es la cultura visual posrevolucionaria. Hubo una enorme revitalización de las artes populares. En cierta medida, había un figueroísmo antes de Figueroa, y ese figueroísmo es obra colectiva de muchos ojos y muchas miradas”.

En la muestra se explora la filmografía de Figueroa mediante proyecciones videográficas, obras pictóricas y gráficas, fotografías, carteles y documentos procedentes de museos de México y el extranjero.

El Museo Centro de Arte Reina Sofía, de Madrid, envió para la retrospectiva el óleo La vendedora de flores, de Diego Rivera, que se exhibe en la sala de Murales ambulantes.

También se incluye material de colecciones particulares, entre las que destacan el archivo personal del cinefotógrafo y los acervos fotográficos de la Fundación Televisa.

La sección con el tema Candilejas integra retratos de Sara García, Consuelo Frank y Andrea Palma, que realizó el cinefotógrafo a principios de los años 30, en el fotoestudio que instaló con su amigo Gilberto Martínez Solares.

Alfonso Morales destacó de la etapa inicial de la profesión de Figueroa su trabajo como stillman, porque el cine no es sólo qué está en movimiento.

“El trabajo de stillman es importante para la industria cinematográfica, porque las fotos fijas eran el avance de las películas y con ellas se realizaban los carteles; eran una especie de película alternativa y una manera que determinaba la filmación de la cinta, así que no es un asunto secundario.”

Al referirse a la reinvención del propio fotógrafo, Morales explicó que la obra de Figueroa se difundió con las tirillas de los fotogramas que conservó en su archivo a lo largo de los 50 años que trabajó de cinefotógrafo.

“Mediante las tirillas de luz y con la ayuda de su hijo se elaboraron nuevos soportes digitales de las películas en las que participó. Así se demuestra cómo el cine fue el constructor de un nuevo fotógrafo.”

Gabriel Figueroa: cinefotógrafo –con inversión de 4 millones 550 mil pesos– comprende 19 núcleos temáticos y, con el uso de varios recursos audiovisuales, la exposición documenta, contextualiza y reinterpreta la iconografía que el artista aportó a la cultura visual mexicana del siglo XX.

La muestra finaliza con la sección Apariciones, en la que se vincula el trabajo de Figueroa con las obras de algunos escritores como Benito Pérez Galdós, Graham Greene, Tennessee Williams, Carlos Fuentes, Juan Rulfo y B. Traven, entre otros.

Morales señaló que el espectador en la película Pedro Páramo puede apreciar ese esplendor que Figueroa dio a la cinta con su fotografía. Agregó que la iniciativa de transformar la literatura en película se ve en su trabajo de Allá en el Rancho Grande.

 
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